Uno

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El irse de casa de sus padres con tan sólo dieciocho años y siendo omega, no había sido tan fácil como Pohh había pensado.

Tras seis meses fuera de su casa, sus ahorros, los cuales le habían permitido vivir cómodamente en una habitación de un hotel, le hicieron cambiarse a uno mucho más barato.

Buscó trabajo desesperadamente pues el alojamiento y la comida no eran los únicos gastos a los que se enfrentó, ya que su condición era el más costoso.

Las pastillas de contrabando que evitaban mostrar su olor de omega se encarecieron pero eran necesarias para mantener a los alfas lejos y no tener que pelarse con ellos a cada rato.

Ser un lindo omega le abrió puertas como acompañante o prostituto, nada de lo que quería, ya que Pooh tenía una personalidad peculiar, que junto a su entrenamiento y sus ganas de superarse, estaban en contra de ser un simple juguete sexual para los alfas.

Tres años pasaron y a sus veintiuno, este había sido friegaplatos, camarero, limpiabotas y mozo de almacén, todos ellos trabajos eventuales pues siempre surgía algún problema.

Aún así, seguía creyendo que su oportunidad llegaría al fin, aunque se le estaba resistiendo, por ello siempre había seguido buscando un trabajo mejor que el anterior.

Sabía por sus hermanos, con los que mantenía contacto telefónico, que su madre estaba muy triste pues no lo había visto en todo ese tiempo pero también que su padre seguía muy molesto.

Su orgullo no le había permitido volver a casa ni una sola vez, a pesar de extrañarlos mucho y pasarlo mal en varias ocasiones.

Sin embargo quería demostrarle a su padre y al mundo, que todavía podía ganarse la vida haciendo lo que quería, sin importar su condición.

De repente una noche, mientras el omega caminaba por la calle hacia el hotel donde vivía, escuchó que alguien gritaba en un callejón, así que sin pensárselo dos veces echó a correr y cuando llegó al lugar, vio a tres tipos queriendo meter a la fuerza a un veterano alfa de unos cincuenta años en una furgoneta negra

De repente una noche, mientras el omega caminaba por la calle hacia el hotel donde vivía, escuchó que alguien gritaba en un callejón, así que sin pensárselo dos veces echó a correr y cuando llegó al lugar, vio a tres tipos queriendo meter a la fue...

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Rápidamente se acercó y empezó a golpearlos con furia, propinandoles fuertes patadas y puñetazos, logrando así que estos soltasen al magullado alfa y huyeran con las manos vacías y totalmente sorprendidos pues este lucía muy normal y sin embargo era fuerte y luchaba increíble.

....—Gra-Gracias muchacho. Vaya, ¿eres un omega?, ¿Cómo es posible?- le habló muy sorprendido también el veterano alfa, mientras extendía su adolorida mano.

-¿Está bien, señor?

-Si, si lo estoy

-Soy Willy Pruk, de Industrias Tecnológicas Pruk S.L... encantado

-Emm, yo soy Pooh Krittin. Si soy omega pero desde niño me he entrenado. Bueno me voy emm, adi....

-¿De que trabajas, muchacho?, me has defendido mejor que estos dos a los que estoy pagando-volvió a hablar el alfa mirando a su chófer y a su guardaespaldas, los cuales estaban noqueados en el suelo tras ser golpeados por los asaltantes.

Pooh sonrió mientras se encogió de hombros.

-Bueno pues ahora mismo estoy desempleado pero solía trabajar en un almacén descargando cajas pero busco algo mejor, señor

El empresario entonces sonrió también.

-Pues serías un buen guardaespaldas, al menos harías más que el mío—dijo William chasqueando la lengua con desgana.

Pooh asintió y acto seguido se giró para caminar nuevamente y alejarse pero entonces sintió la mano del empresario en su brazo.

—Oye, muchacho. Esto es para ti. Por tu ayuda—dijo Pruk dándole unos cuantos billetes

—Oh no, no hace falta. No lo hice por dinero, señor

-Toma también esto, es mi tarjeta de visita. Si no encuentras algo mejor y te interesa el puesto de guardaespaldas, ven a verme

El omega cogió la tarjeta con una amplia sonrisa.

-Gracias, señor

El empresario entonces extendió los billetes de nuevo hacia este.

—Llévatelo, te lo has ganado, muchacho...me decepcionarás si no lo aceptas—gruñó el mayor abriéndole la mano y poniendo  los billetes en esta, por lo que término asintiendo conforme.

—Está bien, muchas gracias, señor

—No, gracias a ti, Pooh

Finalmente, el alfa abrió la puerta de su coche y se subió en la parte trasera, al cual sus magullados empleados ya despiertos, también se subieron tras levantarse del suelo.

Cuando se alejó de allí y mientras caminaba, el omega miró de nuevo la tarjeta y el dinero y sonrió con satisfacción, luego los guardó rápidamente en el bolsillo pues podrían querer robárselo.

—Al parecer mi suerte está cambiando—dijo con anhelo—…¿Lo ves papá?, mi entrenamiento, si logrará salvarme de morir de hambre

Una semana después

Pooh se despertó y entonces volvió a mirar la tarjeta del empresario al que había salvado de ser secuestrado y soltó un profundo y sonoro resoplido.

Había probado a buscar empleo en otros lugares pero nada había conseguido que fuera mejor pues no lo habían aceptado por ser muy joven y de delgada apariencia o no le pagarían lo suficiente por su condición de omega, así que no tendría otra opción que ir a Industrias Construcciones Pruk SL.

El dinero que el alfa le había dado, le había alcanzado para comprarse comida, ropa y varias cajas de pastillas.

Lo cierto era que no sabía si el empresario seguiría interesado en darle empleo como guardaespaldas y cuanto estaría dispuesto a pagarle pero ya no podía esperar más pues buscando una oportunidad por sí mismo no había tenido suerte y lo cierto era que no perdía nada por intentarlo.

...—¿Será que ahí es dónde esté lo que busco?, ¿Ese viejo alfa me sacará de ser visto como un simple omega y lograré ser evaluado como merezco?

Luego de resoplar unas cuantas veces más, se levantó de la cama y se fue al baño, donde tras ducharse, se puso alguna de su ropa nueva y finalmente salió de la habitación de hotel.

Estaba contento y muy esperanzado y no solo por estrenar una hermosa sudadera blanca, unos pantalones vaqueros y unas caras botas con puntera, sino porque después de mucho tiempo alguien le había brindado una oportunidad.

La medicación que se había podido comprar con el dinero del empresario había detenido su olor nuevamente y por lo tanto, los alfas de su alrededor ya no se habían alborotado, aún así, no evitaba que siguiesen intentando algo con él por ser tan lindo

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La medicación que se había podido comprar con el dinero del empresario había detenido su olor nuevamente y por lo tanto, los alfas de su alrededor ya no se habían alborotado, aún así, no evitaba que siguiesen intentando algo con él por ser tan lindo.

Para Pooh el sexo nunca había sido difícil de encontrar pero no era tan importante como lo era el trabajo y el hacerse respetar, aunque quizás eso tenía que ver mucho con el hecho de que aún no se había topado con un alfa, el cual realmente le hiciera temblar su corazón.

........

Hola, ¿que tal os ha parecido el primer capítulo?, espero que bien...ansío leer vuestros votos y comentarios.

1. Soy tu dueño - PavelPooh TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora