𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟓

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Las puertas de la prisión se abrieron con un crujido ensordecedor, les faltaba algo de aceite y grasa para que el sonido no fuera tan ridículamente intenso. Clay se dejó caer de rodillas, y empezó a vomitar... Hearst lo intentó cargar, pero no pudo hacer nada para impedir que su hermano dejara a dejar caer toda la adrenalina. La puerta volvió a crujir mientras se cerraba y un estruendo fue el que cerró las puertas una vez más... Pero estas puertas fueron lanzadas por los aires por una cornada de aquella monstruosa criatura. Hearst y Bechter gritaron horrorizados. Clay estaba tembloroso y sintiéndose patético, pero se pudo levantar lentamente.

- ¡NO LOS TOQUES!- gritó.- ¡MÁTAME A MÍ!- rogó.

Clay se puso por delante de sus hermanos, pero la bestia no se movió, sus ojos sin vida a través de aquella calavera negra no mostraron nada, y aquellas expresiones de moribundos adheridos en su cuerpo tampoco se movieron, las alas se zarandearon, fue un zumbido, y la cola se movió hacia arriba, sujetándose en la estructura y actuó como un muelle y fue lanzado hacia atrás, perdiéndose en la penumbra...

Clay por un momento pensó que iba a ser asesinado brutalmente por el aguijón de aquella monstruosa criatura... O que tal vez les daría muerte a los tres al mismo tiempo.

Las puertas se habían caído por el precipicio... La estructura en la que se encontraban eran como un valle ascendente, como si fueran las escaleras hacia el cielo, o como si fuera la salvación de sus almas al haber conseguido salir de aquella maldición.

Lo único que escucharon fue un alarido resonar por toda la prisión de Alca, como si se tratase de un chillido de frustración. O tal vez una advertencia... O tal vez les estaba dando piedad... Clay se giró tembloroso hacia sus hermanos, y sus brazos los rodearon con enorme fuerza, y los pegó contra su pecho y sintió las lágrimas de ambos. Clay también sintió sus ojos nublarse, y se mordió el labio, tembloroso... Suspiró...

- Estamos fuera... Lo conseguimos...- susurró aspirando por la nariz...- Lo hicimos, chicos... Lo hicimos...- susurró con orgullo y satisfacción.

El choque térmico de la adrenalina y la tensión fue darse cuenta del frío ambiente en el que se encontraban.

De un momento a otro, se dieron cuenta de que tenían que empezar a moverse antes de quedarse congelados. La falta de algo con qué cubrirse era lo más problemático en aquellos momentos. Clay inspiró profundamente, seguía necesitando el apoyo de sus dos hermanos para andar... Frente a ellos había precipicio a lado y lado, solo podían avanzar de forma recta, era una colina ascendente, parecían antiguos escalones por decirlo de alguna forma. Se encontraron con un cartel clavado en el suelo, tallado en la piedra: "La prisión Alca, protegida por Traz; lugar de descanso y castigo de la especie humana, reconvertidos en 'No Muertos' por voz de nuestra Jinete inmortal Dealine". Clay no fue capaz de leer este cartel, no conocía la escritura, tampoco conocía los símbolos que decoraban el cartel, pero miró a sus hermanos con vacilación, y volvió la vista hacia la prisión... Traz los observaba desde el tejado de forma desafiante... Si él quisiera, podría ir a por ellos, pero los dejaba marchar...

Tal vez habían demostrado ser dignos de seguir con vida...

- Clay...- este movió su cabeza hacia el frente, habían subido toda la colina y frente a ellos había un kilométrico puente colgante que se zarandeaba de lado a lado de forma suave, acompañado por la brisa, y bajo sus pies había un precipicio sin fondo, cubierto por niebla...

- ¿Qué hacemos?- preguntó Hearst.

- Regresar no es una opción...- murmuró.

No fue necesario seguir hablando para que ambos entendieran que debían continuar su camino.

- ¿Puedes caminar?- Clay asintió con la cabeza lentamente.

- Puedo intentarlo...- musitó mientras se agarraba a la cuerda...- Tal vez no...- suspiró notando sus piernas temblorosas.

- No te fuerces...- le pidió Hearst.- Descansemos si lo necesitas...

- Vamos a congelarnos aquí si anochece...- negó lentamente.- No quiero que la muerte de Ezequiel sea en vano...- Hearst apretó los labios y asintió con la cabeza lentamente.

- Te ayudamos...- dijo ella con determinación.- Sujétate a mí. Iré por delante...

- El puente no es como la plataforma...- contradijo su mellizo.- Este puente es ridículamente inestable...- negó con la cabeza varias veces.- No podemos cruzar los tres al mismo tiempo...

- Dime tú qué hacemos...- dijo Hearst.- Porque no pienso regresar ahí dentro.

- No discutan...- pidió.

Los dos hermanos miraron a su hermano mayor, su voz parecía ser una súplica, y ambos rápidamente se pacificaron al punto de relajar sus hombros y dejarlos caer para que la tensión de sus cuerpos se calmase. Hearst movió sus ojos hacia el puente y sujetó la cuerda, el tacto rasposo provocó que sus manos se apartara cual corriente eléctrica recorriendo su cuerpo, fue desagradable. Hubo un momento de silencio, después sintió sus manos heladas insistiendo una vez más en el tacto de la cuerda...

- La cuerda es inestable... No confío en su resistencia.

- Teniendo en cuenta que nadie sabe cuántos años lleva esa cuerda ahí a merced de los elementos y el salitre del agua, es evidente que pueda partirse fácilmente mientras atravesamos el puente... Además, las tablas tampoco es que estén en su mejor estado.

Clay alzó la cabeza hacia el cielo, y un miedo inconsciente creció en su cuerpo cuando le pareció escuchar una alucinación auditiva, un aleteo, el viento siendo cortado con gran violencia, y se giró hacia atrás, sus dos hermanos se asustaron por el movimiento brusco.

- Traz no está...- susurró con el labio tembloroso.

Hearst y Bechter palidecieron y las cabezas de los tres se dispararon hacia arriba, buscando el origen de los aleteos entre las nubes infernales de color gris que cubrían el cielo en una eterna nocturnidad nublada. En aquellos momentos estaban sumidos en una claridad cegadora que los aturdía y les impedía alzar sus mirada hacia arriba...

Se escuchó un alarido... Pero no fue uno de los alaridos de Traz, sonó fuerte, mucho más fuerte, aquello no fue un alarido, fue un rugido infame, imponente y desafiante que opacó cualquier grito. Clay se llevó las manos a las orejas, y pudo ver a sus hermanos imitando su gesto. El chirrido del rugido había sido demasiado fuerte para sus orejas. Sentía que sus orejas iban a explotar, había sido un alarido exageradamente imponente. Clay temió por la vida de sus hermanos, y tuvo un mal presentimiento, a lo único que atinó fue rodear a sus dos hermanos con sus brazos para protegerlos en caso de que algo malo ocurriera... Y los tres cerraron los ojos, horrorizados por que algo malo les sucediera o que sus rostros fueran lo único que vieran antes de morir...

De un momento a otro, sus pies dejaron de tocar el suelo, y sus brazos, y el calor de sus hermanos, desapareció por completo, pero fue incapaz de gritar.

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Aquí las opiniones del capítulo --------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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67.- Protección, ingenuidad y confianza (Medieval - Fantasy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora