𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟔𝟒

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Volver a ser sellado místicamente era la única forma de mantener la vida y que su existencia no fuera una miseria, pero sí una vigilancia constante y perniciosa de parte de todos los usuarios que estuvieran disponibles o cercanos a él, y una alarma social cada vez que intentase hacer algo o intentara moverse de un lado a otro aunque fuera para poder descansar en un lugar más pacífico y sin tanta vigilancia. Aunque, al mismo tiempo, también implicaba algo más profundo y valioso para él que fue lo que le motivó a tomar aquella arriesgada, humillante, pero necesaria decisión... En aquellos momentos debía agradecer algo también:

La decisión, por suerte, estaba en sus manos...

- ... Entregaré mis poderes...- decidió.- No quiero perderte, ni dejar de verte cada día de mi vida hasta que la muerte nos separe...- Hearst bajó la guardia momentáneamente, su aura se relajó de inmediato, parpadeó repetidas veces por aquellas gentiles palabras.- No quiero dejar de llamarte "mi reina", no quiero dejar de ver la sonrisa que aparece en tus labios cuando añado: "encanto" a cualquier cosa bonita que te digo... Perdería la cordura por completo en Zen si no pudiera ver tu rostro, ni acariciar tus cabellos... Y no soportaría morir y que lo último que vea seas tú enfadada conmigo por un error de cálculo imperdonable...

Hearst miró a Libra y a Dual. La primera se mantuvo neutral, la entidad tuvo que admitir que tuvo cierto encanto y tacto a la hora de decir o escoger aquellas palabras, pero no iba a decirlo en voz alta. Libra tomó la palabra, imponiendo las condiciones antes de que su magia tomara toda la esencia mágica que existía en aquellos momentos en el dragón de escamas negras.

- Tus poderes serán resguardados en el Palacio de Lambra, y el acceso de toda criatura sin autorización personal quedará totalmente prohibido.- inició la duende de piel espuma de mar, mientras sus palmas moradas cambiaban de color gradualmente a un tono blanco reluciente que indicaba la fuerza superior y pureza de lo que iba a realizar.- De esta manera, jamás podrás recuperar tus poderes, tu rencor jamás podrá volver a consumirte y empujarte a cometer actos tan atroces, viles y despreciables. Debes arrepentirte de tus actos viviendo como un ser sin magia, ni habilidades de ningún tipo. Serás despojado de todas las habilidades que puedas tener o que hayas podido tener, y no podrás manipular báculos, artículos, reliquias, cetros, anillos, accesorios, portales, invocaciones en papel, pergamino o papiro; ni otro tipo de elementos que puedan producir magia o que puedan estar embutidos en ella. Asimismo, no podrás separarte de Hearst Stub Mowet hasta que su vida o la tuya os haga separaros, y solo en ese momento, serás liberado de parte de su castigo de supervisión por unión, pero aun así te encontrarás bajo la vigilancia eterna de Dual, que tendrá libre salida o entrada de Lambra para supervisar tus acciones hasta el día que fallezcas.

- Acepto todas las condiciones...- bajó la cabeza, incapaz de mirar fijamente a Hearst, retrocedió y se cruzó de piernas sobre el suelo dorado del Palacio.

La magia de tonalidades blancas de Libra deslumbró a Hearst, obligándola a cerrar los ojos y apartar la cabeza. Al momento de volver a abrirlos, se dio cuenta de varias cosas... Bechter fue cargado hacia el exterior del palacio y todos los dracomantes que habían recuperado la conciencia, junto con Evaría y Sebaque, estaban todos formulando un hechizo en conjunto para poder curar a Bechter; lo siguiente que notó fue que las constelaciones de Sharxor, así como la línea que recorría verticalmente el ojo izquierdo se difuminaron hasta perder el brillo morado, y casi desaparecer por completo. Las tonalidades moradas en sus extremidades perdieron el brillo morado, o al menos la intensidad que este tenía, y se volvió una tonalidad oscura...

Los poderes de Sharxor fueron sellados en un cofre del tamaño de una caja de música. Un pequeño cofre del tesoro de madera negra y decoraciones moradas, con un candado de cabeza de dragón, fiel reflejo de Sharxor.

- Pueden retirarse...- Hearst le tendió la mano a Sharxor.

Este se levantó desganado y cabizbajo, su ojos púrpura estaban llenos de dolor, arrepentimiento y tristeza. La joven de cabellos ámbar lo guio por el pasillo dorado hacia la puerta ovalada, donde el conjuro grupal de los dracomantes y el impulso que estaba recibiendo Sebaque para que su magia se intensificase terminó.

Sebaque estuvo a punto de desmayarse si no hubiera sido por la presencia de su hermano a su lado, que lo recogió al vuelo e impidió que cayera de rodillas. Sharxor y Hearst notaron la presencia de Dual alrededor del lugar, orbitando y levitando para examinar al joven humano.

- Ya veo...- musitó con un tono que trataba de ser animado.- Está bien, está estable, y tiene un buen torrente de potencial mágico curativo que lo está restaurando por dentro más fácilmente...- se giró hacia el orco menor.- Puedes estar tranquilo, está a salvo.

- Gracias...

- Lamento no poder hacer nada más...- musitó.- Ni antes, por supuesto...- musitó animado.- Estuve un poco ocupado...- su mirada naranja se desvió inevitablemente hacia Sharxor, pero este no la percibió, pues estaba mirando a Bechter con las orejas ligeramente gachas.- Pero no se preocupen... Sus poderes han sido sellados con éxito y serán protegidos en el Palacio Lambra a partir de ahora. Nadie podrá entrar sin la voluntad de Libra.- Scarfire asintió con la cabeza.- María...- esta movió su cabeza hacia la entidad.- Podemos irnos, cielo... Ahora mismo te daría la mano, pero... Ya ves...- movió la parte del cuello y los "hombros" como si los elevase.- No puedo...- María sonrió y rodeó con sus brazos al busto flotante en un abrazo.- Yo también me alegro de que estés bien...- movió su cabeza como si se frotase como un gato.- Rondaré por esta zona para controlar los movimientos de Sharxor, pero por ahora pueden calmarse.

- Muchísimas gracias...- susurró Scarfire.

Dual sonrió y movió un poco la cabeza como un asentimiento, después de eso, María y la entidad regresaron a Lambra, al otro lado del portal, Libra tenía el cofre de madera negra en sus manos, y sus ojos bicolor los miraron fijamente con una elegancia y gentileza sin precedentes.

- No puedo perdonar jamás lo que sucedió, perdí a nueve de mis parejas, cuatro de ellas los protectores de mi palacio; pero me aseguraré de que no se vuelva a repetir...

Rostian juntó sus manos como un rezo e inclinó su cabeza para mostrar respeto y agradecimiento. Instantes posteriores, aquella puerta en medio de la nada, se cerró, para no volverse a abrir.

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Aquí las opiniones ---------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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67.- Protección, ingenuidad y confianza (Medieval - Fantasy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora