𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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Rhodes se negó a moverse, pasivamente observó cómo sus tres hermanos menores se iban de la habitación, la celda se quedó abrumadoramente vacía, y sus padres no se atrevieron a ir a por ellos. Era lógico. Tenían miedo, y aquella emoción era tan pura que los paralizaba ante la temeridad que sus hijos iban a cometer. Ezequiel y Clay eran los que encabezaban el camino. Ninguno de los dos tenía miedo, y no parecía que fuesen a arrepentirse... Si aquella era la única oportunidad que tenían de ver el mundo y no seguir pudriéndose en aquellas celdas, harían lo que fuera necesario. Hearst y Bechter confiaban en su hermano mayor, estaban dispuestos a seguirlo si este estaba totalmente seguro de lo que hacía.

El pasillo angosto y largo estaba lleno de ratas y cadáveres de insectos y pequeños vertebrados que, igual que sus propios cuerpos, se pudrían lentamente. A lado y lado habían celdas con barrotes oxidados en una tonalidad grisácea mezclada con cobrizo y óxido que provocaba escalofríos y tras estos barrotes de la muerte familias y personas de todas las edades los miraban completamente horrorizados. El pestilente aliento de Traz era cada vez más fuerte con cada paso que daban. Llegaron hasta el final del pasillo, había unas escaleras ascendentes de caracol, pero otro pasillo igual de angosto que atravesaba perpendicularmente el pasillo, pero no había más que celdas cerradas... Con la presencia de brazos esqueléticos estirados o rotos, y cuerpos moribundos, la misma suciedad y cadáveres de animales pequeños se extendían por ambos pasillos.

Las escaleras eran ridículamente estrechas y crujían con cada paso. Su avance era intermitente y paulatino, los nervios estaban a flor de piel, pues con cada paso, el crujido de la madera parecía resonar por toda la prisión de Alca... Y los gruñidos y ronquidos de Traz parecían detenerse momentáneamente, pero solo por un momento... Debían estar cerca...

Las escaleras finalizaron, estaban en una planta superior, todo ese tiempo tiempo estuvieron bajo tierra, con la única luz que cubría sus rostros siendo cenital. No sabían si tendrían que subir otra planta, pero no lo parecía, no había escaleras cerca, o al menos no que Clay las pudiera ver... No había nadie, solo suciedad y miseria.

En frente de ellos había un pasillo extenso, con barandillas a los lados, estaban oxidadas y recubiertas de mugre y óxido, era una pasarela de suelo de rejilla, y debajo de aquella plataforma había un enorme foso... Una especie de plataforma o puente.

Las celdas se encontraban abajo, todos los prisioneros de Alca se encontraban ahí... Clay se asomó a la sala... Era un conjunto de pasillos anchos, adornados con ánforas de cerámica de múltiples estilos y sin color. Los pilares que sujetaban la estructura de forma elegante estaban llenos de musgo y la brisa movía las ánforas con crujidos hostiles... No había techo sobre sus cabezas, estaba derrumbado, parecía haber sido víctima del deterioro y del tiempo, cosa que hizo que cayera, y parte de las tejas estaban regadas por el suelo; aunque no todo el techo se encontraba en las mismas condiciones... Había parte de él que aún no se había derrumbado.

Clay se giró hacia sus hermanos y hacia Ezequiel, y asintió de forma silenciosa, moviendo la cabeza cautelosamente... Bechter tomó la delantera, aventurándose por el pasillo junto a su hermano mayor... Los gruñidos y los ronquidos de Traz fueron abrumadoramente ensordecedores. Bechter se encogió en el sitio, y Hearst se escondió detrás del que tenía la piel más clara de los cuatro. Ezequiel también vaciló, pero no se arrepintió de haber salido de la celda.

Clay se giró lentamente hacia la pasarela, y sus ojos se subieron hacia el tejado, la cola de Traz se movía entre los escombros del tejado que no se había derribado... Aquel monstruo infernal dormía en el tejado sin importarle lo más mínimo la estructura frágil del edificio. Hearst se acercó a su hermano, temblorosa al ver la cola de aquella bestia caer por su propia fuerza de la gravedad... Era un mazo con pinchos, una combinación de un escorpión y un mazo propiamente dicho. Clay se giró hacia Ezequiel, sus ojos examinaban vivamente el movimiento y miró a Clay con inquietud.

- Tenemos que atravesar la pasarela para llegar más rápido al otro lado...- susurró Clay con seguridad en su voz.- No quiero arriesgarme a pisar la cerámica por error...- miró a Ezequiel.- Ve por delante...- el que tenía la piel más clara de los cuatro asintió con la cabeza.- Hearst, Bechter... Los dos a mis espaldas y poned el pie donde yo lo ponga...- ambos asintieron ante el susurro de su hermano.

Ezequiel recorrió las baldosas del pasillo hasta la pasarela, el óxido y el deterioro del tiempo sobre aquella estructura marcaban la profunda inestabilidad, por ello Clay les dio orden de seguirlo exactamente de la misma manera en la que él avanzara... Ezequiel apoyó la mano sobre las dos barandillas, pero retiró sus manos de inmediato, habrá crujido... Estaba tan inestable que no era fiable, pero dar toda la vuelta al perímetro de la cárcel era todavía menos factible debido a toda la cerámica y tejas que había por allí. El que tenía la piel más clara de los cuatro inspiró profundamente, sus pasos fueron meticulosos, sus pies descalzos recorrieron la plataforma caminando de puntillas, y sus manos se reposaban con sumo cuidado en las barandillas. La brisa era fuerte, pero aquello no fue suficiente para desestabilidad su andar. Clay tomó el camino después de él cuando lo vio alcanzar la mitad del recorrido.

- Esperad a que llegue a la mitad... Y caminad tan lento como podáis...- Bechter asintió con la cabeza, Hearst vaciló unos segundos al hacerlo, tenía su mirada perdida en Ezequiel...

Clay volvió su mirada al que tenía la piel más clara de los cuatro al ver la ansiedad marcada en el rostro de su hermana. Clay se quedó seco como una pasa al ver la cola de Traz dejar de moverse y la plataforma llenarse de sangre, pues Ezequiel se cortó con el óxido de la barandilla.

- Clay...- susurró Ezequiel girándose hacia él, su voz sonó con un eco agónico.

- Envuelve tu brazo...- gesticuló tratando de no alzar la voz, y sus ojos temerosos se pusieron sobre el tejado.

Palideció. La cola de Traz había desaparecido... Y sus ronquidos dejaron de escucharse...

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Aquí las opiniones del capítulo --------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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67.- Protección, ingenuidad y confianza (Medieval - Fantasy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora