𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒𝟗

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Clay jadeó sorprendido. Miró alrededor y observó el espacio con detenimiento. Sus dos hermanos estaban a sus lados, los estaban fuertemente abrazados a sus brazos, y sonrió un poco, enternecido por esta acción.

- ¿Estáis todos bien?- la voz de Evaría hizo eco en todo el espacio.- ¿Alguien siente náus—?

- ¡Rostian!- el de escamas rojas sujetó el cuerpo del orco, aturdido, que se precipitó hacia un lado, casi desmayado.- ¿Estás bien?- preguntó.

- Mucho esfuerzo...- murmuró aturdido.- Estoy bien... C-Creo que sí...- Clay se acercó a Rostian.- Estoy bien...- carraspeó.- Ya estoy... Ha sido un momento...- Scarfire no lo soltó.

- Siéntate...- le pidió casi imperativamente.- Tómate un momento para respirar.- lo acompañó hasta un costado.

Clay se quedó quieto. Se giró hacia sus hermanos, ambos atendían atentamente a las indicaciones de Maeva y de Sebaque. Evaría estaba calmando a las tropas que se encontraban desorientadas por el "salto espacial" que habían dado. Clay se acercó a Bechter y a Hearst.

- ¿Estáis bien?- preguntó, ambos asintieron con la cabeza, vieron a Rostian y a Scarfire.

Una vez asegurándose del bienestar de tanto Rostian como de sus hermanos, Clayton examinó todo el espacio a su alrededor. Estaban en una especie de cueva, como si fuera un túnel subterráneo de al menos cuatro metros y medio de altura y unos tres metros de ancho. No era un espacio muy amplio para que Sharxor o incluso Scarfire pudieran acceder y moverse con libertad sin chocar tanto con el techo como con las paredes. Había una corriente de aire fresco y una luz que entraba de forma natural por la entrada de la cueva.

Hearst, Bechter y él se acercaron a la luz natural, la entrada de la cueva era imponente y la iluminación que entrada evidenciaba que era un día claro, con las nubes blancas, densas, y la claridad era incluso dolorosa para los ojos. Sebaque se acercó a ellos. Maeva se fue con su hermano y con Scarfire. Evaría terminó de calmar a todos los que estuvieron implicados y voluntarios para ir a proteger a Scarfire.

- No tardará en llegar...- informó apoyando sus manos en los hombros de Bechter.- Deberíamos organizarnos...- se giró hacia Evaría, esta asintió con la cabeza.

- Vamos. Sharxor no tardará en llegar.

- Cierto...- susurró Maeva.- Empiezo a sentir el aire pesado...- miraron a Sebaque, este también se veía fatigado, pero intentaba mostrarse tranquilo.

- ¡Rápido!- exclamó Scarfire.- Está muy cerca...

Fue una organización extremadamente rápida, las trampas mágicas estaban puestas y los hombres y mujeres del culto escondidos para asaltar al dragón de escamas negras y moradas cuando este llegase; Clay estaba sorprendido porque en poco menos de que el sol alcanzase el punto más alto, ya lo tenían todo organizado.

Hearst estaba a su lado, agarraba el báculo con las dos manos, pero de un momento a otro se acercó la mano al pecho, acarició la escama, se sentía tan sumamente emocionada en ese momento, los nervios ansiosos y la sonrisa radiante que intentaba disimular, sin éxito. Clay apoyó una mano en su espalda alta, ella lo miró.

- Tranquila... Recuerda que tenemos que intentar dialogar...

- Sí...

- Intentaremos que no avance...- la joven de cabellos ámbar asintió con la cabeza y se frotó el cabello un poco, empujándolo hacia atrás.- No permitiré que os haga daño... Si nos ataca...- miró a Bechter, este asintió con confianza y seguridad y movió el báculo sin que la gema de este se iluminase, sonrió de lado en respuesta a la sonrisa de su hermano.

- Hermanos Mowet...- los tres se giraron hacia Scarfire.- Necesito decir algo antes de que Dralilac llegue...- Clay asintió con la cabeza, esperando que continuara con sus palabras.- Si esto no sale bien, agachaos... Lo aplacaré en tal que actúe de forma violenta, no pienso permitir que os haga daño a ninguno de los tres...- Clay sonrió un poco.- Pero ahora necesitaría hablar contigo un momento...- Hearst encarnó las cejas y entrecerró los ojos casi de forma dudosa cuando el dragón rojo la miró fijamente con sus ojos ascuas.

- ¿Por qué?

- Un consejo...- susurró.

Clay miró fijamente a Scarfire, este le sonrió de forma relajada, y alzó las manos a los lados de su torso. Evidenció que no iba a decir nada hiriente. Y ciertamente no quería hacer eso. Solo advertirla del engaño que él había sufrido, y que no quería que ella pareciera... A pesar de que estaba seguro de que Sharxor era sincero cuando habla de Hearst como su reina... No podía evitar querer debilitar a Dralilac antes de que este lo debilitase a él...

Se apartaron un poco para alejarse de la cueva y del resto de personas, un lugar un poco privado, pero no lo suficientemente lejos para no llegar a tiempo a sus posiciones en caso de que Sharxor hiciera acto de presencia.

- Sé que no voy a cambiar tu opinión...- musitó el dragón rojo.- Yo iba a ser el rey de Sharxor... Igual que ahora tú serás su reina...- Hearst lo miró extrañada y sorprendida al mismo tiempo, ella era consciente de que hubo algo, pero no que había sido tanto...- Siento la necesidad de advertirte... Ten cuidado con él...- negó con la cabeza.- Me hizo muchísimo más daño de lo que parece... Solo estoy siendo sincero...- prometió solemnemente.

- ¿Por qué me dices eso?

- Porque sé que le quieres, sé que quieres volver con él, y sé a los peligros a los que estás expuesta...- se llevó una mano al pecho.- Soy el primero que no quiere que tu hermano salga perjudicado.

- ¿Y?- alzó una ceja lentamente.

Scarfire le tendió la mano para formar un apretón de mano, o algo por el estilo. Hearst vaciló por este gesto tan formal de repente. Hubo un momento de silencio hasta que el dragón rojo se atrevió a tomar la palabra.

- Quiero acabar con las heridas que tengo a la espalda desde que Sharxor y yo nos separamos...- musitó solemne.- Siento que de esta manera oficialmente me libero de todo lo que sentí por ese...- se abstuvo de decir "monstruo". Se quedó en silencio.

- No entiendo qué es lo que quieres pretender con esto. No vas a hacer que deje a Sharxor.

- No quiero que lo hagas... Podría actuar de forma violenta...

- ¿Entonces me estás usando de carnada o de moneda de cambio, no?

- En ningún momento se me ocurriría. Acabo de decirlo... Lo que menos quiero es perjudicar a tu hermano...- Hearst suspiró, asintió con la cabeza.

- Bien...- le tendió la mano.

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Aquí las opiniones ---------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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67.- Protección, ingenuidad y confianza (Medieval - Fantasy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora