𓂃 ࣪˖Capítulo 15. ִֶָ𐀔

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૮꒰ྀི⸝⸝PARK ROSEANNE⸝⸝꒱ྀིა

—Aquí tienes, no hace falta que los separe, ya yo lo hice —le dije a mi padre.

—Perfecto, me evitas el trabajo.

—Como siempre —me encogí de hombros—. Me tengo que ir, no puedo estar todo el día en esta oficina.

—Rosé, basta —apoyó los codos sobre su escritorio—, ya el pasado es pasado, ¿hasta cuando seguirás con tu odio?

—No te odio, no eres tan relevante —contesté sin apartar la mirada de los papeles—. Mira estos...

—Deja los papeles a un lado, quiero saber cuando dejarás el maldito pasado atrás, quiero estar con mi hija —berreó.

—Qué casualidad, la Rosé de diez años también quería estar con su padre, no encontrarlo en una maldita cama con otra mujer —dije y sentí mi estómago revolverse—. No me hagas recordar.

—Algún día esta universidad quedará en tus manos —replicó.

—Te equivocas, no me haré cargo de nada, si estoy aquí ahora es por mamá, no por ti —bramé poniéndome de pie—. Me tengo que ir.

—¡Basta de rencores!

—No son rencores, no quiero ser tu hija, si en estos momentos tuviese la posibilidad de no ser tu hija, de que no seas mi padre, de que te mueras tú y me regresen a mamá, créeme, no la desperdiciaría —expuse enojada.

No me importó ver esa tristeza en su mirada, porque fue la misma que tuvo mi madre por años ante sus desplantes, me ocultaba y me decía que estaba bien, pero veía que no, me despertaba y la escuchaba llorar, decir que quería morir, todo por su culpa. Nunca olvidaré como mamá se sacrificó por mis navidades.

Él no tiene idea de eso, solo se preocupa por él, y quizás haya pasado tiempo, pero a mí eso no se me borra, la tristeza de mi madre permanece en mi pecho.

No solo le falló a ella, también me falló a mí.

Mi padre nunca supo en profundidad mis gustos, nunca me regaló una ropa que fuera de mi estilo, ni mucho menos lograba prepararme mi comida favorita, le puedes preguntar sobre todo el dinero que me dio, pero jamás te dirá cuál de todos es mi color preferido, así es él. Un hombre que cree que, pidiendo perdón, el mundo renacerá otra vez.

—Siento interrumpir tus pensamientos —Jisoo chasqueó los dedos frente a mí—, pero es momento que deje de evadirme, Señora Park.

—Jisoo —musité—. ¿Has visto a Lisa?

—No, hoy no, creo que es su día libre. ¿Podemos hablar?

—No, en estos momentos estoy muy ocupada —elevé los papees en mis manos—. Ya sabes, tramites.

—Espere, es solo un momento, ¿ahora tengo prohibido hablarle? —torció los labios con algo de inconformidad—. Pero está bien, no la molesto mas.

Se dio la vuelta y se marchó, estaba a punto de llamarla, pero mi garganta se trancó. Jisoo no me interesaba, lo cierto es que, me interesaba Lisa. Ella me llamaba la atención, quizás demasiado, no podía poner mis ojos sobre una estudiante, y menos en Jisoo, no porque fuese amiga de Jennie, sino porque a leguas se nota que tiene lindos sentimientos, no la lastimaré fingiendo que siento algo por ella, cuando no es así.

Lisa me llamó la atención desde que la vi ese día en la biblioteca, ahora que tengo la oportunidad de estar más cerca de ella, me gustaba más su manera de pensar, como se preocupaba por sus estudiantes, era atractivo.

Jupiter. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora