Jupiter. (Jenlisa)

𓂃 ࣪˖Capítulo 22. ִֶָ𐀔

૮꒰ྀི⸝⸝LALISA MANOBAL⸝⸝꒱ྀིა

—¿Qué haces encerrada con esa, Lalisa? —preguntó de mala manera.

Miré a Jennie, nerviosa, y buscando respuestas, no quería hacerme un lío y que William sospechara, sino más bien, despejar toda duda de él. Sabía cuan malo puede ser, William era capaz de no solo arruinar mi carrera, sino mi vida completa.

—Los idiotas llueven cuando menos te lo esperas —dijo Jennie en un tono burlesco—. Tendré que traer un spray mata cucarachas, o ratas, cuál sea más efectivo.

—Me imagino que nadie sabe que te encierras con una de tus alumnas, que va a tu departamento y que salen de esa manera tan sospechosa —se cruzó de brazos observándonos con suspicacia—. No caerías tan bajo en revolcarte con una mujer y sobre todo con tu alumna, Lisa.

—No, eso no es caer bajo, es subir a las estrellas, cosa que tú nunca has sabido que significa, campeón. Eso a ti no te importa, solo me estaba dando unas prácticas —Jennie fue a por su mochila—. Pero siempre interrumpen.

—Prácticas —ladeó la cabeza—. Sospechoso.

—Lo que quieras creer, da igual, me voy. Cuídense, mis niños, por cierto, cuidado con tu mano y la cara o alguna parte de Lisa —Jennie forzó una sonrisa—. Porque puedes lastimarle la cara, pero tú saldrás en las noticias.

Se despidió de nosotros. Me guiñó por último el ojo ya detrás de William.

—¿Qué puedo pensar yo de esto, Lalisa? —señaló hacia atrás—. Dímelo.

—No sé de qué hablas —me encogí de hombros.

—Te defiende de esa manera, te habla de esa manera, se acerca a ti... ¡Por Dios!

—Bájale, William, no inventes cosas que no son —dije calmada, aunque por dentro estaba nerviosa y ardía de la rabia por dejarme llevar por Jennie—. Mejor dime que viniste a hacer aquí.

—Vine a pedirte perdón por lo de esa noche, pero siempre está esa niñita involucrada —mostró su enojo—. Quiero regresar más tranquilo.

—Pongamos las cartas sobre la mesa, William, ya que pareces creer que soy un juguete de tienda, prefiero dejarte las cosas claras desde ya, desde hoy —me apoyé de mi escritorio—, no hay oportuniades para ti, no me gustas ni como hombre y mucho menos como amigo, eres toxico, te repudio y me has hecho tenerte asco, no llego a un orgasmo contigo porque te preocupas más por tu placer que por el de la otra persona, no te quiero a mi lado.

—Li...

—Y no se trata —levanté la mano—, de que hay alguien más, porque sigo soltera y sin brindarle mi tiempo a nadie, ni mucho menos trata de mi alumna, trata de que no te quiero a mi lado, de que me provocas asco y cada que te veo me dan ganas de vomitar. No te quería hablar así, no quería ser brusca contigo, porque sé que a mí no me gustaría que lo fueran conmigo, pero tú lo has sido y me has faltado al respeto de muchas maneras, por eso te exijo que te apartes.

—Nadie te hará sentir lo que yo te hago sentir.

Falso.

Me hacen sentir mucho mejor de lo que tú lo haces y fue la mujer que salió por esa puerta, me hizo sentir querer arriesgar todo haciéndola mía en esta mesa, y esto no es parte de mí, quizás estoy enloqueciendo por Jennie, perdiendo la cordura por alguien a quien debería mantener lejos.

Pero eran palabras que quería decirle, más no podía.

—Prefiero que sigas creyendo eso, por mi perfecto —dije restándole importancia a sus palabras—. Y no es por bajarte la autoestima ni tu ego de macho alfa, pero hasta un dildo me hace sentir mejor que tú.