Jupiter. (Jenlisa)

𓂃 ࣪˖Capítulo 16. ִֶָ𐀔

૮꒰ྀི⸝⸝LALISA MANOBAL⸝⸝꒱ྀིა

{Alerta: hay algo llamado sexo heterosexual, es opcional leérselo, pero tampoco es tan largo ni tan explícito, solo es parte de la trama, dicho esto, continuen}.

—Espera ahí —Rosé me detuvo antes de que yo siguiera avanzando por el pasillo de la universidad—. Hoy te tengo una invitación.

La miré con curiosidad, —¿Sí?, ¿de qué trata?

—Hay una fiesta de maestros, se celebra día antes de la fiesta de los estudiantes, es algo que le hacen cada año como a modo de regalo, así que, tú como una de las mejores maestras tienes que estar.

–Interesante, no es mala idea —dije—. ¿Cuándo es?

—Mañana en la noche, así que ponte tu mejor vestido y olvídate de las clases para así poder pasarla bien —expuso con alegría.

—Estás muy feliz hoy, ¿se debe a algo o a alguien?

–Puede que sí, pero eso no es lo importante ahora... ya que aceptaste, ahora sí puedo decir que mi reto del día se cumplió —dio pequeños saltitos.

Estaba feliz, y en mi rostro se podía notar, pero mi sonrisa se fue desvaneciendo, Jennie pasó por nuestro lado con la mirada sumergida en su celular, no obstante, pude notar que no estaba bien. Me giré un poco solo para observarla subir la escalera, hasta que la perdí de vista. Tomé una bocanada de aire y regresé a mirada a Rosé, la cual ya no sonreía como antes.

—Está triste —murmuré.

—¿Jennie?

—Sí, no se ve bien, es extraño —volví a mirar hacia las escaleras—. ¿Será que le ocurrió algo?

—Puede que sí —Rosé se encogió de hombros—. Jennie es así, un día está bien y al siguiente no se sabe.

—Bueno —traté de pasarlo por alto—. Iré, no te preocupes que ahí me tendrás a la orden del día.

–¡Eres increíble, muchas gracias, Lisa! —festejó.

—De nada. Ahora subiré, ya se me va pasando la hora para entrar al aula.

Me terminé de despedir de Rosé, y subí las escaleras, era mentira, no se me estaba pasando la hora, tenía de más por lo temprano que llegué, pero quería saber que le estaba ocurriendo a Jennie, ella no estaba bien, no se lo quise mencionar a Rosé, pero su labio estaba partido, como si alguien la hubiera golpeado con mucha fuerza.

Al no dar con ella en los pasillos del segundo piso, me dirigí a la biblioteca que estaba en la parte de arriba, y con éxito la encontré, siendo la que estaba cerca de la ventana con un montón de libros. Esquivé las mesas y sillas y con mis tacones resonando, me acerqué a ella. No levantó la mirada, pero sé perfectamente que notó mi presencia.

—Hola —saludé—. Jennie...

—¿Qué quiere, Profesora Manobal? —preguntó con indiferencia—. En estos momentos estoy ocupada.

—Lo sé, perdona si interrumpo tu lectura, pero ¿cómo estás?

—No le importa, retírese —permaneció con la vista en sus libros.

—Jennie, soy tu profesora, me preocupo.

Dejó caer el libro provocando un ruido que formó eco por la biblioteca, miré a los lados esperando que nadie se quejara de eso, al notar que estábamos solas, me volví hacia Jennie.

—¿Sabe que es lo que creo?, que usted se está aprovechando del "soy tu profesora, por eso me preocupo", para acercarse a mi cosa que le queda muy mal, porque no se preocupa por ninguno de sus otros estudiantes como lo hace conmigo —expresó inexpresiva—. Yo estoy bien, solo déjeme de molestar.