𓂃 ࣪˖Capítulo 37. ִֶָ𐀔

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૮꒰ྀི⸝⸝JENNIE KIM⸝⸝꒱ྀིა

Al final del día, el plan con Lisa se cumplió tal cual yo lo quería, ahora estaba en mi cama, acariciando mi cuerpo como la última vez, con deseo y un fuego incontrolable. Buscaba la cercanía de mi cuerpo, así como yo buscaba la del suyo. La quería tan cerca de mí, y tan mía, que no la quería para nadie más.

Nuestros labios se besaban de manera desquiciada, mis manos rodeaba su nuca y la pegaban más a mis labios, nuestras lenguas buscaban el control, pero ninguna era capaz de tomarlo. Lisa me estaba demostrando con este beso, lo diferente que podía ser a los otros, entregándose más, dejando los miedos atrás y siendo ella misma a la hora de besarme.

Me lanzó a la cama y se subió sobre mí, formando un vaivén con sus caderas, torturándome. Gemí contra sus labios cuando su mano me rodeó la pierna para que la abrazara, Lisa sabía como volverme loca, como torturarme y matarme con solo uno de sus besos.

La habitación se sintió tan pequeña con ella de esa forma, quité su camisa, la cual me estorbaba entre el paso, y acaricié su abdomen. Ella se encontraba de rodillas y solo soltó un suspiro de placer al sentir mis manos por su cuerpo. Ella en serio me extrañaba.

Dejé un beso ahí, después de una lamida donde pude probarla. Deleitarme con su sabor, era jodidamente caliente verla de esa manera. Extrañar su calor fue una de las cosas que más me costó, y quería acabar con esta distancia desde ya. Hacer el amor con ella hasta que mis padres llegaran y luego seguir aunque estuvieran en sus habitaciones.

La tortura más grande fue estar sin Lisa todo este tiempo.

****

Para mí seguía siendo increíble estar recostada del pecho de Lisa, sintiendo su calor, enredada entre mis sabanas y con nuestras piernas entrelazadas. Era mágico y jodidamente bueno. La habitación solo era alumbrada por mi lámpara de noche, ella, por otro lado, hacía mimos a mi cabello.

—Te gusta mi cabello, he notado como lo acaricias —dije.

—Me gusta mucho, es hermoso —confesó—. Pero me gusta más acariciarlo, acariciarte a ti.

Sonreí, —No nos queda mucho tiempo.

—Casi son las once, debería irme vistiendo —intentó ponerse de pie, pero no la dejé—. Jennie, no debo quedarme.

—Si tu carro no está parqueado frente a la casa, está bien, quédate hoy, ellos no entran a mi habitación ya tan tarde de la noche, creen que duermo. Mi padre dejó de molestarme luego de lo que le dijiste.

—¿Sí?, supongo que funcionó —volvió a acostarse—. Sobre lo de Jimin...

—Lisa, ya no más, no quiero terminar peleando contigo por esa tontería —rechisté.

—Es necesario saberlo, ¿qué le hiciste? —quiso saber.

—Lo maté, el muy idiota quería amenazarte para que te acuestes con él, yo no iba a permitir —subí la mirada—, tú eres mía.

–Las cosas podían ser de otra manera, no vas a matar a nadie más, Jennie. Ya no más muertes, promételo.

—Lo prometo —dije sin dudarlo—. Pero no hablemos más de eso.

Me subí a horcajadas sobre Lisa, ansiosa por tenerla una vez más. Yo desnuda y excitada, solo quería tener a Lisa toda la noche, una y otra vez.

—Tú no tienes por donde apagarte —se rio—. Pues te daré lo que pides.

Sostuvo mi nuca y me jaló hasta ella, me besó con hambre, su lengua chocó con mi piercieng y sus dientes atraparon mi labio inferior haciéndome un mínimo de daño que no hacía más que ponerme. Hice un vaivén con mis caderas alimentando al hambre de mi clítoris, el cual estaba ansioso de que Lisa lo tocara.

Jupiter. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora