𓂃 ࣪˖Capítulo 39. ִֶָ𐀔

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૮꒰ྀི⸝⸝LALISA MANOBAL⸝⸝꒱ྀིა

—Profesora Manobal —recibí un llamado de Dahyun—. Espere.

—¿Pasa algo? –pregunté deteniéndome.

—No... si —titubeó—. Necesito saber algo.

—Claro —con algo de duda asentí—. Tu pregunta.

—¿Qué hacía su carro esta mañana en los alrededores de Jennie? —me puse pálida ante esa pregunta, Dahyun suspiró—. Lo digo porque pasé por ahí y bueno, supuse que era su carro.

—¿Mi carro?, no —me adelanté a decir—. Seguro es uno similar.

—¿Con el mismo color? —torció los labios—. Es extraño. No es por meterme, pero sería raro que usted esté a esa hora en casa de Kim.

—Dahyun, espero no estés creyendo que yo tengo algo con Jennie —sonreí tratando de aliviar la situación—. Seguro es un carro similar.

Sopesó, —Sí, seguro es eso y yo estoy confundiendo las cosas, perdone, sería ilógico creer que usted tiene algo con ella.

—Sí —carraspeé—. ¿Algo más que me tengas para decir?

—Sí, bueno, yo...

—Permiso, lamento interrumpir —Rosé intervino en la conversación—. Necesito hablar contigo, Lisa.

–Dahyun estaba a punto de...

—No, tranquila, profesora Manobal, ya luego le puedo decir. Adiós, Profesora Park —se despidió Dahyun.

—Adiós, Dahyun.

Rosé esperó que Dahyun desapareciera de nuestra vista para así comenzar a hablar.

—Ahora sí, Lisa, necesito decirte algo —se apresuró a hablar.

—Sí, adelante.

—Es sobre Jennie.

Perfecto, ahora todos quieren hablar de Jennie. Me tensé y asentí, dándole a entender que prosiguiera.

—Sé que ella siempre está detrás de ti, incluso, me niego a pensar que tú puedes sentir algún interés por ella —explicó.

—Cierto —mentí—. ¿Entonces?

—Lo que se me hace raro es que, Jimin haya desaparecido de la noche a la mañana, él no haría eso, dije sí, que hasta me caía mal en sus momentos, pero lo conozco y tengo tiempo trabajando con él. Y yo sé el interés que Jimin tenía hacia ti —expuso.

—No entiendo, Rosé, explícame mejor.

—Que tengo el presentimiento de que Jennie tiene que ver con la desaparición de Jimin —declaró.

El estómago se me revolvió al momento de escuchar eso, y como Rosé lo dijo con tanta seguridad, como si ella supiera más de lo que está diciendo. No temía ya por mi trabajo, lo hacía por ella, porque si Jennie se llegaba a enterar de esto había una probabilidad muy alta de que Rosé fuese la siguiente, y yo o sería capaz de cargar con otro muerto a mi hombro.

—Es estúpido, Rosé, ¿por qué dices eso? —me mofé—. Las alucinaciones te están afectando.

—¿Así como a ti?, lo del baño, los sueños esos en los que negabas algo —me miró con suspicacia—, dime, Lisa, ¿tu sabes algo que yo no?

A punto de responderle su celular interrumpió el momento, ella lo sacó de su bolsillo y miró el número. Murmuró un "es desconocido", y se lo llevó a la oreja para contestar. Su mirada permaneció en mí por unos segundos, hasta que esta viajó a una esquina, pensativa. Frunció el entrecejo y su rostro tuvo más de diez cambios en menos de cinco segundos.

Jupiter. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora