Epílogo.

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૮꒰ྀི⸝⸝LALISA MANOBAL⸝⸝꒱ྀིა

Estaba justo en la azotea de donde quedé de verme con Jennie. Esperaba paciente a por ella mientras Do-yun esperaba junto a sus hombres para así atacar. Caminé de un lado a otro impaciente, no quería tomar una mala elección con Jennie y terminar peor.

Y si hice esto es porque ayudaré a Jennie, quiero ayudarla porque sé que debajo de esa persona que no hace más que matar personas, hay alguien que tiene miedo, mucho miedo.

Pasé saliva y solté el aire cuando Jennie entró por la puerta de la azotea. Ella lucía bastante nerviosa y miraba a los lados, asegurándose de que nadie la estuviera esperando. Al verme su mirada se iluminó y su semblante pasó de asustado a uno más aliviado.

Se estaba pensando si venir a abrazarme, y yo le confirme que sí, cuando abrí mis brazos para que ella lo hiciera, corrió hasta mí y me abrazó. Su cuerpo estaba tembloroso, y me supuse que era por el miedo. Cerré mis ojos, no sentí miedo. Jennie no me provocaba miedo, hiciera lo que hiciera, ella no me provocaba miedo, pero tampoco paz.

—Te he extrañado mucho —sostuvo mi cara entre sus manos—. En serio, perdóname, Lisa, perdóname por lo que te hice. Yo... yo solo quería estar contigo.

—Jennie, había maneras, tenías que... hablar conmigo, me metiste en un problema muy grande —disimulé mientras Do-yun hacía tiempo para atacar.

—Es que parecía que te estaba gustando Rosé, pero ahora que me dijiste te amo, yo estoy segura de que no —sonrió—. Sí, me amas a mí.

—Bu-bueno, hay que hacer tiempo aquí, la policía debe estar buscándote —me separé de Jennie—. ¿Por qué te escondiste aquí?

—Solía venir aquí cuando me escapaba de mi casa, cuando mi padre golpeaba mucho a mi madre —un semblante agridulce se sentó en su rostro—. Cuando tenía miedo y no tenía a nadie con quien acudir.

—¿Nunca viniste aquí con nadie?

—Eres a la única que he aceptado en mis lugares más personales, Lisa. Nunca esperé un te amo de nadie, ni siquiera lo quería, hasta que llegaste tú —soltó el aire que estaba conteniendo—. Por eso lo recordaré siempre. Las personas se solían ir de mi vida sin decirme el porqué, solo despertaba y a la mañana siguiente ya no estaban.

—¿Te acostumbraste a eso?

—Mucho. Hasta que llegaste tú, no te veo lejos de mi vida, Lisa.

Mi corazón se encogió.

Y yo que estaba a punto de hacerle la peor de las jugadas. Barrí ese pensamiento y miré a Jennie con una pequeña sonrisa reconfortante.

—Siempre te querré ayudar. Deseo que sepas que todo lo que hago es para que tú estés bien, Jennie.

—Lo sé, Lili —se acercó y depositó un beso en mis labios—. Podemos irnos de aquí y...

Jennie quiso llevarme a la puerta, pero yo no se lo permití. Me miró confusa.

—Y que a pesar de todo, yo sí te quiero, Jennie —dije por último antes de que Do-yun saliera de su escondite.

Jennie retrocedió asustada, y mirándonos a todos. Ella tenía una mirada asustada, como si de un pequeño gato se tratase, escondiéndose para que no le hicieran daño.

—¡Confíe en ti, Lisa! —gritó desesperada.

—Lo siento, Nini —bajé la mirada.

—Está usted rodeada, Señorita Kim, todo lo que diga es y será usado en su contra. Es acusada por la muerte de Kai, del profesor Jimin y del ex de Lalisa Manobal, William.

Jupiter. (Jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora