Jupiter. (Jenlisa)

𓂃 ࣪˖Capítulo 14. ִֶָ𐀔

૮꒰ྀི⸝⸝LALISA MANOBAL⸝⸝꒱ྀིა

—¿Te gustan tus nuevos alumnos? —preguntó Rosé—. Creo que son mejores.

—La verdad no, mi curso anterior era bueno, no digo que estos no lo sean, pero no es lo mismo. Me tendré que acostumbrar —bebí un poco de mi agua—. Después de todo, lo hice por Jennie.

—¿No te volvió a molestar?

Iba a responderle que sí, que fue a mi busca, pero eso complicaría las cosas y quizás Rosé, quiera hablarlo con el director, mi deseo no era que expulsaran a Jennie, sino que ella entendiera lo que estaba mal, que era intentar meterse con su profesora, que se sacara esa idea erronea de la cabeza, la cual le estaba afectando.

Por esa razón, opté por responder con la mentira, para evitarle conflictos a futuro, sé como es Rosé, ya estaba estudiándola y ella sí llevaba las cosas hasta lo último hasta que veía que todo estaba exactamente como ella quería, y con Jennie no sería la excepción.

—No, no me molestó más, eso fue gracias a ti, al ver mi cambio se rindió —dije con simpleza, pero ocultando la verdad—. ¿Tú resolviste algo con Jisoo?

—La he estado evitando, y entiendo que es mejor así, como digo siempre, lo que hace al maestro es su amor a su trabajo y a sus alumnos, pero no de esa manera —sopló—. Jisoo entenderá eso en algún momento.

—¿Eso crees?

—No lo sé, Lisa, se nota tan terca...

—Terca es Jennie, Jisoo es persistente —troné los de mis manos—. Digamos que si parecen amigas.

—Sin duda, ¿resolviste el problema con tu ex?

—Algo así, quedamos en enemigos por ahora, es extraño, pensé que sí podía cambiar, pero parece que a veces espero mucho de las personas y terminan siendo todo lo contrario... oye, Rosé, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Por supuesto.

—Es extraño saltar de un tema a otro, pero ¿no te has percatado de que Jennie a veces tiene moretones y eso?

—No, nunca, ¿por qué?, ¿le has visto algo?

—Muchas veces, Rosie, muchas. Incluso le pregunté, pero no me dio respuesta, eso me tiene preocupada —afirmé—. Quizás Jennie tenga razones para ser así.

—Puede ser, pero si Jennie no reconoce su propio problema, Lisa, uno no puede hacer nada —replicó–. Ella tiene que buscar su ayuda.

—No, Rosé, no lo entiendes... ¿Cómo la buscará si no tiene a nadie?

—Sus amigos no están pintados —respondió—. Son buenos con ella, a pesar de hacer desorden, se nota que la quieren, Lisa.

—No es lo mismo, Jennie necesita más ayuda, Rosé. Quizás si alguien de verdad se preocupara por ella, prestara atención a Jennie...

—Generaría un apego —contestó—. Y tú lo sabes. Es mejor no meternos del todo, pero podemos buscar pruebas, Jennie puede que esté siendo maltratada en su casa.

—Puede que sí, pero por el momento no hay mucho que se pueda hacer —dije—. Quiero conocer la ciudad, siento que me he perdido de mucho, encerrada en mi departamento.

—Si gustas, voy contigo, estoy libre —se ofreció Rosé.

—Me parece bien, ¿en tu coche o en el mío?

—Yo conduciré, porque te llevaré a los mejores cafés, ven —me sostuvo de la mano y me arrastró con ella hasta la salida.

Donde era inevitable encontrarme a Jennie, terminé chocando mirada con ella, pero Jennie la desvió y se centró en un chico el cual parecía ser estudiante. Llegamos hasta mi coche donde Rosé me pidió llaves y se las entregué, me subí en el lado del copiloto, analizando desde ahí al chico con el cual Jennie hablaba.