En un reencuentro teñido de nostalgia, dos almas se entrelazan una vez más después de una larga separación. Los recuerdos resurgen vívidamente, pero para Hana, este retorno aviva un amor no correspondido. En este nuevo capítulo, el anhelo se entrela...
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El descanso llegó, y Soo Ah fue la primera en avistar a Hana y no dudó ni un segundo en correr hacia ella, abrazándola con una mezcla de emoción.
—¡Hana, te he extrañado tanto!— exclamó Soo Ah, mientras inundaba a su amiga con preguntas y muestras de afecto.
—Yo también te extrañé, — respondió Hana con una sonrisa, intentando corresponder al abrazo en medio del cariño desbordado de Soo Ah.
—Mira, ella es Lim Joo Kyung, ¿no es linda?— dijo Soo Ah con entusiasmo, señalando a Joo Kyung para que Hana la conociera.
Hana rio suavemente, aceptando el gesto amistoso de Soo Ah. —Encantada, estoy segura de que seremos grandes amigas, — expresó Hana con una calidez sincera, mientras Joo Kyung respondía con una sonrisa radiante, mostrando su entusiasmo y admiración hacia Hana.
El bullicio continuaba cuando Tae Hoon se acercó a las chicas con una sonrisa, extendiendo su mano hacia Hana en un gesto para chocarla, pero justo cuando ella estaba a punto de corresponder, él retiró la mano de repente. Hana simplemente rodó los ojos con diversión ante la jugada del chico.
—Oye, ¿Soojin y Suho son cercanos?— preguntó Joo Kyung con curiosidad.
—Sí, son bastante cercanos. Sus familias se conocen desde que eran niños, aunque él era más cercano a Hana...— mencionó Soo Ah antes de detenerse en seco.
—¿En serio?— preguntó Joo Kyung, intrigada por lo que estaba escuchando.
—Bueno, solíamos ser cercanos, supongo. Pero parece que las cosas han cambiado, y el chico ha cambiado también bastante, ha experimentado un cambio drástico.— dijo Hana en un tono tranquilo mientras desviaba la mirada hacia abajo.
Un golpe repentino resonó en la puerta, interrumpiendo la conversación. La entrada se llenó con una llegada de un grupo de chicos que se dirigían directamente a Seojun, quien parecía estar sumido en un estado de letargo o, al menos, aparentaba estar dormido.
—Han Seo Jun, si volvías, deberías haber mostrado tu cara y saludar, ¿no crees?— declaró Chorong, uno de los chicos del grupo, con confianza. Hana tenía la certeza de que así se llamaba y de que mantenían una amistad.
La mesa recibió un golpe contundente por parte de Seojun antes de que se levantara, enfrentándose a aquel grupo que acababa de irrumpir en el aula. No se necesitaban palabras para entender que existía una historia previa entre ellos.
El aire se cargó con una tensión palpable mientras Seojun y su grupo de amigos se dirigían hacia la salida, llevándose consigo esa atmósfera densa que había alterado momentáneamente el ambiente tranquilo del aula.
La hora del almuerzo llegó y Hana se dirigió hacia el comedor junto a Soojin. Al sentarse juntas, Soojin expresó su alegría al ver a Hana de regreso y ambas comenzaron a conversar animadamente. Hana compartió con entusiasmo detalles sobre el libro que había estado leyendo, mientras Soojin la escuchaba atentamente, sonriendo con complicidad.
—Han Seojun da un poco de miedo, — comentó Joo Kyung, desviando la atención de las dos chicas hacia ella.
—Tiene ese estilo de chico malo. Hay un terrible rumor de que golpeó a un estudiante hasta dejarlo casi inconsciente, por eso se tomó un descanso de la escuela— confeso Soo Ah, sumando detalles inquietantes a la conversación.
—¿En serio?— preguntó Joo Kyung, visiblemente alarmada por la revelación.
—Soo Ah, no vayamos tan lejos. Son solo rumores. Ya sabes cómo les gusta inventar falsos rumores, — intervino Hana.
—Tiene razón. A veces exageran las cosas. Dicen que se tomó el descanso por problemas familiares, — agregó Soojin, intentando aportar una visión más equilibrada a la situación.
—No saben nada de eso, — replicó Soo Ah con firmeza, mirándolas con seriedad.
Hana decidió simplemente continuar con su comida, dejando el tema de lado momentáneamente.
Cuando regresó la hora de clase, todos se concentraron en el señor Han mientras explicaba el tema del día.
—¿Todos investigaron sobre los poetas que discutimos la última vez, ¿verdad?— preguntó el profesor. La respuesta unánime afirmó que sí.
—Este es un trabajo grupal, así que discútanlo entre ustedes y preparen una presentación, — instruyó el Señor Han, recibiendo asentimientos de los estudiantes. Para mala suerte de Hana, le tocó trabajar en el proyecto con Seojun.
—Oye, Han Seojun, ¿sabes cómo hacer una presentación?— preguntó Soojin. La atención del chico se desvió hacia ella.
—Ah, ¿modelar? Por supuesto, solía ser un modelo de prueba, ¿sabes?— respondió Seojun con orgullo, su sonrisa amplia y segura de sí misma.
Hana, Soo Ah y Soojin intercambiaron miradas incrédulas ante la respuesta de Seojun.
—¿Qué sentido tiene eso?— susurró Hana, cuestionando la relevancia del comentario. Sin embargo, Seojun captó perfectamente el susurro.
Los comentarios sin sentido de Seojun provocaron burlas por parte de Hana, quien no pudo evitar expresar su incredulidad. Seojun, notando la actitud burlona de Hana, la miraba con molestia, creando un ambiente incómodo durante toda la hora.
Soojin y Soo Ah se vieron obligadas a aguantar la tensión entre Hana y Seojun, tratando de mantener la calma y continuar con el trabajo a pesar de la incomodidad palpable en el aire.
La anhelada hora de regresar a casa finalmente había llegado, y Hana esperaba este momento con impaciencia. Se despidió de las tres chicas con un gesto rápido, ansiosa por marcharse.
Rápidamente, se dirigió hacia el auto de su hermana, quien la saludaba desde el asiento del conductor.
Minho también se aproximaba, pero antes de que él pudiera llegar, Hana se adelantó ágilmente y ocupó el asiento delantero, revelando la clara expresión de molestia en el rostro de Minho al verla tomar ese lugar.
