En un reencuentro teñido de nostalgia, dos almas se entrelazan una vez más después de una larga separación. Los recuerdos resurgen vívidamente, pero para Hana, este retorno aviva un amor no correspondido. En este nuevo capítulo, el anhelo se entrela...
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Después de la desconcertante situación con Doyun, Hana optó por refugiarse en su habitación durante todo el fin de semana. Sumida en un silencio interno, cerró temporalmente las puertas a las interacciones externas.
A pesar de los numerosos mensajes y llamadas que Doyun le envió, Hana eligió no responder, manteniendo una distancia mientras reflexionaba lo ocurrido.
Hana creía firmemente que, en algún momento perfecto, estaría lista para abordar la situación y hablar con Doyun.
El domingo, al despertar, encontró a su hermano Minho absorto en un partido de béisbol, un evento al que inicialmente imaginó que Joo Kyung también asistiría. Hana se sentó junto a Minho, recomponiéndose mientras se sumergía en la transmisión del juego en la televisión.
No obstante, el desenlace del partido no fue lo que capturó la atención de Hana. A medida que Hyeong Jin celebraba su victoria, el estruendo de aplausos y vítores llenó la sala, pero lo verdaderamente impactante para ella fue cuando enfocaron en la tele a Seojun y a Suho.
Ambos se encontraban juntos, abrazándose y saltando de alegría. Incluso Suho levantó a Seojun en el aire.
La expresión de asombro en el rostro de Hana era palpable mientras contemplaba la escena en la pantalla, sus ojos, como platos, reflejaban la incredulidad de presenciar algo tan increíble. No podía evitar pellizcarse suavemente, casi esperando despertar de un sueño.
Con el final del partido, en silencio, con la mente llena de pensamientos y emociones, se dirigió hacia su habitación.
El día del tan esperado viaje escolar se acercaba rápidamente, y Hana se sumergía en la tarea de hacer las maletas. Después de una persuasiva conversación con Soojin, quien logró convencerla de unirse al viaje, ambas compartieron una agradable videollamada mientras organizaban sus pertenencias.
La mañana del viaje llegó, y Hana se vio forzada a despertarse temprano para sumergirse en la preparación. Hana decidió tomarse el tiempo para arreglarse y verse presentable.
Navegando entre las prendas colgadas en su armario, Hana finalmente eligió una blusa de un tono lavanda y para complementar, optó por unos jeans de un azul claro.
Su cabello, un enigma de recogido y suelto y unos pendientes, los cuales Soojin se los había regalado. Mientras su perfume de vainilla se convertía en el eco de su presencia. Yuna, esperaba a la chica pacientemente, la aguardaba para llevarla en el automóvil.
Tras despedirse de sus padres con un rápido abrazo, Hana y Yuna se pusieron en marcha.
Al llegar, Yuna se encargó de bajar el equipaje de Hana, despidiéndose con un gesto antes de ocuparse de sus propias responsabilidades.
