En un reencuentro teñido de nostalgia, dos almas se entrelazan una vez más después de una larga separación. Los recuerdos resurgen vívidamente, pero para Hana, este retorno aviva un amor no correspondido. En este nuevo capítulo, el anhelo se entrela...
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La mañana siguiente, Hana llegó temprano a la preparatoria, y al salir, notó un mensaje de Doyun invitándola salir un más tarde, a lo cual Hana aceptó.
Joo Kyung compartió con Hana que gracias a Seojun, ella había encontrado una cafetería para trabajar a tiempo parcial. Durante la conversación, Joo Kyung lanzó la pregunta intrigante sobre qué haría Hana si su amiga le gustara su novio, haciéndola darse cuenta de que se refería a Soojin.
Hana, desconcertada ante la pregunta, no supo qué responder. En ese momento, Joo Kyung le entregó una gomita bonita con un diseño floral, indicando que Soojin había pensado en ella y le pidió que se la entregara. Este gesto inesperado hizo que Hana se sintiera agradecida por la consideración de Soojin, anticipando que le expresaría su gratitud más tarde.
—Oye Hana, ¿quieres acompañarme a la cafetería?— preguntó Joo Kyung con ilusión.
Hana, al principio renuente, aceptó la invitación de Joo Kyung y se encontró en la cafetería, donde también coincidió con Seojun tomando el turno.
Mientras Seojun la saludaba cortésmente, Hana correspondió con un gesto amistoso antes de sentarse.
Joo Kyung, siempre atenta, dejó un trozo de pastel en la mesa de Hana, quien agradeció el gesto.
Mientras exploraba el lugar con la mirada, no pudo evitar notar cómo Seojun observaba intensamente a Joo Kyung, con un brillo especial en sus ojos. Recordando las palabras de Seojun sobre dejar atrás sus sentimientos, Hana se percató de que la realidad era diferente: el chico no podía apartar la mirada de Joo Kyung.
En ese instante, Hana aceptó la verdad con serenidad. Aunque la escena la impactó con cierta melancolía, no mostró resentimiento ni celos.
Comprendió que Seojun amaba a Joo Kyung y no a ella. Con madurez, aceptó que, en esta vida, no era la indicada para él. No mostró ninguna expresión de tristeza, sino más bien un reconocimiento tranquilo de que las cosas no siempre salen como uno espera.
Hana disfrutó del último bocado del pequeño trozo de pastel, pagó la cuenta y se despidió con una sonrisa de Joo Kyung y Seojun.
Mientras caminaba hacia casa, revisó su teléfono y notó que aún quedaba tiempo antes de la quedada con Doyun. Aprovechó esos minutos adicionales para sumergirse en la creación de su historia.
La trama, que había comenzado como una simple narrativa ficticia, sorprendentemente tomó un giro inesperado. La protagonista, Emy, se encontraba en una encrucijada amorosa, enamorada de alguien que no correspondía a sus sentimientos. La narrativa fluía con giros intrigantes, y Hana se dio cuenta de que tal vez, de manera inconsciente, estaba vertiendo su propia experiencia y emociones en cada palabra escrita.
