En un reencuentro teñido de nostalgia, dos almas se entrelazan una vez más después de una larga separación. Los recuerdos resurgen vívidamente, pero para Hana, este retorno aviva un amor no correspondido. En este nuevo capítulo, el anhelo se entrela...
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La fresca mañana envolvía los alrededores de la preparatoria mientras Hana avanzaba con paso, su mochila balanceándose con cada paso. Ascendió las escaleras hacia el edificio escolar, inmersa en el bullicio matutino que se interrumpió abruptamente con un intrigante espectáculo, Joo Kyung persiguiendo a Seojun.
Absorta en la escena, Hana giró su cabeza y se topó con Suho, cuya mirada serena ocultaba una mezcla de emociones apenas visibles.
—¿Disfrutaste ayer la película?—, soltó Hana burlándose del chico. —Si tan celoso estabas, tal vez deberías haber ocupado el lugar del chico en su cita. Me pregunto cómo te confesarás, esperaré con ansias para ver eso—, dijo Hana con un tono que oscilaba entre la curiosidad y la burla.
—Oye, ¿de qué hablas? No me gusta ella, ¿entiendes?— insistió Suho, tratando de expresar sus emociones mientras seguía el paso de Hana, intentando establecer su propia trama en el torbellino de la situación. Pero ella, decidida a mantener el control de la narrativa, sacó un libro y lo abrió, sumergiéndose en sus páginas con determinación, ignorando por completo las palabras del chico.
Al adentrarse a la clase, Hana se topó con Joo Kyung enseñándole a Soo Ah algo en su teléfono. Las conversaciones con el chico de la cita a ciegas parecían ser el tema principal.
Joo Kyung relataba cómo todo había salido mal. Al parecer, el chico ya tenía novio y solo buscaba una aventura con ella. Mientras Joo Kyung narraba su desencanto, Seojun no perdió la oportunidad de burlarse de ella, añadiendo leves sarcasmos que agriaban la situación.
Hana desvió su mirada hacia Suho, quien estaba observando la escena con una serenidad superficial, pero con una ligera intriga en sus ojos.
Ella, con un gesto sutil, primero negativo y luego transformado en positivo, intentó transmitir algo. Fue un pequeño intercambio de señales, un lenguaje secreto que solo ellos dos parecían comprender.
Suho, aunque aparentemente ajeno, mostró una chispa de sonrisa en su rostro, apenas perceptible. Era como si hubiera captado el mensaje oculto de Hana y respondiera con una reacción sutil.
El receso llegó y Soo Ah, Joo Kyung y Hana se reunieron para disfrutar de un breve descanso. Estaban explorando la variedad de snacks que ofrecía el lugar cuando, de repente, un forcejeo repentino los interrumpió. Alguien empujó a Hana, quien a su vez chocó con la persona delante de ella.
—Dios mío, ¡ten cuidado!—, exclamó Hana mientras trataba de apartar a quien la había empujado, solo para darse cuenta de que el causante del incidente era Seojun.