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La siguiente mañana, Hana, una vez más, despertó tarde y no tuvo más remedio que tomar el autobús. Se apresuró en arreglarse, vistiéndose con su uniforme y peinando su cabello mientras tomaba algo rápido para llevar consigo.

Llegó adormilada a clase y apenas tuvo tiempo de saludar a Soo Ah antes de recostarse en su pupitre.

Durante la clase de deportes, dividieron a los equipos y el juego consistía en lanzarse la pelota para eliminar al equipo contrario. Hana, aparentemente desconectada, lanzaba la pelota al azar, evitando agarrarla cuando se la dirigían hacia ella. En un instante, la pelota cayó fuera del campo. Hana se apresuró a recuperarla, pero antes de poder tomarla, alguien la detuvo con el pie. Miró hacia arriba y se encontró con Seojun.

—Oye, ¿tienes algo mío, verdad?— dijo Seojun con tono acusador, desconcertando a Hana.

—¿De qué estás hablando?—, preguntó ella confundida.

—¿Huiste con mi casco, no es así?— insinuó Seojun, provocando la sorpresa de Hana, quien intentó recordar, pero no tenía memoria alguna sobre un casco.

—No tengo ningún casco tuyo. Estás muy confundido—, respondió, tratando de comprender la situación.

Antes de que Seojun pudiera continuar, una pelota impactó directamente en su cabeza, desatando una risa incontrolable en Hana, quien observó curiosa quién era el responsable. Fue entonces cuando recordó la noche en que compró libros y se encontró con él. En ese momento, él le había entregado abruptamente un casco, pero al llegar a casa, el casco fue arrebatado por Minho.

—¡Ah, ya recuerdo! Te devolveré tu casco mañana—, se excusó apresuradamente antes de marcharse.

Pero al regresar al equipo, recordó que no había recuperado la pelota.

—¿Dónde está la pelota, Hana?— preguntó Soojin.

—Tranquila, voy por ella— ofreció Joo Kyung. Sin embargo, al recogerla y retirarse, tropezó con su propio pie y cayó al suelo, haciendo que Suho pasara sobre ella.

Las tres chicas se apresuraron hacia Joo Kyung para ayudarla a levantarse. —Lo siento, debí haberla agarrado en el momento en que fui a por ella, soy un poco despistada— Hana se disculpó, mostrando su arrepentimiento por lo sucedido.

—Ese idiota—, murmuró Soojin, observando cómo Suho se retiraba.

Al finalizar la clase de deportes, las cuatro chicas volvieron a ponerse sus uniformes y descendieron por las escaleras.

—¿Qué hace tu novio que no está comiendo?— preguntó Soojin a Soo Ah.

—Dijo que está terminando su tarea, así que solo comerá algo de la tienda de conveniencia— explicó Soo Ah, algo contrariada.

—¿En serio? ¿No deberíamos comprarle algo?— propuso Hana.

—No lo sé, que muera de hambre—, respondió Soo Ah

—¿Han vuelto a pelear?— preguntó Soojin.

—Ni siquiera tenemos tiempo para pelear— explicó Soo Ah. —Sigue ignorando mis llamadas porque ayer quería dormir temprano. No creo que sepa que hoy es nuestro día número 100. Es tan molesto—, añadió.

—No puede ser que Tae Hoon haya olvidado vuestro día 100, ¿verdad?— intervino Joo Kyung.

—Si realmente lo olvidó, entonces será nuestra ruptura. Él es el único novio con el que he estado durante 100 días—, lamentó Soo Ah mientras ingresaban al aula.

Sin embargo, al entrar, Soo Ah se llevó una gran sorpresa. La clase estaba decorada de manera encantadora, y para su asombro, Tae Hoon era el responsable. El chico sostenía una libreta con algo escrito, ''Soo Ah, quien es más bonita que Suzy ante mis ojos, incluso cuando esté viejo y arrugado. Solo pensar en ti me hará sentir bien'' Todos en el aula comenzaron a aplaudir y vitorear.

Tae Hoon, de repente, empezó a bailar y cantar una cursi canción. Soojin y Hana se miraron intentando contener la risa por lo cursi de la situación.

—Soo Ah, probablemente iré al infierno, ya que te robé a ti, un ángel del cielo. Te he abrazado en mi corazón. Te amo, mi ángel—, dijo Tae Hoon, provocando que Soo Ah se acercara a abrazarlo y él correspondiera.

Todos en el aula sonreían, reían y vitoreaban. Hana observaba la escena con una sonrisa, Tae Hoon y Soo Ah siempre habían sido su pareja favorita, y ver su amor en pleno auge le llenaba de alegría.

—¡Beso, beso, beso!— el clamor de todos para que la pareja se besara resonaba en la sala. Estaban a punto de hacerlo cuando Hyung-gyu interrumpió. Sosteniendo un pastel con la intención de lanzarlo.

—¡Qué vergüenza! ¡Háganlo con moderación!

Al ver la amenaza, Tae Hoon y Soo Ah se apartaron rápidamente, y el pastel se dirigió directamente hacia Hana, quien también se apartó. Por desgracia, el pastel impactó de lleno en el rostro de Joo Kyung.

El caos se apoderó del aula con un estallido de sorpresa y preocupación cuando el pastel destinado a Tae Hoon y Soo Ah voló hacia Joo Kyung. El dulce se estrelló directamente en su rostro, dejándola atónita y cubierta de crema y migas.

—¿Qué hacemos?— Soo Ah agarró papel para ayudar a limpiar a Joo Kyung.

—¿Una toalla húmeda será suficiente? Parece que necesitarás lavarte la cara— comentó alguien más. Joo Kyung estaba paralizada mientras todos intentaban limpiarle el pastel.

El ruido de la algarabía de los estudiantes se mezcló con exclamaciones y algunos intentaban limpiarla, mientras otros gritaban. Joo Kyung, paralizada, parecía no saber cómo reaccionar ante la situación inesperada.

—¡Paren ya, que nadie me toque!— exclamó Joo Kyung.

Rápidamente, Joo Kyung tomó su neceser y emprendió una carrera hacia la salida. Hana, observando cómo caían unos polvos del neceser de Joo Kyung, los recogió ágilmente antes de seguir a la chica que corría. Todos los demás estudiantes también siguieron a Joo Kyung, formando un grupo en movimiento tras ella.

La chica se movía rápidamente por el pasillo, seguida de cerca por Hana. En su trayecto, Seojun se encontraba agachado, ocupado, atándose los cordones de sus zapatos.

—¡Apártense!— advirtió Joo Kyung mientras todos trataban de cederle espacio. Sin embargo, Seojun quedó atrapado en medio del revuelo, y la chica acabó subiéndose sobre su espalda. Seojun, que estaba aún agachado, no pudo reaccionar a tiempo, y la carga repentina lo dejó adolorido en el suelo.

Hana, al presenciar la situación, no pudo contener la risa, lo que solo incrementó la molestia de Seojun. El chico, visiblemente fastidiado, murmuraba entre dientes y clavaba una mirada de disgusto en Hana, que parecía divertirse aún más.

Sin embargo, como si la mala suerte se hubiera dirigido directamente hacia Hana, la situación dio un giro inesperado.

Mientras se burlaba de Seojun, un inoportuno tropezón con uno de sus propios cordones la llevó a caer al suelo. En un instante, las risas se invirtieron, ahora era Seojun quien se reía de ella, mientras ambos estaban en el suelo.

La sonrisa en el rostro de Hana se esfumó instantáneamente al verse en el suelo, rodeada por la mirada expectante de todos los presentes, quienes se habían reunido a su alrededor para ayudarla.

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MIDNIGHT RAIN / Han SeojunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora