EPÍLOGO

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UN AÑO DESPUÉS

Jin estaba apurado terminando de acomodar su cabello, su madre puso el pequeño bouquet de azahar en la solapa de su chaqueta. Hyun-Ki tenía a Nari en brazos y mientras cantaban una canción infantil acerca de un tomate la pequeña sonreía mostrando sus dos dientes inferiores aplaudiendo feliz. Su cabello negro estaba sostenido por un cintillo rosa que hacía juego con su delicado vestido de manga larga. Se veían hermosa.
—Vamos amor, tu futuro esposo estará preocupado por tu retraso — dijo Seong-Su entrando en la habitación mientras traía de la mano a los mellizos Min y detrás de ellos sus padrinos Jimin y Hoseok.
El pequeño Hee-Young estaba en brazos de Jiho, sosteniendo un peluche de dinosaurio, al parecer el gran T-Rex era un héroe para el pequeño. Si querían que Hee-Young estuviese tranquilo entonces nadie debía tocar al dinosaurio.
Eun entró feliz con un pequeño bulto en su vientre, apenas tenía cuatro meses de gestación y no había sido nada fácil poder hacer funcionar su tratamiento en él, pero con amor y paciencia lo habían conseguido. Hace apenas un mes se había casado con Jiho y no podía imaginar alguien más increíble que el beta para ser su compañero, nunca imaginó que el hombre que conoció en ese bar junto a sus amigos sería el amor de su vida. Era gracioso estar emparentado con Hobi, no había mejor familia política que la de su esposo y sus suegros eran fabulosos sin contar con que estaban excesivamente felices de la llegada de su nieto o nieta. El hermano de Jiho estaba maravillado de que su hermano pudiese traer un bebé junto a Eunwoo y no paraba de jactarse con que sería el tío que llenaba de dulces y regalos.
Salieron hacia el salón donde el juez de paz los estaba esperando, no sería una boda perfecta si no hubiese sido en el Hotel Plaza,  aunque no era junio.
Cuando todos se acomodaron y la melodía de los violines empezó a sonar ingresó con su padre, allí, frente al juez su verdadero amor aguardaba por él. Vestido con un elegante tuxedo de Armani estaba Jeon Jungkook,  el mismo Kook que había sido su amigo, compañero y confidente, su colega de aventuras, de travesuras. El Kookie con quién robaba galletas del frasco de su cocina antes del almuerzo y con quién salían a volar cometas en el cielo azul de Corea, lágrimas de emoción empezaron a llenar sus ojos haciendo más obvias las motas de oro de sus pupilas. Toda su vida pasaba en sus recuerdos mientras se acercaba más al alfa. Construyeron todo para su hogar y lo más grandioso de sus vidas estaba sentada en las piernas de su abuela Sena sonriendo feliz.
Cuando estuvo frente a Kook, Kim Seong-Su su padre besó su frente y la de Jungkook y luego les dijo:
—Estoy orgulloso de ustedes dos, lograron encontrar su camino juntos —los abrazó y se sentó junto a su amada esposa y nieta.
Cuando llegó el momento de los votos el alfa tomó el aro brillante y colocándole en el dedo anular de Jin pronunció a su esposo.
—Yeobo, mi amado Jin. No existe un día que no dé gracias por tenerte en mi vida, primero como amigo y después como mi compañero, mi amante y padre de mi hija. Eres lo más hermoso que puede existir y soy afortunado por tener el privilegio de llamarte esposo. Cuando solía verte correr por los patios de nuestras casas y venir a mis brazos me prometí que cuidaría de ti y cuando fuimos jóvenes sabía que estaba completamente enamorado.
No podría vivir una vida más perfecta porque gracias al cielo, tú y nuestro hermoso lirio están en ella, debo haber hecho algo bueno para que me bendijeran con su presencia. Prometo amarte, cuidarte, ser tu compañero leal y la roca en quien puedas respaldarte. Prometo cargar tu cuerpo exhausto cuando envejezcamos, malcriar a nuestros nietos y estar contigo hasta mi último aliento. Te amo Kim SeokJin y no hay nada que no haría por ti. —dio un beso en la delgada mano de su omega mientras este lo miraba con lágrimas en los ojos y una mirada llena de amor.
—Jeon Jungkook, mi amoroso alfa. No hay palabras que puedan expresarte cuánto te amo, lo intensamente enamorado que estoy de ti y lo increíble que eres amor.
Cada mañana cuando despierto junto a ti doy gracias a la vida por traerte conmigo por permitirme compartir todo de mi contigo, por haberte dado mi corazón hace tantos años atrás. El miedo a fallarte me tuvo vagando por caminos que siempre, de una u otra manera me llevaron nuevamente a ti. Has sido mi apoyo incondicional y constante, sabes todos mis secretos y nunca has juzgado nada de lo que he dicho o hecho. Me has consolado y has sido mi fortaleza cuando estoy cansado del mundo, no hay un hombre o padre más perfecto que tu, Nari es la niña más afortunada por tener un papá que la cuida y la adora tanto. Nuestra hija y yo fuimos bendecidos con tu amor, mi vida.
Mi promesa contigo es amarte, respetarte y cuidarte, ser tu amoroso esposo y envejecer contigo. Tomar tu mano a través de los años y amarte incluso más allá de cualquier límite de tiempo que la vida nos dé.  Te amo con mi alma entera Jungkook. —deslizando el aro en el dedo de su alfa, SeokJin pronunció las palabras.
Una vez declarados esposos oficialmente, Jungkook abrazó la diminuta cintura de su esposo y le dio un largo beso. No podía creer que al fin Jin era oficialmente su marido.
En la recepción, luego de los brindis y palabras respectivas era hora del primer baile de los esposos Jeon-Kim. En el centro de la pista Jungkook guiaba a Jin con las notas de “The Way  You Look Tonight”  en la voz de Frank Sinatra, era perfecta para su yeobo. Nada podía igualar la forma en que su sonrisa y sus ojos brillaba más esta noche.
Sabía que su luna de miel consistía en unos días en Curazao y Aruba, su bebé estaba acostumbrada a pasar tiempo con sus abuelos y además tendría la compañía de sus primos añadidos. Cuando Nari llegaba a la casa de los Min se olvidaba de todo por jugar con los mellizos y era aún más ruidoso si también añadían a Hee-Young en esa mezcla. Los cuatro cachorros eran buenos amigos y se agotaban lo suficiente como para dormir profundamente dejando a los adultos tomar un respiro.
Tomaron su vuelo por la mañana después de despedirse de sus padres y su bebita que aún dormía en su cuna. Sus cabellos negros, sus largas pestañas y sus labios encuadrados en su regordete rostro de bebé la hacían lucir angelical.
Cuando llegaron a las paradisíacas islas se registraron en la suite del hotel que habían reservado. Fueron recibidos por champagna, flores y el más hermoso paisaje desde su ventana. Jungkook tomó la mano de Jin y salieron al balcón a respirar la brisa salada del mar. Un gran manto azul su fundía con el cielo, marcaron una vídeo llamada y sus padres respondieron con Nari gritando de fondo mientras unas carcajadas la siguieron casi al instante.
—Hola papás. ¿Qué suceden en casa? —preguntó Jin cuando vio salir volando un balón inflable detrás de sus padres y los chillidos emocionados de los niños corriendo detrás. Aún fuerte golpe y el estruendo de algo que se estrelló en el piso, hizo que los adultos voltearan ver de donde provenía el ruido. El llanto de un niño interrumpió todo, Hyun-Ki salió corriendo y momentos después apareció con Soon-Bok en brazos y sobando la frente del pequeño.
—Creo que su hermana fue muy efusiva —dijo su suegra. Mientras la voz de Jimin sonaba en algún punto diciéndole a Eunjoo que debía jugar un poco más suave con su hermano.
—¿Están todos en casa? —preguntó Jin, fijándose en Hoseok alzar a Nari y a Taehyung levantar del suelo a los Eunjoo y Hee-Young.  Mientras Jimin volvía a hablar diciendo que estaba lista la comida.
—Ehhh todos vinieron de visita cariño. Tenemos que comer, disfruten de su luna de miel queridos hijos y traigan más bebés con ustedes —dijo Sena sacando una carcajada de Minjun y Seong-Su. Cerraron la llamada y Jin se recostó en el amplio pecho de su esposo.
—Soy tan feliz amor, no cambiaría nada de lo que tenemos. —expresó Jin mientras Jungkook dejaba suaves besos en su cuello y acariciaba su abdomen por debajo de su camisa.
—Yeobo, te amo tanto. No puedo dejar de agradecerte por todo lo que me has dado, tu amor, tu confianza y una preciosa hija a la que adoro. Ahora que te parece si vamos a tomar un poco de sol, comer algo y disfrutar de nuestra tarde para que pueda hacerte el amor después —le susurró en el oído a su omega, haciendo que la piel se erizara en los brazos de Jin.
—Kookie, no podrías haberlo dicho mejor —respondió Jin dando la vuelta y besando los labios de su esposo. Disfrutando del cálido amor que el hombre que amaba le podía entregar.

Yyyyy terminamos, tenemos sólo un extra pendiente y concluimos con todo. Les agradezco un millón el apoyo. Nos leemos más tarde💜

NO TODO SE QUEDA EN LAS VEGAS [KOOKJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora