I Lost Myself - Tom Kaulitz

Your destiny

17 de mayo de 2010

Finalmente había llegado a mi nuevo destino, por fin estaba en Múnich.
No era algo que me agradara mucho, sinceramente, pero estaba aquí por mi padre, ahora me tocaría vivir con él.
Mi padre es uno de los mafiosos más buscados en toda Alemania, incluso por Europa, cosa de la que tampoco es que esté orgullosa. Ser hija de un mafioso, joder, parece bueno y todo, porque a mi padre le lloverán billetes, pero también tiros.

Prácticamente me pongo en peligro por el simple hecho de venir a vivir con él, pero tampoco tengo mucho más a donde ir, quería quedarme en mi ciudad natal, pero mi padre me hizo venir.
Y ahora a me encontraba andando por estas calles sin entender casi una mierda de lo que la gente iba diciendo. Iba cansada y ya casi era de noche, un brazo arrastraba mi maleta y el otro bolsas y cosas así.
Mi teléfono vibró y paré en seco para poder cogerlo.

⎯ ¿Si?

⎯ ¡Cariño! ¿Has llegado ya?⎯ Era la ronca voz de mi padre.

⎯ Sí... Estoy... Bueno, en la calle.⎯ Di un suspiro de cansancio.

Mi padre se rió.

⎯ Bueno, mandaré a alguno de mis hombres para que vayan a buscarte.

⎯ ¿Y no es más sencillo que yo coja un taxi?

⎯ Oh... No, no... Se te ha olvidado ya que la mansión está por las afueras? Y además soy-...

⎯ Sí papá sí, un mafioso muy buscado que no pueden saber donde se ubica tu mansión, creo que eso me ha quedado claro.⎯ Dije con tono burlón.

Mi padre siempre se la pasaba gozando lo que era, cosa que sigo sin entender por qué estar tan orgulloso de ser algo así.

Se hizo un silencio en la llamada.

⎯ Bueno cariño te dejo, tengo cosas que hacer, mándame tu ubicación y quédate ahí hasta que vayan a buscarte.

⎯ Está bien.⎯ Dije con otro suspiro, ya no sé si era de cansancio o de simple decepción de saber la vida que me esperaría.

Mi padre colgó el teléfono y yo lo aparté de mi oreja lentamente, quedando con la mirada fija en cualquier lugar.

Fui hacia un banco cercano y me senté, con el teléfono aún en la mano para mandarle la ubicación a mi padre.

Me hacía una idea de lo que mi padre había hecho no hace mucho, algo me contó pero no a detalle.
Había matado a un hombre el cual era de una pandilla rival, lo que no me contó con exactitud era el por qué, pero se podía imaginar. Cosas de gente descerebrada que parece que su pasión es matar gente.
Probablemente hacer esto, a mi padre le traía peligro, ya que al hombre que había matado era también un gran mafioso con gente a su alrededor, y me aterraba que esto me trajera desgracias a mí.

Unos minutos más tarde vi un coche negro, notoriamente caro estacionar delante de mí. Por su forma de vestir deduje que era uno de los hombres de mi padre.
Este me miró y bajó la ventanilla.

⎯ Señorita Madison... Suba, por favor...⎯

Me levanté de mala gana y cogí mis maletas, el hombre abrió la puerta del piloto y salió.

⎯ No se preocupe... Yo me encargo esto.⎯ Dijo cogiendo mis pertenencias para subirlas al maletero.

Yo abrí la puerta trasera del coche y subí, cogiendo mi teléfono para entretenerme con algo en el camino. Deseaba completamente que un silencio incómodo no se creara en el ambiente, pero no duró mucho mi petición.

El hombre intentó romper el silencio.

⎯ ¿Cómo se encuentra, señorita?⎯ Dijo mirando por el espejo retrovisor, esbozando una sonrisa.