Old tears

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Madison's pov

Abrí mis ojos lentamente sintiendo un fuerte dolor de cabeza, sin lograr recordar donde estaba o qué me había pasado para acabar en un sueño profundo del que acababa de despertar, pero todo esto comenzó a aparecer en mi cabeza una vez que vi dónde estaba, y más que nada, quién había a mi lado. Estaba tumbada en una camilla de hospital, con el cuerpo todavía medianamente adormecido y Arlet a mi lado. Estaba sentada en un desgastado sillón al lado de mi camilla mientras me miraba fijamente al verme despertar. Intenté levantarme rápidamente de la camilla sin importarme su presencia ahí, pero esto me hizo darme cuenta que mis muñecas estaban atadas en los brazos que tenía a cada lado en la camilla. Comencé a mover los brazos desesperada, intentando zafarme de aquel agarre. Arlet se rio suavemente.

―¿De verdad quieres irte? Tom puede encontrarte por ahí de nuevo, no puedo permitir que vuelva a hacerte daño.―Dijo mientras fingía una cara de lástima que solo me dio más rabia, lo cual probablemente ella quería conseguir.

―Que te den, hija de puta.―Escupí hacia ella sin pensarlo dos veces y esta cerró los ojos cuando mi saliva impactó en su mejilla. Se rio sin gracia y pasó sus dedos para limpiar la saliva que había acabado sobre su rostro, y volvió a abrir los ojos para fijar su mirada en mí.

―Que desagradecida. ¿Tu madre no te ha enseñado a tener más educación?―Dijo ella mientras me miraba, ahora más seria.―O tal vez ella no ha podido darte una infancia normal como la de cualquier niña, ¿no?

―Saca a mi madre de tu puta boca, zorra.

―Cuéntame Madison, ¿qué tal sobrellevó tu madre el cáncer?―Su voz sonaba con crueldad, con claras intenciones de hacer daño emocional.

―Cállate.

―¿No pudo soportarlo? Oh, pobre de ella, y de ti. Seguro que fue muy duro...―Puso de nuevo cara de lástima y pasó su mano por mi cabello, acariciando este.

Aunque la rabia era la emoción que superaba cualquier otra cosa ahora mismo en mi cuerpo, no pude evitar sentir las lágrimas aparecer en mis ojos rápidamente y una gran ola de emociones pasar por mi mente.

Aparté la cabeza con fuerza de su mano y comencé a retorcerme para quitar las ataduras en mis muñecas, y poder partirle la puta cara como debí hacer hace tiempo. Esto a ella le pareció divertido.

―¿Qué hay de tu padrastro? Aquel novio de tu madre... Seguro que se querían mucho, y ellos a ti...

Me quedé mirándola fijamente con una expresión de desprecio total. Apreté la mandíbula con fuerza, intentando contener las lágrimas para no llorar frente a ella, pero esto comenzó a parecerme más difícil con cada palabra que decía.

―Oh... Pero no llores, cariño...―Pasó su mano por mi mejilla, limpiando una lágrima que se deslizaba por esta. Aparté el rostro con rabia y me giré de nuevo a mirarla. 

Apreté los dientes para contener más lágrimas, y la principal pregunta que se me pasaba por la cabeza ahora era: ¿Cómo sabía tanto?

Sorbí por la nariz y aparté la mirada de ella, Arlet suspiró. Me quedé pensando en silencio, y ella no rompió ese silencio. Pensé en Leigh y la última vez que la vi, recordando que ella había llegado a entrar a la habitación cuando Arlet me drogó, y probablemente vio todo, o no estoy segura de si se fue por miedo. No quise preguntar, de todas formas supuse que tal vez si la hubiese traído donde a mí, estaría en la misma habitación que yo.

Un hombre alto y de aspecto adulto entró de repente a la habitación, sacándome de mis pensamientos y devolviéndome a la realidad. Me quedé mirándolo fijamente y podría decir que sentí verdadero miedo de lo que este podría hacer, y más que nada, qué traía Arlet entre manos ahora. Me giré a mirarla y ella ya estaba con su mirada fija en mí mientras sonreía.

I Lost Myself - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora