I Lost Myself - Tom Kaulitz

Bill?

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Madison's pov

Pude mover un dedo, sólo uno. Mi corazón se calmó y pude escuchar en silencio lo que ocurría a mi alrededor. Pero unos ruidos sordos zumbaban en mis oídos, eran disparos. Giré la cabeza hacia la derecha, siguiendo el ruido, y traté de abrir los ojos, lo intenté.

―Shh, querida, quédate tranquila.―Me susurró Len, pero no podía hacerlo y ni siquiera quería.

Aunque mi cuerpo estuviese relajado y algo adormecido todavía, mi mente me decía lo contrario. Todavía todo estaba en silencio para mí, y tenía esa tranquilidad que buscaba por todo mi cuerpo, pero esa sensación comenzaba a desvanecerse y en el fondo sabía que no debería estar tan tranquila, algo ocurría.

Abrí los ojos con dificultad y la habitación seguía vacía, al igual que lo estaba cuando caí en un sueño profundo que tal vez no fue tan largo como parecía. El ruido provenía de fuera, la habitación en cambio estaba tranquila, pero no por mucho tiempo. 
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Leigh's pov

Los disparos comenzaron a hacerse presentes en la lejanía de la habitación en la que estaba con Arlet, pero no fuera del edificio. Me quedé paralizada y todo mi cuerpo comenzó a temblar cuando escuché estos, acompañados de gritos y golpes. Miré hacia la puerta de la habitación y Arlet me agarró por el cuello, rodeando su brazo en este. Eché las manos a su brazo para apartarla, pero ella siguió tirando hacia atrás haciendo que comenzase a ser difícil mantener la respiración regular. 

Conseguí mover mi pierna de tal manera que pateé su pierna, haciendo que su estabilidad se debilitara y arqueara su cuerpo. Logré apartar su brazo en el momento de debilidad y agarré con fuerza su cabello, tirando de la raíz. Ella gritó y murmuró insultos a los cuales no les tomé importancia y la arrastré hasta tirarla hacia un lado.

 Su cuerpo golpeó contra un mueble y gruñó, pero antes de que pudiese correr siquiera fuera de la habitación, volvió a abalanzarse sobre mí y las dos caímos hacia la camilla de la habitación, la cual se movió hacia atrás por el estrellón de nuestros cuerpos. Ella cayó sobre mí y la vi dispuesta a golpearme, por lo que agarré sus muñecas intentando mantener sus brazos quietos y me retorcí debajo de ella para apartarla.

―Deja de intentarlo, Leigh, no tiene caso.―Dijo ella mientras seguía haciendo fuerza para poder soltar sus brazos de mi agarre.

―¡Cállate, carajo!

―Tu amiga está muriendo ahora mismo, ella no volverá.―Continuó mientras soltaba una risa locamente asquerosa.

―¡Ella no va a morir!―Grité, reuniendo todas mis fuerzas para apartarla de mí.

―¿Recuerdas todo ese dinero que os pedí? ¿Dónde esta, Leigh?―Su expresión se volvió seria al instante. Agarró mis manos y las golpeó contra la camilla para mantener mis brazos quietos.―Vais a pagarme con vuestra vida, y tu amiga será la primera. Espero que sufras.

Apreté la mandíbula y cerré los ojos con fuerza. Moví mi cuerpo hacia delante, y conseguí levantar mi torso de tal manera que levanté su cuerpo del mío y la empujé. Ella cayó al suelo pero aun así se mostró tranquila. Levantó la cabeza y me miró con una sonrisa ladina.

―Demasiado tarde, Leigh. Estáis acabados.―Dijo ella con la voz calmada, llena de seguridad y satisfacción.

Me eché las manos al bolsillo y salté de la camilla a su cuerpo, cayendo ahora yo sobre ella. Clavé sin pensarlo dos veces las tijeras que portaba en su hombro y ella gritó de agonía.

―No si yo puedo impedirlo antes.―Empujé todavía más las tijeras en su carne, haciendo un crujido vomitivo pero que de manera extraña me daba satisfacción.