Wake up, don't leave me alone

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(Tw:Suicidio/autolesión. Lea bajo su propia responsabilidad.)


Me miraba en el espejo, sus huellas me llenaban, me ahogaban.

Trabé la puerta del baño. Caminé hacia la bañera y abrí el agua fría.

Me desnudé por completo mientras me miraba en el espejo. Me daba asco a mí misma. Miré el hematoma de mi cuello, mis manos llenas de sangre, mi cuerpo lleno de moretones, marcas...

Golpeé el mueble con los puños cerrados y grité con angustia y frustración, mientras lloraba. Mis nudillos ahora estaban rojos y ardían, pero no me importaba.

Abrí los cajones del mueble que estaba bajo el espejo de manera rápida y desesperada, mientras buscaba algo con lo que poder calmarme.

Pude encontrar una caja de cigarrillos, aunque eso no era lo que buscaba.

Saqué uno y lo puse entre mis labios. Agarré un mechero que estaba al costado del paquete y encendí el cigarrillo.

Di una larga calada, esperando sentir algo, esperando sentir esa tranquilidad que buscaba, pero no la encontraba.

Solté el humo y rápidamente di otra calada mientras miraba la bañera que ya estaba casi llena por completo.

El cigarrillo no me iba a dar lo que yo buscaba.

Yo quería sentir su mano golpearme.

Yo quería sentir el cuchillo de nuevo en mi muslo.

Bajé mi mirada hacia todos los cajones abiertos, ya que no los había cerrado en ningún momento, y pude ver finalmente lo que buscaba.

Una maquinilla de afeitar.

Me agaché para cogerlas y rápidamente giré el asa en sentido contrario a las agujas del reloj, para poder sacar la cuchilla. Saqué la cuchilla y la guardé en mi palma, tirando la maquinilla a cualquier lado en el suelo.

Entré en el agua helada y se me puso la piel de gallina, me encantaba. Me acosté y podía ver mi cabello flotar en el agua. La sangre en mis manos comenzó a desvanecerse, llenando el agua de color. Ahora el agua estaba llena de su plasma, pero ahora ni siquiera me importaba.

Agarré el cigarrillo que había dejado antes a la mitad en el mueble. Le di una fuerte y larga calada y la ceniza cayó en el agua helada.

Cerré los ojos mientras soltaba el humo, deseando ahogarme ahí mismo. Quería desaparecer en el vacío. Quería quitar sus huellas de mí y no dejar rastro de las mías.

Tiré el cigarrillo cuando lo terminé y solté el poco humo que me quedaba en la garganta.

Saqué la mano que tenía dentro del agua y abrí la palma, viendo la cuchilla que había tomado antes.

Suspiré y apoyé mi brazo en el borde de la bañera. Acerqué la cuchilla a mi antebrazo, estaba decidida, pero también asustada. Pero eso era lo único que necesitaba, dolor. Sentir esa sensación abrumadora que me haría olvidar todo, que me haría desvanecerme aunque solo fuera por un rato, o tal vez demasiado.

Pegué la parte filosa a mi carne y deslicé la cuchilla por mi piel, presionando con fuerza. Gemí de dolor y vi la sangre brotando de mi antebrazo izquierdo. Cerré los ojos sintiendo esa calma mental que me daba el dolor físico, pero no era suficiente. Abrí de nuevo los ojos y clavé la cuchilla una vez más, esta vez, más hondo. Arqueé mi cuello, sintiendo el fuerte escozor que recorría mi antebrazo. Mi piel fría, pálida, y llena de sangre. Me encantaba esa sensación.

Reemplazar su sangre con la mía. Reemplazar el dolor mental con el físico. Reemplazar la ansiedad con paz.

La sangre goteaba dentro de la bañera, salpicando con cada gota que caía. El agua se tornaba roja, ahora con dos distintos tipos de sangre. La sangre de la víctima, y la sangre de la asesina.

I Lost Myself - Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora