Lo primero que ve es una puertita de madera cerrada en medio del piso de una habitación bien amoblada. La alfombra roja escarlata estaba doblada, descubriéndola. La puertita se abre con estrépito antes de que Ollympia se pueda fijar en otro detalle más de la habitación.
—Listo —musita para si mismo un hombre al mismo tiempo que levanta la puerta de madera y sale de un oscuro pasadizo que parece no terminar nunca. Tenía una mirada profunda que combinada con sus anchos hombros no hacen más que asustar a Ollympia. Su presencia era muy intimidante. Sabía que era un sueño, o una visión, más bien, pero de todas formas temió que aquel hombre se percatarse de su presencia —. Tendrá que darme una recompensa por esto.
El hombre se acercó a la puerta antes de cerrarla. Ollympia pensó en acercarse, si estaba en un sueño él no debería poder verla, así que lo hizo. Abajo, muchos metros más abajo, se podía ver un pasadizo oscuro con muchas salidas. El laberinto. Todo estaba muy empolvado, como si nadie hubiese pasado por esos pasillos en mucho tiempo.
Cerró la puerta con fuerza, levantando una gran nube de polvo. Ollympia no pudo evitar toser. Observó en silencio como el hombre volvía a tapar la puertita con la alfombra roja. No sabía porqué, pero estaba segura de que esa alfombra estaba relacionada con la niebla, tal vez siquiera estuviera allí realmente. La figura masculina miró la escena con detenimiento, fijándose en si había dejado todo como estaba. Cuando se aseguró de ello salió de la habitación. Cerró la puerta con tanta fuerza que las paredes retumbaron y amenazaron con caer. Una fuerza descomunal.
A penas la puerta tocó el marco el sueño se esfumó. Ollympia despertó.
Chris estaba frente a ella, jugando con un trozo de periódico viejo mientras Luke le contaba sobre algo sin importancia.
—¿Descansaste al menos un poco? —preguntó el mestizo, dejando de lado el periódico.
—Creo que si.
—Son las ocho —informó Luke, mirando su reloj de pulsera —. Deberíamos partir ya. Tenemos que continuar buscan...
—Ya sé donde hay una entrada al laberinto —interrumpió Ollympia.
—¿Dónde?
—O sea, no sé exactamente donde, pero si sé que hay una entrada en alguna habitación, bajo una alfombra.
—¿Qué?
—Tuve un sueño —explicó —. En el sueño pude ver el rostro de quien robó la manzana de la discordia. El hombre del sueño anterior. Estaba en una habitación con una alfombra roja escarlata, y bajo la alfombra había una puerta de madera que llevaba al laberinto del minotauro.
—Pueden haber muchas habitaciones con alfombras escarlatas en... el mundo.
—Si, pero era la habitación de un hotel, o una hostal, al menos. Había una tarjeta de bienvenida a la habitación en la mesita de noche —recordó ella cerrando los ojos —. Y frente hay un edificio que es una escuela de español en el segundo piso.
—¿Dónde hay algo así?
—En todas partes.
—Pero está aquí. No me pregunten cómo, pero lo sé.
—¿En Nueva York?
—Si.
—Bien, tendremos que partir entonces.
—Bien.
Durante la primera mitad de la mañana lograron localizar y revisar la mitad de las escuelas de español de Nueva York. Para la hora de almuerzo solo les faltaba visitar cinco. Y cuando por fin lograron hallar aquella que Ollympia había logrado ver por la ventana de la habitación en su sueño, se encontraron frente al prestigioso hotel que había visitado.
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game of perfect betrayals [Luke Castellan]
Fanfiction"Todo se vale en el amor y la guerra" Bienvenidos. Somos la Vida y la Muerte, los encargados de narrarles esta trágica historia de como Ollympia Farrel lo dio todo por amor, de como estuvo dispuesta a hacer al Olimpo arder y de como incluso en los ú...