Capítulo 16: Stealing wines seems like a good idea.

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Un año más tarde...











Ollympia se abrazó a sí misma para protegerse del frio. El timbre que indicaba el final de la ultima clase del día sonó. Por fin era hora de volver a casa. Tomó sus cosas de la mesa para guardarlas en la mochila. Pensó en que, si estuviera en su antigua escuela, sus amigas llegarían corriendo al salón para salir a tomarse un café o pasear por las tiendas de ropa favoritas del grupo. Lastimosamente estaba a varios kilómetros de ellas, estaba a mitad del año escolar y era imposible que fueran a visitarla. Seguramente la próxima vez que las vería sería antes de volver al campamento mestizo en Long Island, en verano.

Tomó sus cosas y salió de allí en completo silencio. Caminó a su casillero, de donde sacaría un par de libros de estudio, un chico un año mayor se acercó a ella y le rodeó los hombros con su brazo.

—¿Qué tal estuvo el día de la chica más bonita? —preguntó Oliver, con una sonrisa. Ella se giró para mirarlo. 

Cuando se mudó a Yonkers pensó que hacer amigos sería algo fácil. En su ciudad natal lo había sido. Había hecho fácilmente un gran grupo de amigas que se apoyaban en todo momento. Pero cuando llegó a Yonkers ninguna chica se acercó a saludarla, ninguna chica la invitó a sentarse con ella en la cafetería y ninguna chica le había contestado cuando ella misma intentó hablar con ellas. Desde entonces no había hecho ninguna amiga allí. 

En cambio, los chicos si que se sentían atraídos a ella. No era sorpresa que la miraran de la forma que lo hacían, era hermosa. Después de todo era una hija de Afrodita.

Oliver era uno de los pocos chicos que se habían acercado a ella sin ser entrometidos o que se sobrepasaran. Él había sido muy dulce, bromista, y había estado dispuesto a enseñarle el edificio desde el primer momento. Incluso le había invitado más de un café en la cafetería en la que trabajaba después de clase.

—Oliver...

—Ya sé, ya sé —levantó sus manos en señal de rendición —. No volveré a coquetear contigo. 

"No busco nada romántico por ahora..." eso era lo que le había dicho cuando intentó invitarla a una verdadera cita.

Ollympia lo miró con pena. Sin duda era muy respetuoso, y muy atractivo. Si no se hubiera jurado a si misma no enamorarse jamás, habría aceptado las invitaciones a salir de Oliver. Era totalmente su tipo: tenía el cabello oscuro, unos ojos que parecían conocer todos sus secretos, un corazón dispuesto a ayudar a quien lo necesitara, varios centímetros más de altura que ella. Ella misma lamentó haber tomado esa decisión el verano pasado. Pero era lo mejor.

—Pero tienes que admitir que en algún momento vas a querer algo con alguien.

Ella no respondió.

—Y ya que me has roto el corazón —fingió tener un ataque por un corazón roto —, tendrás que aceptar mi salida al cine. Mañana.

Ollympia sonrió.

—¿Mañana?

—Mañana tengo libre. Mi jefe se irá a California por la muerte de un familiar, y nos dijo que cerrará la tienda esos días.

game of perfect betrayals [Luke Castellan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora