game of perfect betrayals [Luke Castellan]

Capítulo 17: Break the pact.

Al llegar al río, Ollympia y Luke se recostaron sobre unas toallas que extendieron sobre las piedras. Gran parte del campamento estaba allí. Casi toda la cabaña de Apolo se encontraba chapoteando en el agua junto a los de la cabaña de Deméter. 

Ollympia sacó de su bolsa una cámara digital y comenzó a tomar fotografías del río, de los mestizos que jugaban a su lado y del par de chicos de Ares que acababa de llegar junto a los Stoll.

—¿Y eso? —preguntó Luke antes de recostarse en la toalla de playa. 

—Me la regaló mi papá para mi cumpleaños. Vio la fotografía que sacamos con Chris hace unos años y no le gustó que le robara a otros campistas.

—Supongo que tampoco le gustará que pases tiempo conmigo conmigo —dijo, haciendo relación a que su padre era también el dios de los ladrones.

Ollympia se burló.

—No es del tipo de persona que te juzga por quienes son tus padres.

—¿En serio? Tu papá debe ser un espécimen muy raro, ya casi ni quedan humanos como esos —volvió a hablar con humor.

Los dos rieron.

—Déjame tomarte una foto para que te conozca mejor, has cambiado mucho desde esa última foto.

Ollympia se puso de rodillas para sacarle una foto a Luke, que descansaba recostado con las manos tras su nuca. 

—¿Qué cosas he cambiado? ¿Estoy más atractivo y todo eso? ¿Tu crees que podía romper un par de corazones este verano?

—Tal vez —reprimió una sonrisa.

—Lo tomaré por un si.

Justo en se momento llegó un grupo de chicos de la cabaña 9 con una pelota de voleyball y se sumergieron en las aguas para jugar a dar pases allí. 

Luke mantuvo los ojos fijos en ella, en como ajustaba un poco la cámara y como fruncía levemente el ceño para apretar el botón. En como se relajaba cuando sonaba el clic de la cámara para informarle que la foto había sido tomada.

Sin duda la había extrañado mucho durante esos meses.

Cuando terminó de sacar la fotografía para su padre, su amigo sacó de la bolsa la botella de vino que habían robado antes de ir al río. Miró hacia los lados, preocupado por que nadie lo viera quitar el corcho de la botella de vidrio.

—Las damas primero —dijo, extendiendo la botella delante de su amiga.

Ollympia la tomó con cuidado. Solo había bebido alcohol un par de veces antes, siempre durante las cenas navideñas en las que su padre invitaba a su abuela (que vivía en Francia, el país natal de su padre) a ir a casa, ya que no se veían muy seguido. Pero nunca había probado el vino.

Bebió un trago y de inmediato se arrepintió. Comenzó a toser y Luke le arrebató la botella para esconderla antes de que cualquiera de los campistas que estaban cerca los descubrieran.

—¡Sabe horrible! —exclamó en un susurro mientras reía.

Luke no pudo evitar las carcajadas.

—Supongo que lo guardaré para mi —dijo. Le puso el corcho nuevamente y lo metió en la bolsa.

La mestiza se lo arrebató y apegó el vino cubierto de la bolsa a su pecho.

—¿Bromeas? Guardémoslo para la noche. ¿Todavía crees que puedes subirme al techo con tus zapatitos alados?

—Claro, no soy tan debil —respondió.