Capítulo 11: Welcome back, demigods.

219 41 39
                                    

Al verano siguiente...





















La adolescente corría de un lado a otro en la habitación. Cambiaba cada cosa de clasificación cada doce segundos, sin estar segura de si había hecho bien.

—Mi perfume Channel N° 5 —meditó observándolo entre sus manos. Hasta hace unos segundos no creía que fuera tan necesario a la hora de llevarlo al campamento mestizo, pero ahora que lo pensaba, era primordial oler bien todo el tiempo —. ¿Necesario o no tan necesario?

Miró su cama, donde estaban varios objetos clasificados en las categorías: "Necesario", "No tan necesario", y "Solo si caen en la mochila".

Decidió cambiarlo a donde estaban los objetos que si o si debía poner en su mochila. 

Todo este asunto de decidir qué cosas llevar este nuevo verano la estresaba más de lo que debería. Había pasado casi un año desde su primera estancia en el campamento, pero la primera vez no se había estresado demasiado. Su padre le había dicho que solo empacara lo absolutamente necesario, y aquella vez tenía la cabeza tan ocupada que no se había preocupado absolutamente en qué llevaría a donde sea que su padre la llevara. Pero ahora todo era muy diferente.

Su papá apareció en el marco de la puerta de la habitación. Hizo una revisión rápida con la mirada. Alzó su ceja izquierda.

—¿En serio es necesario que lleves tres pares de zapatillas, Ollympia? —preguntó el hombre.

—¡Papá! —se sobresaltó. Estaba demasiado ocupada meditando sobre si los zapatos que le había regalado su madre, la diosa Afrodita, el verano pasado cuando la reclamó le caerían en la mochila que no se percató de la presencia de su papá —. Bien... llevaré solo dos.

Cambió los zapatos a la categoría: No tan necesario.

Su papá sonrió, satisfecho.

Minutos más tarde, la mochila estaba más o menos armada. Ollympia se sentó en su cama, exhausta. Pensaba en quedarse al menos una media hora acostada para relajar su cerebro, pero una voz interrumpió sus planes.

—¡Ollympia! 

La voz femenina le hizo levantarse de golpe. Como si fuera una alarma. Delante de ella se encontraba Silena, su amiga y hermana. La imagen de la chica a saludaba entusiasmada, detrás de ella se podía ver como se movía uno que otro campista.

—¡Silena! —Ollympia también se entusiasmó. Hacía casi dos semanas que había hablado con su amiga por ultima vez, pero eso no evitaba que se emocionaran al contactarse cada vez con la misma intensidad.

game of perfect betrayals [Luke Castellan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora