Ollympia ya había visitado el Olimpo anteriormente. Las veces anteriores se sentía maravillada por las construcciones y los campos verdes, sentía la necesidad de no dejar el Empire State jamás, y pisar los prados la hacía sentir conectada con su madre. Aquel lugar había sido como una especie de conexión física con su madre que no podía romper. Pero se había roto. Esta vez solo sentía repulsión ante todo aquello.
A penas entraron a la fiesta junto a los dioses quiso salir de allí corriendo, pero no tenía más opción que quedarse. Por culpa de Silena se encontraba vistiendo el mismo vestido que su madre le había regalado cuando la reclamó años atrás. Era de esperarse que el vestido le quedara corto, pero al parecer el vestido era mágico y crecía al mismo tiempo que ella. Las mangas le cubrían completamente los brazos y la espalda seguía siendo descubierta.
Cuando salió de la cabaña de Afrodita con su séquito de chicas maquilladas y resplandecientes, Luke solo pudo fijar sus ojos en ella. A pesar de la mirada de odio que ella le dirigía a todos, para él era la chica más hermosa de todas. Resaltaba con creces por sobre todas sus hermanas. Siempre resaltaba, podía no llevar nada de maquillaje mientras las demás traían los ojos de colores pero seguía siendo la más encantadora.
En el Olimpo, los dioses mayores se paseaban en medio de los semidioses conversando con ellos de vez en cuando y bebiendo de las bebidas que estaban dispuestas en las mesas, los sátiros tocaban música y bailaban animadamente, los dioses menores charlaban amistosamente con los mestizos y algunos, los más coquetos, invitaban a las jóvenes más hermosas a bailar.
Annabeth y Silena intentaron hacer que la semidiosa saliera de entre las sombras para divertirse un poco, pero ella no tenía ánimos de bailar ni tener contacto con alguna divinidad. Finalmente se rindieron.
Luke y Ollympia charlaban entre ellos, alejados de la música, cuando una figura se unió a ellos. No era necesario mirarla para saber que se trataba de un dios, su esencia llenaba todo el lugar y la energía que emanaba hizo a los semidioses retener el aire. Luke observó a la diosa perplejo, se trataba sin duda de la madre de Ollympia, tenía la misma piel sin impurezas, los mismos ojos grandes color verde bosque y las mismas ondas azabache cubriéndole los hombros. Era aterrador cuanto se parecían, incluso sus expresiones eran casi idénticas.
—Señora —saludó Luke, haciendo una reverencia tal vez demasiado exagerada.
Ollympia se volteó de golpe. Si, era ella. Pero lucía diferente a la ultima vez que la había visto, tenia el cabello más corto que la ultima vez. Tenía una mirada seria pero cálida a la vez. Ollympia no pudo evitar pensar en que los ojos de su madre eran muy parecidos a los de Luke, a excepción del color del iris: los ojos de Luke eran oscuros, mientras tanto los de su madre eran de un color parecido a la miel. Por supuesto, seguía siendo la mujer más hermosa que jamás hubiera visto.
Oh, cuanto la odiaba por eso.
—Hola, Luke Castellan, hijo de Hermes —saludó la diosa. El mestizo tragó saliva al oír el nombre de su padre. De no estar tan absorto en la similitud de rasgos entre la diosa y su hija le habría lanzado una mirada furiosa.
—Señora...
A pesar de que sabía que su madre estaría allí, no esperaba que fuera ella quien se acercara para hablarle. Pocas veces los dioses tenían contacto con sus hijos. El hecho la sorprendió tanto que por un momento olvidó el profundo rencor que le guardaba.
—Hija mía.
—No... —estaba a punto de decirle que no tenía el derecho de llamarla hija pero la mano de Luke la tomó del brazo. Se detuvo en seco y lo miró.
—Las dejo —dijo el chico. Siquiera miró a la diosa para despedirse, mantuvo los ojos fijos en su amiga hasta que se dio la vuelta para alejarse de ellas.
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game of perfect betrayals [Luke Castellan]
Fanfiction"Todo se vale en el amor y la guerra" Bienvenidos. Somos la Vida y la Muerte, los encargados de narrarles esta trágica historia de como Ollympia Farrel lo dio todo por amor, de como estuvo dispuesta a hacer al Olimpo arder y de como incluso en los ú...