No puedo borrar la sonrisa de mi rostro mientras coloco mi teléfono móvil sobre la mesa junto a mí. Las redes están llena de artículos sobre nuestra relación e inminente boda. Rosalie debe estar tan enojada en este momento y la sola idea me hace sentir bastante complacido con mi acción.
—Me parece que estás de muy buen humor.
Levanto la mirada y veo a Michael, mi mejor amigo, entrar en la habitación y cerrar la puerta a su espalda.
—Lo estoy —admito.
—No es lo que habría esperado por las noticias que andan circulando —Toma asiento frente a mí—. ¿Cómo es eso de que vas a casarte con mi hermana?
—Creo que es historia vieja. Recuerdo haber estado comprometido con ella desde que nací —Me encojo de hombros—. Bueno, técnicamente estuve comprometido contigo primero, hasta que descubrieron que nuestra unión no ayudaría a continuar la línea hereditaria.
—No creo que hubiésemos hecho una buena pareja de todas formas —Ríe—. Pero no creas que podrás esquivar mi pregunta. ¿Por qué vas a casarte con mi hermana? El haber estado comprometido con ella todo este tiempo nunca evitó que afirmaras fervientemente que tendrían que pasar sobre tu cadáver antes de obligarte a cumplir con esa, y cito tus palabras, "estúpida promesa".
—La gente cambia de opinión —digo tranquilamente.
—Sí, pero dado que mi hermana siempre pregonó lo mismo que tú, me parece que puedo darme el lujo de creer que aquí pasa algo raro.
—Nada raro sucede. Hemos decidido casarnos porque ya no podemos negar que nos amamos. Nos encontramos en China y...
Me veo obligado a interrumpirme porque sus carcajadas me imposibilitan continuar.
Parece que se ríe por horas antes de tomar un poco de aliento y balbucear:
—Tú y Ro... se a... Tú y ella están en.... Se ama... —Consigue decir entre risas.
Debía haber imaginado que no todos serían tan fáciles de convencer.
—Por favor —dice Michael recuperando la compostura—, dime la verdad. ¿Qué planean ustedes dos?
—Casarnos —aseguro.
—¿Por qué? —pregunta, esta vez con seriedad.
—Porque quiero —digo con firmeza.
Michael sacude la cabeza.
—Lo sabía, es por capricho —dice—. ¿Qué te ha hecho querer esto de pronto? ¿Y por qué está mi hermana dispuesta a aceptarlo?
Guardo silencio.
—Escucha, los conozco demasiado bien a ambos como para saber que si se han decidido a hacer esto lo harán y me preocupa que sea por las razones equivocadas. Sé que entre ustedes dos siempre ha habido algo, no soy tonto ni estoy ciego, pero sé que su aversión hacia la idea de este matrimonio es mayor, así que no sé me ocurre ninguna razón por la que de pronto hayan fijado fecha para la boda.
—No creo que tengamos que darte explicaciones de nuestras razones —refunfuño.
—Claro que no, pero espero que recuerdes que, aunque eres mi mejor amigo y te quiero, Rosalie es mi hermana. Si la lastimas adrede no te lo voy a perdonar nunca.
Quiero decirle que no pretendo hacerlo, pero sé que sabrá que miento, después de todo, lastimarle es el objetivo principal de toda esta situación. Voy a herirla al arruinar aquella vida que pretende tener junto al hombre del que se ha enamorado.
ESTÁS LEYENDO
Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)
RomanceMuchas mujeres pasan años soñando con la llegada de un Príncipe Azul, pero... ¿Qué harían si llegara un príncipe real de la mano de todos los compromisos que su cargo representa? ¿Y si estuvieran obligadas a casarse con él? ¿Y si encima fuera su ex...