30

634 33 0
                                    

No puedo creer que sólo falte un mes para la boda.

Hoy he tenido que venir a Palacio para probarme mi vestido de novia y me siento extrañamente inquieta.

Es la primera vez que veré el vestido prácticamente terminado y de pronto todo se siente tan real.

Andrew y yo vamos a casarnos.

Vamos a casarnos.

Y parece ser que estoy aún más enamorada que antes.

Andrew quiere que hablemos de no terminar lo nuestro en el plazo que dimos a nuestros padres y me siento cada día más tentada a acceder.

Hasta el momento he logrado evitar la conversación, después de todo él dijo que esperaría a que estuviese lista para hablar de ello

No estoy segura de que esté enamorado de mí, aun así no puedo negar que lo que tenemos es... maravilloso.

Sé que no querré ponerle fin al pasar el año, más no tengo confianza en que seamos un para siempre.

¿Por cuanto tiempo podríamos extender esto?

¿Debo hacerlo?

Recuerdo lo mucho que dolió antes separarme de él. ¿Realmente quiero arriesgarme a otra separación sorpresiva? ¿A qué nos hagamos daño y se deteriore poco a poco lo que tenemos?

Antes de que pueda abrir la puerta de la habitación en la que se estarán realizando las pruebas esta se abre y Andrew aparece frente a mí.

Mi corazón da un vuelco.

Últimamente parece que el que no pasemos las noches juntos es la excepción.

Tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no lanzarme a sus brazos.

Para mí sorpresa él me toma en brazos y me da un sonoro beso en los labios.

—Te extrañé —dice poniéndome de vuelta en el suelo.

Mis piernas apenas son capaces de sostenerme.

Andrew mira su reloj.

—Tengo que irme —dice pareciendo un poco contrariado—. Tengo una reunión.

—Yo... eh... yo voy a probarme mi vestido —balbuceo.

—Lo sé —dice con una sonrisa—. Nos veremos luego.

Lanzo una rápida mirada alrededor para asegurarme de que nadie nos viese, se supone que lo nuestro sigue siendo un secreto. Un secreto a voces, pero un secreto al fin.

Me siento enrojecer cuando mi mirada se encuentra frente a frente con la de Thomas, quien nos observa desde el final del corredor sin expresión alguna.

Supongo que definitivamente ya no es un secreto.

—Yo me encargo —dice Andrew y noto que sigue la dirección de mi mirada.

Asiento y me apresuro a refugiarme en la habitación repleta de mujeres que esperan emocionadas verme ataviada en mi vestido.

Mi madre prácticamente corre a mi encuentro.

—Que bueno que ya has llegado —dice.

—Hola, Rose —saluda alegremente Eliza—. Andrew acaba de irse, estaba probándose su traje.

—Sí —digo en un hilo de voz—. Nos encontramos allí afuera.

—Ven, ven —dice guiándome hacia el centro de la habitación—. Me muero por verte vestida de novia.

Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora