Veo la revista ante mí con un nudo en el estomago.
«Un amor Real. El Príncipe Heredero y su futura esposa»
Revistas, periódicos, portales web... Todo está lleno de nosotros y nuestra "historia de amor".
Nunca debimos dar esa rueda de prensa.
Tengo jaqueca desde ese día.
Creo que se debe a que no he podido sacar a Andrew de mi cabeza.
¿Por qué parece que de pronto quiere confundir las cosas?
¿Pensando en mí? ¿En mí?
Primero el beso...
Me llevo una mano a los labios y me reprendo de inmediato por aquel gesto.
«¿Qué me está sucediendo?»
Resulta todo un problema cuando tu mente, corazón y cuerpo están los tres en páginas diferentes con respecto al mismo hombre.
Mi mente sabe que no puedo estar con él, pero mi cuerpo lo quiere. Aunque el verdadero problema es mi corazón, que aun dos años después sigue lastimado y sin embargo de una manera u otra sigue guardando algún tipo de sentimiento por él.
¿Qué es?
No lo sé.
¿Quiero saberlo?
Definitivamente no.
Ya bastante complicadas están las cosas sin necesidad de tener en cuenta cualquier estúpido sentimiento residual que pueda tener por él.
La puerta de la gran oficina se abre dando paso a mi padre.
—Hola, cariño —dice Papá viniendo a mi lado—. Lamento haberte hecho esperar, pero estaba en medio de una junta —toma asiento—. Me alegra tenerte por aquí, casi nunca me visitas. ¿Está todo bien?
—Todo bien, Papá —miento.
Mi padre enarca una ceja. Al parecer no me cree del todo.
—Me alegro entonces —dice—. ¿Para qué querías verme?
—Estaba pensando en empezar a trabajar en la empresa.
—¿Trabajar? ¿Aquí? —inquiere sorprendido.
—¿Tan descabellado te parece?
—Para nada, querida. Es sólo que vas a casarte dentro de muy poco.
—¿Y?
—Bueno, pasarás a formar parte de la Familia Real.
—No quiero ser un adorno para Andrew, Papá.
—Y no lo serás. Lo digo porque vas a trabajar a su lado. Te corresponderá hacerte cargo de algunas labores de la familia. Lo entiendes ¿no? No tendrás tiempo para cumplir un horario.
—Pero, Papá...
—¿Es por dinero? Si es eso no debes preocuparte. Nunca tendrás que depender del dinero de Andrew ni de la Corona. Parte de tu regalo de bodas serán tus propias acciones en la empresa por lo que empezarás a recibir tu propio dinero como accionista. Y tu herencia se mantiene intacta.
—No es por dinero, Papá. Es sólo que quiero hacer algo, no sentirme como una inútil que solo está a la espera de que la llamen de Palacio para alguna reunión sobre la boda.
Mi padre me observa con atención.
—Bien, si estás segura de que es lo que quieres. Hablaré con Recursos Humanos y te dejaré saber.
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Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)
RomanceMuchas mujeres pasan años soñando con la llegada de un Príncipe Azul, pero... ¿Qué harían si llegara un príncipe real de la mano de todos los compromisos que su cargo representa? ¿Y si estuvieran obligadas a casarse con él? ¿Y si encima fuera su ex...