29

823 43 0
                                    

Representar a la Familia Real junto a Andrew no ha sido ni tan malo ni tan difícil como creí que sería.

Sé que esto ha sido gracias a que las cosas entre nosotros están muy bien —quizá demasiado bien— y cualquier excusa para pasar tiempo juntos es bien recibida.

Si soy honesta tengo que decir que durante las últimas semanas Andrew y yo hemos estado viviendo la relación que no vivimos años atrás.

Claro que esto sigue sin ser algo "oficial". No lo he olvidado. Nuestros planes siguen siendo los mismos.

Aun así el que todos crean que somos una pareja nos ha dado la libertad para ser afectuosos el uno con el otro en público.

Bajo la mirada hacia nuestras manos entrelazadas y sonrío.

Estamos asistiendo a una fiesta organizada para niños de diferentes orfanatos del país.

Sabía que sería una muy bonita actividad y por ello quise participar, aunque desde que todo este asunto de la "no relación" con Andrew empezó he asistido a todas las actividades de su agenda que me incluían originalmente.

No quiero pensar en ello demasiado, pero la fase en que toda está situación de dejarnos llevar me libraba de estrés está llegando a su fin.

Me guste o no admitirlo, estoy disfrutando todo esto más de la cuenta.

Hasta la reuniones relacionadas con los preparativos de la boda han dejado de ser una tortura.

Y no soy la única que parece tener más entusiasmo del necesario.

La atmósfera entre nuestras familias es festiva. Trabajan con inmensurable alegría en organizar nuestra boda. Para este momento parecen haber olvidado que todo es un farsa.

Y es nuestra culpa, por supuesto.

Levanto la mirada hacia Andrew quien me sonríe al instante.

No puedo evitar sonreír de vuelta.

Este hombre me tiene completamente desconcertada. No tenía duda alguna de que estaría a favor de mi plan de hacer lo que quisiéramos sin dar muchas vueltas al asunto, pero estaba segura de que para él sería más que nada físico. Sin embargo la forma en que Andrew se está comportando me tiene casi pensando en tonterías otra vez.

Aunque no sé qué tanto es real y qué es producto de mi imaginación, desde que dijo aquella tontería de que yo era su hogar he estado viendo más de lo que debería en cada cosa.

«No pienses» me recuerdo.

Es hoy, es ahora, todo lo que importa.

*

No puedo apartar mi mirada de Rose, es como si simplemente no pudiera tener suficiente de ella.

Intenta sin éxito crear un animal con un globo y me parece la cosa más adorable del mundo.

—Otra vez —dice uno de los niños en el circulo a mi alrededor reclamando mi atención.

Quiere que repita el truco de cartas que he estado haciendo por la última media hora.

—Bien —acepto con una sonrisa—. Pero ya se los dije, tengo súper-poderes, no podrán adivinar cómo lo hago.

—Yo sí —dice el niño con seguridad—. Está vez adivinaré tu truco.

—Veamos si es cierto.

Realizo el truco una vez más, muy lentamente en esta ocasión.

—¡Ya sé cómo lo hace! —exclama el niño alegremente.

Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora