He tenido que ponerme mucho más maquillaje del que acostumbro a usar para cubrir el horrible estado de mis ojos, cuya causa no quiero tener que explicar.
Estoy pensando seriamente en conseguirme un empleo, uno que me sirva de excusa para ausentarme de las improvisadas reuniones familiares que a nuestras familias les ha dado por organizar últimamente.
No he dormido nada la noche pasada. Y me refiero a literalmente nada, ni un segundo, NADA. La visita de Andrew acabó con toda posibilidad de que pudiera conciliar el sueño.
He estado llorando toda la noche, y sí, me da vergüenza admitirlo.
No tengo idea de qué estaba pasando por la cabeza de ese hombre al decirme lo que me dijo ni al besarme, pero de algo estoy totalmente segura, no me esperaba para nada lo que pasó por la mía.
Sí, Andrew y yo tenemos una historia, algo compleja y decididamente importante, pero pensé que ya lo había superado. Bueno, no superado del todo; el seguir sintiendo rencor por como se dieron las cosas es una clara muestra de que algo falta por superar. Aun así, creí que ya no sentía nada por él más que unas infinitas ganas de matarlo.
Ahora no puedo engañar a nadie, sigo deseando a ese patán.
Y él —se me escapa un resoplido— es tan frustrante.
Admito que fue mi error el dar a mi madre una respuesta ambigua sobre mis planes para la noche, pero no esperé que ella le diera mucha importancia y asumiera cosas, sólo no quería que supiera que iba a verme con mi supuesta dama de honor, por si luego cambiaba de opinión.
Pero nunca le pedí a Andrew que mintiera por mí. Es su problema si decidió hacerse el héroe en base a sus erradas conclusiones. ¿Quién dice que Sam es la única persona con la que puedo encontrarme?
Y quizás debí sacarlo de su error en lugar de hacerle creer que había acertado, pero me pareció una oportunidad perfecta para presumir de mi falsa relación. Sobre todo por que la ha estado cuestionando.
Pero jamás hubiese anticipado su reacción. Es decir, sé que a Andrew le molesta la idea de mi relación con Sam por una cuestión de orgullo, sin embargo anoche pareció sinceramente dolido por ella.
No entiendo el por qué sacó a relucir las cosas de nuestro pasado y —más que el inesperado pero bien recibido beso— el reproche en su voz al decir que estaba dispuesta a hacer más por Sam de lo que estuve dispuesta a hacer por él me dejó totalmente descolocada... porque en cierta forma sé que tuvo razones para decirlo.
Mi relación con él fue un secreto principalmente porque yo así lo quise. Y a decir verdad mi comportamiento al estar en público era bastante distante, no quería que nadie intuyera nada y empezaran a hacer preguntas extrañas. Y en el momento en que vi que volvía a querer hacer a un lado mis deseos sólo para estar con él decidí que era hora de terminar. Pero eso a él no le importaba ¿no?
No era como que me quisiera realmente ni nada por el estilo.
Es decir, si hubiese creído que él me amaba —como se supone creo que Sam lo hace—, pues quizás me hubiese arriesgado. No iba a permitir que las posibilidades de anonimato que apreciaba y de la vida normal que deseaba vivir se esfumaran por una relación sin futuro... Si él hubiese... Pero... ¿Y sí Andrew tenía razón y nuestra relación estaba condenada al fracaso no porque él no me amara, sino porque yo nunca creí que lo hiciera?
Salgo del auto dando un portazo que hace que Tony me mire con extrañeza.
—¿Todo bien? —pregunta.
—Maravilloso —digo con sarcasmo.
¿Por qué no puede Andrew simplemente dejarme ser feliz? ¿Para qué se pone a sacar cosas que deben quedarse enterradas en el pasado? ¿Por qué no sólo me ayuda a terminar con toda esta farsa y seguimos cada uno con nuestras vidas?
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Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)
RomanceMuchas mujeres pasan años soñando con la llegada de un Príncipe Azul, pero... ¿Qué harían si llegara un príncipe real de la mano de todos los compromisos que su cargo representa? ¿Y si estuvieran obligadas a casarse con él? ¿Y si encima fuera su ex...