¿Qué estamos haciendo?
Esta última semana ha sido muy... extraña... por decirlo de alguna manera.
Es como si todo estuviera bien entre nosotros pero no lo está.
Cada vez hay más silencios que llenamos con caricias en un intento de seguir aferrándonos el uno al otro, pero es evidente que no funcionarán por mucho tiempo.
Ninguno está dispuesto a ponerle un fin aún, pero es como si el final nos asechara todo el tiempo.
¿Aunque es eso siquiera plausible?
Vamos a casarnos en apenas dos semanas, nuestro final está a por lo menos un año de distancia.
Sin embargo la relación que terminará en un año no es la nuestra, la nuestra es la actual.
¿O siquiera hay algo nuestro?
¿Ha podido nuestra relación desligarse de la de nuestra familia alguna vez?
—¡Rosalie!
La llamada de mi madre me trae de vuelta a la realidad.
—Disculpa, estaba distraída —digo de inmediato—. ¿Decías algo?
—¿Estás bien, cariño? —pregunta con preocupación.
—Sí, Mamá. Lo siento. Sólo estoy un poco dispersa.
—¿Tiene esto algo que ver con la boda? ¿Te estás arrepintiendo?
—No es eso... Estoy bien, de verdad.
—¿Han vuelto a discutir Andrew y tú? —inquiere con cautela.
—No —me limito a decir.
Ella me observa en silencio por un largo rato.
Luego esboza una triste sonrisa.
—Antes de que empezara todo esto estaba convencida de que teníamos una buena relación —dice para mi sorpresa.
—¿De qué hablas, Mamá? Tenemos una buena relación.
Sacude la cabeza con tristeza.
—Creí que teníamos el tipo de relación en la que podíamos hablar de lo que sea. No me había dado cuenta de que te retraías tanto en ti misma y que no tenía ni idea de lo que sucedía en tu vida.
No soy capaz de sostenerle la mirada.
—Siempre supe que algo pasaba entre Andrew y tú. Después de todo cuando no estaban peleando estaban coqueteando. Pero saber que tuvieron toda una relación por cuatro años y nunca dijiste nada fue una sorpresa reveladora. Me habías dejado fuera de parte de tu vida. Y el que sintieras que tenías que escapar...
—Mamá...
—No trato de hacerte sentir culpable. De hecho creo que es mi culpa... Puede que mostrara demasiado entusiasmo por todo el asunto de la promesa y de que algún día fueras a pertenecer a la Familia Real. Sabes que a diferencia de tu padre yo no crecí codeándome con la realeza. Crecí idolatrándolos como casi todos en el país. Así que la idea de que mi propia hija fuera a ser parte de todo eso que me parecía tan de ensueño... Creo que eso cerró las puertas a que te sintieras con la libertad de hablarme de tu situación con Andrew y como te sentías con respecto a la promesa.
—No es tu culpa. Yo debí haber sido más honesta con todos.
—No, debí darme cuenta de que algo sucedía. Después de todo Andrew y tú llegaron a decir que no se casarían, pero dado que sólo lo hacían cuando estaban en unas de sus discusiones por alguna tontería creímos que era producto de la inmadurez. Y luego dejaron de decirlo así que...
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Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)
RomanceMuchas mujeres pasan años soñando con la llegada de un Príncipe Azul, pero... ¿Qué harían si llegara un príncipe real de la mano de todos los compromisos que su cargo representa? ¿Y si estuvieran obligadas a casarse con él? ¿Y si encima fuera su ex...