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Nunca en mi vida me había sentido tan ansioso.

Si bien ya sabía que sería imposible el cancelar esta fiesta, pensé que llegaríamos a ella en otros términos.

Ayer tenía toda intención de poner fin a mi guerra con Rosalie y proponer una tregua.

Estuve esperándola por horas en la biblioteca y simplemente no llegó. Cuando por fin me decidí a ir por ella yo mismo, descubrí que se había ido a casa mucho rato antes.

¿Acaso no quedó claro que teníamos que hablar?

Estaba seguro de que nos habíamos entendido.

Supongo que ya es inevitable, tendremos que hablar una vez todo esto haya terminado.

Estuve pensando que el mejor plan de acción que podemos adoptar es fingir que rompemos en unas semanas. De esa manera pondríamos fin a todo sin tener que admitir que hemos estado mintiendo.

No creo que ella ponga problema alguno ante ese plan, después de todo consigue salir de esta sin tener que aceptar que actuó muy mal al escaparse.

Sé que las circunstancias con relación a esta fiesta no han cambiado mucho porque no consiguiésemos hablar antes. Dudo que ella decida escoger este día para confesar.

Aun así no logro deshacerme de esta molesta sensación. Casi como un presentimiento de que algo va a salir muy mal.

—Representas muy bien el papel de novio nervioso.

Levanto la mirada hacia Michael.

—Esto, amigo mío, es bastante real. Estoy muy nervioso.

—Quería creer que recuperarías la razón antes de este día.

—Y lo hice, pero era muy tarde para decir la verdad.

—¿Vas a explicarme de una vez por todas qué es lo que sucede? Hablaste de que Rosalie está saliendo con el tipo ese, Sam.

—Michael, en este momento lo último que quiero es hablar de Sam o de cómo llegamos a esto.

—Está bien. Puedo esperar. Pero yo espero que entiendas que después de esta noche, están atrapados en esto. Tienen cientos de invitados esperando por ustedes. Algunos de esos han viajado kilómetros y cruzado mares para estar aquí celebrando su futura unión. Se han cerrado negocios gracias a este matrimonio. Sólo ayer firmamos cuatro muy grandes contratos y créeme que el prestigio de nuestra empresa no fue la razón principal detrás de ello.

—Gracias, Michael, era justo lo que necesitaba oír.

—Yo sólo digo que a partir de este momento piensen muy bien lo que van a hacer.

—Necesito un nuevo mejor amigo.

—Tenías una muy buena mejor amiga y de alguna manera lo echaron a perder.

—Supongo que porque eres mucho más listo que nosotros y no mezclas las cosas tú y Georgina funcionan tan bien.

Se encoge de hombros.

—El asunto no es si mezclas las cosas o no, es querer lo mismo y ser claros al respecto. Y ahora que la mencionas, será mejor que regrese a la fiesta, me está esperando.

Lo sigo con la mirada hasta que abandona la habitación mientras me digo que necesito empezar a juntarme con personas con más problemas que yo para sentirme mejor.

¿Atrapados? Insisto en creer que no.

Si bien Mike tiene razón en que las cosas se complican mucho más a partir de ahora, confío en que de una forma u otra saldremos de esta.

Princesa a la fuerza (Historias de Redomia #1) (DISPONIBLE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora