Despertó sobresaltado y con la frente sudando frío. Dos segundos después no sabía lo que había soñado, pero sí que algo no estaba bien del todo. Al levantarse de su lecho observó que su compañero de habitación no estaba. Yannik presumió que tal vez su pánico se debía a que algo en su interior le anunciaba que Dakari ya no estaba en la habitación, y eso podía significar problemas. Se preocupó, pero no quiso hacer un gran rollo del asunto. Tal vez solo despertó temprano para practicar con su murua. Al salir, se encontró con Lander en uno de los pasillos. Después de saludarlo se dio cuenta inmediatamente de que algo no estaba bien y le preguntó.
–No es propio de ti estar tan callado. Te conozco, Yan. Dime qué pasó.– Insistió Lander muy serio. Después de un momento de silencio, Yannik suspiró y confesó.
–Cuando desperté, Dakari no estaba. Sé que tal vez esta por ahí, pero tengo el presentimiento de que algo malo va a pasar y él está involucrado...
–Es lógico. Cualquier cosa en la que Dakari esté involucrado eventualmente terminará mal. – Se burló Lander, aunque en el fondo era un comentario de molestia. No hacía ni un esfuerzo en no demostrar su desdén hacia Dakari.
–¡No te burles! En serio, puede ser algo grave. Ayer regresó muy tarde de su castigo...
–¿Te preocupas mucho por él, no? – Le preguntó Lander sin dejar que terminara de explicarle lo sucedido, su seriedad llegando a un nivel nunca antes visto. El comentario había salido sin que él lo pudiera controlar.
–Bueno sí. – Contestó Yannik como lo más natural del mundo.– Es mi compañero de habitación, lo que le pase a él me puede afectar a mí también. Cómo no...
–Pero tu preocupación es demasiada, sin mencionar lo mucho que conoces sus hábitos. Como si sintieras algo más por él.– Lo volvió a interrumpir Lander, su seriedad tratando de ocultar una ira latente.
–¿Qué quieres decir? – Preguntó Yannik confundido y solo recibió como respuesta que Lander lo tomara del brazo y lo llevara a una grieta que se formaba entre unos muros de piedra. Lo puso contra la pared y él se colocó en frente, dominando la situación.
–En verdad no lo has notado, ¿cierto? – Empezó con toda una mezcla de emociones en su voz, desesperación, nerviosismo, impotencia...– No te has dado cuenta de quién sí ha estado para ti mientras tú te preocupabas por Dakari. No has visto quién te ha protegido y quién ha sido tu amigo por tanto tiempo desde antes de que ese tipo llegara. Pero desde que lo hizo no has hecho más que andar tras de él, cuidándolo como a un niño pequeño.
Yannik no sabía cómo reaccionar ante lo que oía. Sus manos temblaban ante esa faceta de Lander. Lo había visto serio y enojado antes, pero nunca había sido contra él. Le preocupaba haber hecho algo malo, pero no entendía qué tenía que ver Dakari en todo esto.
–Dakari es mi compañero y no...
–¡No estoy hablando de eso! ¡Hablo de que tu estás enamorado de Dakari y no te has dado cuenta de que lo único que he hecho desde niño ha sido estar para ti! ¡No te has dado cuenta de mis sentimientos! ¡Despierta! ¡Ese tipo lleva años suspirando por Arlet! No se va a fijar nunca en ti...No como yo.
–¿Qué? – Alcanzó a decir Yannik con la voz apenas saliendo de su garganta, justo antes de que los labios de Lander se posaran en los suyos rápidamente. Yannik apenas pudo responder, pero sintió su corazón latiendo con fuerza. Ese gesto logró ponerle nombre a algo que había tenido siempre dentro de él, que le provocaba un cálido sentimiento en su pecho cada que él estaba cerca. Torpemente, volvieron sobre sus pasos hacia la puerta de la habitación de Yannik y faltaron a sus primeras lecciones del día.
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La Estrella Verde de Dustakhan
FantasyDakari es un niño con un talento especial, por lo que para garantizarle la educación que merece, es llevado al internado de Dustakhan, liderado por los Altísimos. Sin embargo, con el pasar del tiempo descubre que los Altísimos avanzan más en su tare...