El brillo anaranjado del cielo continuaba alumbrando la habitación de Yannik y Dakari. Este último había relatado lo más sencillo que pudo todo lo que había pasado desde que ocurrió el incidente con Sleg y la vasija de vino, a lo que Lander simplemente
volteó la mirada como si no tuviera nada que ver con lo ocurrido.–¿Estás seguro de que lo que dices es verdad? ¿No habrás imaginado todo lo que dices? – Preguntó Yannik con inseguridad.–Todo Dustakhan sabe que nunca has tenido una buena relación con los Altísimos, por lo que podrías estar inventado todo esto solo por resentimiento.– Comentó Lander sorprendentemente serio para la situación.
–Si lo que digo fuese mentira, entonces ¿cómo explican que Madi esté aquí? ¿También la inventé? – Les contestó mientras apuntaba a Madi con sus manos.– ¿O cómo pude haber inventado que existen personas con muruas diferentes como el mío? Muéstrales, Madi.
Así como lo dijo, lo hizo. Se acercó al centro de las dos camas y extendió sus manos con las palmas hacia arriba, estiró los dedos menos el meñique y el anular y entonces apareció su estrella negra con destellos celestes. Yannik quedó estupefacto, nunca había visto un murua de color aparte del de Dakari. ¡Ahora, aparecía otro totalmente diferente! Entonces, esa era la prueba de que lo que decía Dakari podía ser verdad... Pero, por otra parte, Lander no parecía convencido. La verdad era que la historia de Dakari podría tener sentido, pero ¿de qué les serviría a los Altísimos
robar muruas si su única intención era separar los astros? Además, nada de lo que decía o hacía Dakari llevaba a resultados buenos. Y si decidían creerlo, no sería nada bueno estar involucrado con él. Los Altísimos podrían tomar represalias contra ellos.–¿Cómo podemos confiar en lo que dicen un par de defectuosos? – Espetó Lander con bastante desprecio en su voz. Madi dejó de invocar su estrella y Dakari ya podía saber lo que iba a suceder porque lo había vivido en carne propia...Madi dio un puñetazo con todas sus fuerzas en el rostro de Lander. Desde que lo había conocido hace unos instantes atrás no le había causado ni la menor simpatía, y tampoco le había agradado el desprecio notorio que sentía por Dakari. Le dio cierta satisfacción verlo tendido en el suelo. Yannik se había levantado para ir a verlo, desesperado.
–¿De qué te sirven todos esos músculos si no eres capaz de defenderte de un simple golpe, Lander? – Preguntó Madi enfatizando el nombre del chico en un tono de desprecio.
–No te atrevas a llamar defectuoso a su murua otra vez, Lander. ¡Ni al de ella ni al de nadie, ¿entendiste?! ¡Son lo más preciado que puede tener una persona! ¡Son nuestra esencia y debemos respetarla! ¡Si no los tuviéramos, todos seríamos cascarones vacíos sin significado! Así como tú...
Ni Yannik ni Lander salían del asombro de haber escuchado a Dakari hablar así. Esa también era una prueba más de que la historia que contó era cierta. Solo un viaje de esa naturaleza tendría la capacidad de hacer que Dakari cambiara tanto su manera de ver las cosas. Salió de Dustakhan siendo un pobre chico que vivía marginado y siendo el motivo de burla de los demás. Ahora era un hombre que hacía valer su pensamiento y su propia existencia. Mientras ellos seguían sin saber lo que estaba pasando, Madi sacó algo de la alforja de Dakari y se lo entregó.
–Oh, cierto. En caso de que, por algún extraño milagro, decidan creerme, esta es una copia del mapa que tenían los Altísimos. Indica dónde está de la Congregación Subterránea de la que les hablé y cómo abrir la puerta principal. No dejen que los Altísimos lo vean.– Entonces, lanzó un pergamino encima de la cama de Yannik y se dirigió a la puerta. Madi lo siguió hasta la puerta mientras Yannik ayudaba a Lander a levantarse del suelo y revisaba su rostro.
–¿A dónde vas?– Le preguntó justo cuando Dakari estaba por salir y alcanzó a tomarlo del sivik.
–Trataré de buscar a nuestra última esperanza.– Entonces volvió a ver a los dos chicos.– ¿Alguno sabe dónde está Arlet? – Preguntó con autoridad en su voz.
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La Estrella Verde de Dustakhan
FantasyDakari es un niño con un talento especial, por lo que para garantizarle la educación que merece, es llevado al internado de Dustakhan, liderado por los Altísimos. Sin embargo, con el pasar del tiempo descubre que los Altísimos avanzan más en su tare...