Han transcurrido siete días en este planeta y lo único que he hecho es entrenar, creo que es mi manera de sobrellevar el hecho de que ¡Estoy atrapado en este lugar! He intentado robar una que otra nave, pero como dije los sujetos de aquí son cautelosos en donde dejan sus naves. De todos modos, esta pausa quizás me ha servido para seguir con mi entrenamiento de la transformación del super saiyajin, aún no la puedo controlar cómo se debe, pero es un progreso teniendo en cuenta que solo he entrenado una semana. Ahora, ¿Como he hecho con mi alimentación teniendo en cuenta las frutas particulares del sitio? Pues... estuve dos días consumiendo las frutas que saben a leche caducada. ¡Tenía que comer algo! No podía darme el lujo de tragarme de nuevo esa fruta con aspecto de uva, odiaría que se convirtiera en una obsesión y ni siquiera se como es que soporte no agarrarla cuando he tenido mucha hambre. Esa fruta es una maldición la verdad...
Tuve la suerte de que un lugareño de aquel pueblo, donde me encontré con dichas damas me haya contratado como mesero y lavaplatos, estoy muy agradecido con él la verdad. Porque hasta su comida es mucho mejor que ese bar de mala muerte. Sobre la paga no me quejo la verdad aunque le dije que no era necesario, ya que, no la utilizaría del todo, él seguía insistiendo en darme dinero. Se me pasó la idea de comprar una nave, pero de aquí que reúna, será cuando ya esté llegando Trunks del futuro.
Claro si es que dicha deidad no le da por matarme de una vez. Por fin pude pagar lo que supuestamente le debía al bar, pero esos sujetos seguían insistiendo en mi captura y terminé peleando con ellos ese día que le pague al cantinero. De hecho eso fue el día de ayer...
Un pelinegro se encontraba entregando los platillos en el restaurante que había estado trabajando desde hace días. Su jefe estaba realmente satisfecho con la eficiencia del muchacho e incluso se le pasó por la mente la idea de adelantarle la paga por la rapidez en que atiende los clientes o tal vez al muchacho le recuerda a su hijo...
El chef o el mismo jefe del pequeño local de comida rápida, observa como el chico entrega los platillos y muestra una gran sonrisa a los clientes.
-Aquí tiene su pedido. - Indicó el muchacho con una sonrisa mientras coloca el plato sobre la mesa en el platillo había lo que parece ser una gran babosa.
El chico con apariencia reptiliana le agradeció y empezó a aplicar las salsas que estaban sobre la mesa para poder degustar su gran babosa. Zac dejó que el cliente gozará su comida y se aproximó a la barra de servicio.
-Señor Pinni, los siguientes pedidos son: una ración de Jagit y dos malteadas de la fruta Hahk. - Colocó el pequeño papel en donde estaba escrito el idioma de ese planeta, el cocinero la tomó y la leyó.
Pinni se mostró asombrado con que el chico aprendiera un poco el idioma del planeta. - Me sorprende que aprendieras algunas palabras en el idioma babanmanguiano. - Se mostró maravillado.
<<En realidad sólo sé algunas frases porque su idioma es una combinación del inglés y alemán. Sin embargo, me ha ayudado mucho el hecho de que el señor Pinni me prestara un diccionario de su idioma. >> Pensó Zac ante el asombro de su jefe. - Pero ¿Qué dice, señor Pinni? - Se avergonzó y se rasco la cabeza por eso. - En realidad sólo sé algunas palabras. Su idioma aún me cuesta aprenderlo como se debe...
Cosa que era cierto para el muchacho.
-Pero aún así me sorprendes muchacho, veo que le estas dando dedicación al libro que te di. - Zac rio nervioso al comentario de su jefe, quizás lo leía para no ser engañado en las tiendas que el señor Pinni lo enviaba a comprar cosas. - Solo por eso te daré el día libre y te adelantare la paga.
-¿Eh? - Zac se sorprendió. - ¿En serio? No tiene porque hacerlo señor Pinni... solo llevó cuatro días en este lugar y la verdad... es que usted me ha ayudado mucho, y me sentiría avergonzado que haga eso... - Confesó Zac desviando un poco la mirada avergonzado por la hospitalidad de aquel hombre.
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Ahora esta es mi nueva vida.
FanficUn chico común y corriente de la gran ciudad sufre un accidente que lo llevó casi al borde de la muerte. Su madre quien temía que su hijo se culpara por todo lo sucedido en el accidente, decide tomar la decisión más fuerte de su vida, en la cual es...