Un chico común y corriente de la gran ciudad sufre un accidente que lo llevó casi al borde de la muerte. Su madre quien temía que su hijo se culpara por todo lo sucedido en el accidente, decide tomar la decisión más fuerte de su vida, en la cual es...
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Hola, que tal todos? Espero estén bien. Aquí está Loki con un nuevo capitulo. Espero lo disfruten.
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En alguna parte de los universos que reina Zeno-Sama, específicamente en un planeta deshabitado y desolado un portal surge en medio de la zona, el primero en salir solo hace reclamos referente a una idea repentina.
-Que aguafiestas eres... - Refunfuño, después de que este finalizará su salida, un sujeto con máscara surge del portal, pero al parecer no estaba de ánimos como para responder a los comentarios de su acompañante. El de antifaz al notar el silencio de su compañero decide seguir con la conversación: - Además, ¿qué es lo quiere ese dios ahora? Que molesto es... y mira que traernos a un lugar desértico como este. - Espetó.
El callado analizó el entorno y luego posó la mirada en su compañero quien se seguía quejando. - Calla y sígueme. - El de antifaz se encoge de hombros y toma la decisión de seguir al de máscara.
Asimismo, emprendieron una caminata en aquel desértico planeta del cual ni los rayos solares se asomaban bien entre las nubes. No había pasado ni un minuto de caminata cuando aquel sujeto de antifaz blanca abre su boca para seguir con sus quejas, le molestaba que estuviesen en silencio y le parecía aburrido ir a lo que parece ser un entrenamiento para un dios de la destrucción.
-No entiendo, desde que empezaste a entrenar para ser un dios de la destrucción has cambiado mucho. - Declaró el de antifaz blanca y se llevó sus brazos a la nuca como si estuviera haciendo una almohada improvisada y prosiguió: - Desde que te conocí eras reservado y quizás menos callado que ahora. Hasta puedo ver lo insensible que eres ahora, ¿Es parte de ser un dios? Porque ni te molesto que te llamara por ese nombre nuevamente...
Al decir aquello paró en seco... el de antifaz también detuvo su caminata y el silencio se apoderó de la zona, bueno lo único en escucharse era el zumbido del viento. Sin embargo, Gar no quiso callarse y quiso seguir con los comentarios:
-Veo que si te afecto. Quizás debí llamarte: Mmm, ¿Kerio? ¿Kleten? Ustedes no se cansaban de nombrarse con esa letra. ¿Acaso no tenían otra? - Refunfuño y luego se le vino a la mente otra cosa. - ¡Oh, cierto! ¿Cual era el nombre de esa persona? Cual, cual, cual... - Investigó en su cabeza el nombre de aquella persona, hasta que recordó: - ¡Ah, si! He... mmm... ¿Cómo era? ¿Cómo era? ah, ¡SI! Se llamaba...
Este no logró pronunciar el nombre ya que, tuvo que esquivar a duras penas una esfera de energía púrpura de la cual el enmascaro cambió de dirección hacía las nubes, quería evitar destruir el planeta en que estaba debido a quienes se encontraban en él. Sería una falta de respeto para su maestro. La esfera púrpura se perdió entre las nubes y siguió de largo por el espacio.
-¡Ni te atrevas a pronunciar esos malditos nombres! TE DESPEDAZARE AQUÍ MISMO SI LO HACES. - Aulló mientras se aproximaba a pasos amenazadores y seguido lo tomó del cuello de la túnica para alzarlo a su rostro. - Te seguí el juego porque quería asegurarme de que no cometieras una estupidez, pero si pronuncias algo más solo te arrancaré la puta garganta infeliz.
