Un chico común y corriente de la gran ciudad sufre un accidente que lo llevó casi al borde de la muerte. Su madre quien temía que su hijo se culpara por todo lo sucedido en el accidente, decide tomar la decisión más fuerte de su vida, en la cual es...
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El soldado de piel azulada al notar que su compañero enmascarado comenzaba a movilizarse, sonrió de oreja a oreja. Dio clic en su rastreador para chequear quién de los dos individuos era más fuerte, su objetivo era luchar con el nivel más alto. Después de todo, su compañero Recoome dio la voz de que él mismo quería hacerse cargo del traidor de Vegeta.
En cuanto tuvo el diagnóstico de los niveles de poder de los individuos cruzó la mirada con su compañero Keix y abrió la boca para hablar:
-Encárgate de ese pelón y yo me encargaré del otro gusano. - Señaló Burter. Quizás el alien de piel azulada esperaba una confirmación por parte de él, pero no hubo nada, este solo cambio de dirección y fue directamente hacía el discípulo de Roshi. Ya el soldado élite tenía cancha libre para hacerse cargo del otro saiyajin.
Por otra parte, Zac observó como aquel enmascarado se movilizaba hacía su amigo palideció a tal punto que hecho a correr en un intento desesperado por apartar a Krilin de aquel sujeto. No obstante, su paso fue obstaculizado por una figura de imponente tamaño, el chico arrugó el entrecejo y en cuanto sube la mirada se encuentra con los ojos completamente rojizos del alien de piel azul. Más la sonrisa de este hizo que el chico hirviera de la rabia. ¿En qué momento había llegado? Pensó el saiyajin reencarnado. Y una leve punzada en la cabeza del chico le hizo recordar que aquel miembro del escuadrón especial era sumamente veloz. Al tener eso en mente este aprieta sus puños.
<<Cierto... No recordaba la velocidad que tenía Burter...>> Pensó el chico, pero se centró en el sujeto enmascarado. <<Si Krilin pelea contra ese sujeto, no le dará ni oportunidad de golpearlo. >> No pudo evitar recordar la sensación que tuvo al sentir la sed de sangre del sujeto.
- ¿A dónde crees que vas? Tú pelearas conmigo. - Dijo Buter con sus manos posadas en la cadera.
Zac gruñe al oír las palabras de su enemigo. Aunque el nivel de poder del muchacho era igualado al capitán Ginyu, no cabían dudas que aquel sujeto frente a él era muy veloz. Siendo así que, cuando Zac comprobó las estadísticas de Burter particularmente en la casilla de "velocidad" tenía un ciento treinta, en cambio el del muchacho solo había un cincuenta y ocho. La diferencia era notable y eso lo sabía muy bien el saiyajin. Aún así este levantó sus esféricos ojos de color obsidiana a la mirada del soldado.
Burter al ver sus ojos llenos de furia sintió miedo hasta pudo jurar que notó un ligero color verde azulado en ellos. Sin embargo, este no iba a titubear por un mero mocoso como él.
- Muévete - Habló entre dientes Zac. Estaba dando la primera advertencia.
Pero para el soldado de las fuerzas especiales Ginyu le pareció interesante como también divertido. Todo el tiempo que ha trabajado en ese escuadrón se ha encontrado con sujetos que siempre huían de él por su fuerza o velocidad a la hora de ejecutarlos, pero encontrarse con un sujeto que lo mirará con todo el odio del mundo y sobre todo que viniera con su arrogancia de querer darle órdenes a parte de su capitán.
