Stella
Estas semanas serían las más estresantes para nosotros, pues la primavera estaba a la vuelta de la esquina, y con ella, el festival de primavera. Tenía que ver que todas las facultades estén listas con sus aportaciones, y eso era un completo caos.
—Hola Stella —reconocí ese tono de voz sin siquiera mirarlo
—Hola, Max —salude, mientras buscaba los libros de mi siguiente clase
—Habrá una fiesta el sábado en la noche en casa de una de las jugadoras —lo mire de reojo—, y quería preguntarte si ¿te gustaría ir conmigo?
Max Gilbert, estudiante de música, alto, pelinegro, el guitarrista de una de las bandas de la escuela.
—¿Vas a tocar? —pregunte sacando los libros
—Sí, las bandas estamos invitadas para animar un poco la fiesta —asentí escuchándolo
—De acuerdo —sonrió—. ¿El sábado? —asintió
—A las siete, puedo pasar por ti
—No, gracias. Nos veremos ahí
—Te enviare la dirección —asentí
El timbre sonó dándonos a entender la siguiente clase, me aleje de él sin darle explicaciones y me asegure que nadie viera esa interacción nuestra, no quería que Christine se enterara de eso.
📷
La semana estaba resultando estresante —justo como lo predije—, tenía que tener las cosas a como Christine me pidió y, aunque ya llevé experiencia en esto, aun sigue siendo cansado.
Era sábado, y me había olvidado por completo de la invitación que Max me hizo, pero al parecer él no la había olvidado, porque me lo recordó ayer en la escuela, y hace un par de minutos me había llegado la ubicación de la fiesta.
Mi teléfono sonó, al mirarlo me di cuenta que era una video llamada y no dude en aceptarla.
—Bonjour, belle —saludo una francesa, castaña, ojiverde, al otro lado de la pantalla
—Bonsoir
—¿Por qué la cara larga? —me senté mejor en mi cama
—Tengo que salir en un rato
—Eso suena genial, hace mucho no sales —hice una mueca— ¿Pasa algo Stella? —ella dejo de maquillarse para mirarme
—Saldré con Max Gilbert, el chico del cual te conté —frunció el ceño
—¿Un chico? —asentí— ¿El guitarrista? —volví asentir— ¿No quieres ir con él?
—No tengo muchas ganas de salir, sinceramente —aparto su mirada de mi para volver a lo suyo
—Entonces no lo hagas Stella, nadie te obliga hacer las cosas —enarque una ceja y ella soltó una risa al mirarme de reojo—. Yo te obligaba a salir solamente para levantarte el animo —se encogió de hombros haciéndome reír—, pero regresando al tema— se colocó el labial antes de volver hablar—. Estoy segura que él entenderá y si no lo hace, es un estúpido —solté una pequeña risa ante el insulto
Era muy gracioso escuchar insultos con su acento.
—¿A quien insultas? —una tercera voz se escucho del otro lado, pero a diferencia de ella, esta voz hablaba español
—A nadie Mon amour —reí por debajo
Ella se alejo un poco de la cámara y las voces dejaron de escucharse, después de unos minutos apareció de nuevo en la pantalla.
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Una última partida
Ficção AdolescenteEliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cuando estaban empezando a descubrir su sexualidad, pero, por cosas de la vida lo de ellas no se pudo...