16. El regalo perfecto

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Eliza

El día de hoy Emilia había matado mi teléfono con tantos mensajes y llamadas que dejó.

¿Razón?

El día de ayer había hablado con Stella, y en la plática salió que tenía que irse a dormir temprano porque hoy era el cumple de Christine y tenía que ir temprano a su casa, y como buena mejor amiga que soy le envié un mensaje a Emilia diciendo que hoy era el cumpleaños de su novia.

No capté que lo leería muy temprano y me reventara mi teléfono con tantos mensajes, ni mucho menos que viniera a sacarme de mi casa.

—Recuerdame a donde vamos

—Al centro comercial, a comprarle un regalo a Christine —asentí

Me metí a mis mensajes mientras ella seguía conduciendo.

Eliza: Salí con Emilia al centro comercial, regresaré más tarde

Raúl: De acuerdo

Raúl: Con cuidado, diviértete

Minutos después nos encontrábamos en medio del centro comercial mirando todas las tiendas.

—¿Qué le compras a una persona que lo tiene todo? —me encogí de hombros

—Es difícil contestar a eso, ya lo dijiste tú, lo tiene todo —mire algunas tiendas— ¿Y si le compras una bolsa? —me miró con curiosidad yo solo me limité a encogerme de hombros

Seguí a Emilia hacia esa tienda, sabía que sería un largo y muy aburrido día. Tardamos mucho en esa tienda, ya que no se decidía por una bolsa en particular, al final me dijo que no le llamaba la atención ninguna y tuvimos que irnos a otra tienda.

Miré mi teléfono cuando recibió un mensaje.

Stella: ¿Qué tal el tobillo?

Le tomé una foto a mi tenis, enseñando a la vez mi dedo pulgar y la envié, no tardó mucho en contestarme.

Stella: No deberías de salir en esas condiciones

Stella: ¿Dónde estás?

Le tomé una foto a Emilia que tenía entre sus manos, una bolsa de mano, pequeña, blanca, y la envié para que la viera una vez.

Eliza: Acompañando a Emilia a comprarle un regalo a la presidenta

Stella: ¿Le dijiste a Emilia que hoy es el cumpleaños de Christine?

Eliza: Sí ¿Qué tiene de malo?

Stella: Nada, fue mi culpa el no decir que no dijeras nada

Eliza: ¿Qué pasó? ¿Qué hice mal?

Stella: Nada Eliza, olvídalo

—¿Qué tal está? —mire a Emilia que venía con una bolsa en mano— ¿Por qué esa cara?

—¿Has hablado con Christine?

—No, te dije que se fue el internet en mi casa después que te manda tantos mensajes, y solo me dio para mandarle los buenos días a ella —asentí— ¿Por qué?

—Le envie una foto a Stella diciendo que estaba ayudandote a elegir un regalo para Christine

Desbloqueé mi teléfono y se lo dí, ella no tardó mucho en leer esos mensajes, me miró después de que terminó de leerlos.

—¿Le puedes llamar? —fruncí mi ceño

—¿Para qué?

—Necesito saber si es mala idea darle un regalo a Christine —la mire con curiosidad—, por favor Eliza —bufé

Una última partidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora