26. Sobrepensando

5.1K 347 75
                                    

Stella

Las chicas iban a almorzar en mi casa.

Sabía que a Eliza esa idea no le había parecido agradable, pero al parecer tenía prisa, porque cuando estacionamos en su casa se despidió a lo lejos y se apresuró a entrar.

—No puedo creer que siga celosa

—Está mejor así, que siga pensando que pretendo algo con Stella —reí negando

—Ya habrá tiempo de explicarle que ustedes son novias

Al entrar a la sala, mi hermana estaba con la mirada en su teléfono, no había nadie más cerca.

—¿Y mis padres?

—Papá está en su estudio, mamá está en la cocina preparando el almuerzo

—¿Mamá está cocinando?

—Dijo que el almuerzo era especial, aunque no se muy bien para que, porque... —dejo de hablar en cuanto me miro

Sabía que no me estaba mirando, ya que ayer que Madison vino Layla había salido a comer con unas amigas, así que no sabía de la llegada de Madison. Y no tardó mucho en correr abrazarla.

—Pero ¿qué haces aquí? —miro alrededor— ¿Y Cloe?

—Está en casa —nos dirigimos al sillón mientras Madi venía con mi hermana—, venimos porque fue el cumpleaños de una amiga, y no queríamos perdernos la fiesta

—¿Cuándo llegaste?

—Ayer por la tarde, Stella me dijo que habías salido con unas amigas —asentí cuando me miro

Me aleje de ellas para ir a la cocina, escuche que Madison le presentaba su novia a mi hermana. Al entrar a la cocina vi a mi madre con la jarra de jugo.

—Hola mamá

—Mi amor, llegaron justo a tiempo

—¿Estabas cocinando? —fruncí el ceño divertida

—Solo pique la fruta y los puse en el tazón —le dio la jarra a la cocinera para que las llevara al patio trasero

—Ya decía yo que mi madre no se atrevería a cocinar

—Lo hago de vez en cuando —asentí riendo—. Ve hablar a tu padre, dile que vamos almorzar

—¿Le digo a las chicas que pasen a la mesa?

—No, ya me encargo yo

—De acuerdo

Salí de la cocina sin decir nada más, al pasar por la sala vi a mi hermana enseñándole algo a las chicas en su teléfono, me dirigí primero a mi habitación, necesitaba cambiarme por algo más cómodo, estos tacones me están matando.

Una vez que estuve lista decidí entrar a mi habitación de fotografías para buscar mi cámara instantánea, no me gustaba ver un estante vacío, en ese estante iba la cámara que seguía sin encontrar, necesitaba buscarla bien, ahí tengo varias fotografías que servirán para mi proyecto.

Una vez que tuve la cámara me dirigí al estudio de mi padre.

—Es un buen libreto, y estoy considerando seriamente este proyecto —estaba hablando por teléfono—. Claro, a los jóvenes les gustara, es lo que se vende hoy en día

El estudio de mi padre contenía una pared con posters de sus películas favoritas de los cincuenta y sesenta, tenía unas cámaras viejas que eran de colección, CD, discos de vinilo. Recuerdo que me encantaba venir aquí, me la pasaba todo el día si pudiera, y cuando no me encontraban sabían en dónde estaba, pasaba mucho tiempo con él aquí, claro todo antes de irnos a París, todo cambió con ese viaje, incluso nuestra relación.

Una última partidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora