Eliza
La primera vez que paso nunca podría olvidarlo, aunque por mucho tiempo quise hacerlo, jamás lo conseguí, tal vez porque en verdad no quería olvidarlo.
Ella quería hacer un maratón de sus películas favoritas conmigo, y tomando en cuenta que no nos iba a dar tiempo de verlas todas, opte por una pijamada, eran apenas la una de la mañana cuando la única película que elegí terminó, nos quedaba tiempo para una más.
Le pedí de buena manera si podíamos ver una película que yo quisiera, hace un par de noches Netflix había metido una nueva película a su plataforma y moría de ganas de verla.
En todo el rato ella no miró bien la película, ya que se la pasaba tapándose con sus sábanas o aferrándose a mí, cada que algo la asustaba, y obviamente no perdía la oportunidad de reírme por ello.
Ahora nos encontrábamos acomodándonos para ver una última película.
—Diez cosas que odio de ti —leí el título mientras ella se acomodaba a mi lado—, la hemos visto ¿Qué? ¿Como cincuenta veces?
—Solo han sido treinta y ocho, y mejor esta para olvidar la película que me has obligado a ver —no pude evitar reírme
—No te obligue a verla
—Casi —reí negando
Debo admitir que no se en que parte de la película me quedé dormida, pero pasó, desperté al ver un poco de luz, entonces vi la lámpara de su tocador encendida, Stella dormía tranquilamente a mi lado, así que sin hacer mucho ruido me incline apagar aquella lámpara, pero en cuanto lo hice una de nosotras dio un grito, y no fui yo, volví a encender la lámpara, Stella me miraba con terror.
—¿Qué pasa?
—No la apagues
—De acuerdo —me aleje de la lámpara con la mirada en aquel verde, ella miraba alrededor antes de volver a acomodarse a mi lado— ¿pasa algo?
—Pasa que una jugadora estupida decidió poner una pelicula de terror —solté una carcajada
—No creí que te daría tanto miedo —se volteó para quedar enfrente de mí, a pesar de tener miedo, tenía el ceño fruncido
—Idiota —me reí
—No va a pasar nada, enana —la abrace mejor a mi—, aquí te cuido
El sueño no tardó mucho en abrazarme de nuevo, más sin embargo, era difícil dormir con una enana en brazos.
Suspire antes de mirarla, estaba concentrada haciendo garabatos en mi pecho.
—No vas a dormir ¿cierto?
—Estoy esperando que me de sueño —murmuró
—Creí que con tu película te olvidarias de la que vimos
—Lo hice, pero volví a recordarla y me volví asustar —sus ojos me captaron antes de que me soltara a reír
Vale, creó que debo dejar de reírme por eso.
De un momento a otro dejo de hacer garabatos en mi pecho, aparté un mechón de cabello y lo coloque detrás de su oreja, captando su atención, acaricie suavemente su mejilla, aquel gesto hizo cerrar sus ojos, disfrutandolo.
Stella es preciosa, lo pensé la primera vez que la vi, y a pesar de que ya han pasado varios meses de eso, lo sigo pensando, y últimamente pienso en ella más de lo normal, y es que, últimamente nuestra cercanía va más allá de una simple amistad, y ambas somos consciente de ello.
ESTÁS LEYENDO
Una última partida
Teen FictionEliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cuando estaban empezando a descubrir su sexualidad, pero, por cosas de la vida lo de ellas no se pudo...