En camino

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Domingo por la mañana y en una gran casa japonesa tradicional se encontraba una chica peliblanca recolectando unas flores del cerezo que había en el patio trasero.

Con mucho cuidado, paciencia y esfuerzo logro hacer un arreglo de flores precioso con las flores que junto, lo tomo para subir las escaleras y entrar al altar de su hermano mayor.

Fuyumi: Buenos días Toya, mira lo que te hice - muestra el arreglo - ¿Recuerdas el pequeño cerezo que plantamos en el patio? Cuando tenías 3 y yo 2, recuerdo que ese arbolito era más alto que nosotros a pesar de ser más joven, pues ahora está mucho más grande, me he asegurado de darle los cuidados adecuados para que no se enferme y terminé muriendo, porque ese cerezo es un recuerdo tuyo y mio... De nosotros y la familia que solíamos ser y, cuando lo veo, no puedo evitar pensar en aquellos tiempos y siento que estás conmigo. Y me gusta creer que asegurándome que el árbol se mantenga vivo y sano estoy preservando tu memoria. Me encanta leer bajo él, aveces suelo hacerlo en voz alta para que me escuches, o simplemente me relajo en el columpio. ¿Recuerdas cuando me empujaste muy fuerte y salí volando por los aires? *Pequeña risa* termine aplastado al pobre de Natsu jajaja, aunque me hayas empujado de mala gana y por eso pasó lo que pasó, te vi reír con sinceridad, te estabas burlando de nosotros y para callarte Natsu te lanzó una bola de nieve y los tres reímos juntos; Natsu y yo llenamos el patio de nieve y comenzamos una guerra, ese fue unos de los pocos momentos con felicidad real que tuvimos después del nacimiento de Shoto.

Fuyumi sonríe con tristeza, deja el arreglo frente a la foto de su hermano, comienza a limpiar el altar y arreglarlo, pone nuevos inciensos, toma lo que ya no sirve y lo pone en la basura, luego regresa al frente del altar y se arrodilla ante este.

Fuyumi: Ya comenzaron las vacaciones de verano, así que tendré más tiempo libre para venir a visitarte. Hablando de vistas, ayer Shoto, Natsu y yo visitamos a mamá, ella ya está mucho mejor. Shoto ya no es tan frío y está mejorando su relación con nosotros, aún culpa a papá por todo y no lo culpo, papá tiene la culpa, pero yo he aprendido a perdonar y hago lo posible por dejar el pasado atrás, quisiera que los chicos hicieran lo mismo. Shoto también contó que aprobó un examen en parejas, eso quiere decir que a mejorando con su comunicación, cosa que me alegra, según recuerdo dijo que él fue equipo de una chica, Momo Yaoyorozu, ese es su nombre; los que aprobaron van a ir a un campamento para mejorar sus habilidades y esas cosas de héroe. También nos dijo que el chico Midoriya y su compañero Bakugo fueron equipo, la verdad no sé si aprobaron porque en cuanto supe que Shoto aprobó me emocione mucho y les dije que para celebrar prepararía soba frío para la cena ya que es la comida favorita de Shoto, entonces salí del hospital y fui al supermercado a comprar lo necesario para poder prepararlo. Cuando venía a casa logré ver a Rumi y Keigo, son unos amigos que hice está semana, Rumi es alguien muy alegre e imperativa y Keigo, no se, se que le agrado, pero a veces parece que lo pongo incómodo, porque actúa de manera extraña cundo estoy cerca, pero es muy amable y dulce conmigo y también muy caballeroso, a lo que iba es que fui a saludarlos y con ellos estaba un chico de cabello gris que se llama Shinya, aunque Keigo y el actuaron algo extraños, solo los saludé y me fui, pero oí que Rumi me gritó así que pare y volte, y Rumi me invitó a ir a la feria con ellos hoy... - hubo un momento de silencio - ¡¡¡La feria, lo había olvidado!!! Que distraída soy - saca su teléfono y ve la hora - las 8:13, rayos, adiós Toya, me tengo que ir.

Fuyumi ya estaba lista así que solo tomo su bolso y un poco de su dinero, llamo un taxi y cuando llegó subió y le indico a dónde quería ir, en lo que el taxi llegó a su casa y fue a la cafetería pasaron alrededor de 40 minutos, bajo y le pago al taxista, quien luego se fue. Para sorpresa de la chica al voltear a la cafetería no estaban sus amigos.

Tal vez como se tardó mucho se cansaron de esperarla y fueron a la feria sin ella, sí, eso era lo más probable.

Algo triste, estaba dispuesta a irse cuando escucho que alguien grito su nombre, volteo y era Keigo quien la había llamado, venía corriendo con una mano elevada para saludarla, el chico llegó a dónde ella con la respiración agitada y algo cansado, puso sus palmas en sus piernas para descansar y respiro lento mientras miraba el piso.

Hawks: Lo sintió por llegar tarde, espero no haberte hecho esperar mucho tiempo - dice mientras se recompone.

Fuyumi: No te preocupes, acabo de llegar.

Hawks: Que bueno.

Fuyumi: ¿Y los demás?.

Hawks: ¿Rumi y Shinya? Ellos vienen en camino, no deben tardar mucho.

Fuyumi: ¿Cómo lo sabes?.

Hawks: Eh... Es que me llamaron y me lo dijeron cuando venía de camino aquí. Este... Ten - le extiende la mano, donde trae una cajita con chocolates -, son para ti.

La verdad es que Hawks se había retrasado eligiendo como vestirse, pues quería verse bien, pero no de forma elegante, así que mientras Mirko y Edgeshot le ayudaban a escoger que ponerse se les fue el tiempo, pues no encontraban nada que convenciera a los tres, hasta que encontraron algo adecuado y vieron la hora, ya casi eran las 9.

Hawks decidió irse corriendo mientras sus amigos se alistaban, les dijo que los esperarían en lo que llegaban y se fue porque no quería dejar mucho tiempo sola a Fuyumi ¿Qué tal si ya llevaba rato esperandolos? ¿Qué tal si se cansaba y se iba?.

En el camino vio una dulcería y decidió entrar para cómprale un pequeño presente a Fuyumi.

Y ahora estaba allí, entregándole los chocolates a la peliblanca que con un poco de timidez los tomo rosando su mano con la del contrario, quien se ruborizó un poco ante el contacto. Tal y como había imaginado que sería, la piel de la chica era suave, pero también ¿Fría?.

Fuyumi: Gracias Keigo, eres muy amable - dijo algo sonrojada mientras le daba una sonrisa sincera.

Keigo: No fue nada.

La chica guarda los chocolates en su bolso, después llega un taxi de dónde se bajan Mirko y Edgeshot.

Mi otra mitad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora