Mala pasada {1/2}

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Era una mañana tranquila. Aún no amanecía por completo. Hawks busco con sus brazos a quien debía estar a su lado, pero no la encontró, por lo que abrió los ojos aún sin poder localizarla.

La puerta se abrió dejandola ver ya lista para ir al trabajo. En sus manos tenía una charola con unos panqueques con frutos rojos y miel.

Fuyumi: Buenos días dormilon, venía a traerte esto para que desayunes.

Hawks: Es muy temprano ¿Siempre te levantas a estas horas?.

Fuyumi: No, pero siempre desayuno con papá cuando se encuentra en casa, y como quería prepararte el desayuno sin levantar sospechas me desperté antes que todos.

Hawks: Aún así, sospechoso que te debes levantar temprano para poder desayunar con Endeavor.

Fuyumi: Sí.

Hawks: Tú y Mirko tienen mucho en común, y yo que tanto odio despertar temprano - ambos rieron.

Luego de que Hawks desayunara se fue y Fuyumi siguió con su rutina.

Antes de irse, Hawks recordó que hoy tendría una reunión con la liga de villanos, por lo que le aviso que no podría ir a recogerla.

Y es que, desde el incidente, él iba a recogerla para asegurar su bienestar y mantener alejado a Dabi.

No le dijo quien era en realidad Dabi, porque no podía decirle sobre su misión de doble agente y por lo que entendía, Dabi no quería dañarla, pero eso no quería decir que confiaba en él.

Lo bueno es que hoy no tendría que preocuparse por él, ya que también estaría en la reunión.

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Fuyumi salía de su trabajo. Para su beneficio, Keigo dijo que hoy no podría recogerla, así que ella fue a la dirección que tenía anotada.

Era una bodega abandona en las afueras de la ciudad, en un barrio donde se reportaron secuestros y hallazgos de cadáveres sin órganos.

Estaba algo nerviosa, pero eso no evitaría que fuera, y con un respiro profundo tomo camino.

Ahí estaba, justo frente a ella a unas pocas calles. Tomo con fuerza el tirante de su mochila y avanzo a el lugar, que a simple vista parecía abandonado y vacío.

Pero entre más se acercaba podía notar cosas que le daban a entender que había gente dentro de ese lugar, no por nada se crió con el mejor criminólogo de Japón.

Las calles alrededor eran bastante solitarias, como si fuera una ciudad fantasma, lo que le ponía los pelos de punta.

Pero escucho algo, un grito. Preocupada busco la procedencia de este, viendo a un hombre que se estaba llevando a la fuerza a una rubia mujer.

No podía quedarse de brazos cruzados ante eso y al estar a espaldas del hombre, le rompió una botella de vidrio que encontró tirada. El hombre solto a la mujer y se girará molesto.

Vio a una chica de pelo blanco con mechas rojas, lentes y ojos grises. Sonrió y saco un arma, aún así, no pareció angustiarla.

???: ¿Qué tenemos aquí? Una valiente.

Fuyumi: ¿Qué pretendía hacerle a esa mujer?.

???: Para que te cuento, si tú lo puedes experimentar - camina hacia ella.

Fuyumi: Alejese.

???: Ya te escapaste bastante ¿No lo crees?.

Fuyumi: ¿A que se refiere? - en vez de miedo, demostraba confusión.

???: El jefe te quiere ver muerta hace tiempo, eres un estorbo. La última vez te salvaste gracias a ese tipo y al héroe, pero ahora estás sola. Dime qué harás.

Fuyumi: Fue usted quien me lanzó a la carretera ¿O me equivoco?.

???: Estás en lo correcto. Queria que pareciera un accidente, pero ahora solo importa que mueras, no importa si se sabe que fue a propósito o no, podría hacer que parezca un asalto que se salió de control y listo, tu caso quedaría en el olvido como muchos otros - ya estaba muy cerca de ella.

Fuyumi: Quiero ver qué lo intente.

Con eso, dio una patada a la pistola mandandola a volar lejos y creo una cápsula de hielo alrededor del hombre. Por la sorpresa, él ni pudo reaccionar. Fuyumi saco su teléfono mostrando que estaba grabando la conversación y fue a levantar a la mujer.

Cuando la levantó noto que era la misma mujer a la que le dio limosnas la otra vez.

???: Es usted otra vez. No pude ser una persona, debe ser un ángel enviado por los cielos. Ya me a ayudado y me acaba de salvar la vida.

Fuyumi: No fue nada... Ah, disculpe ¿Cómo se llama?.

???: Tomie.

Fuyumi: Un gusto, yo soy Fuyumi. Ahora ¿Me puede contar que pasó?

Tomie: Hace poco me dirigía a Fukuoka, pero paso una van blanca y unos hombres bajaron y me subieron. Me llevaron a ese almacén de allá y por lo que escuche planeaban matarme para sacarme los órganos y venderlos. Logré liberarme y escapar, pero ellos lo notaron y ese tipo del que me salvó, me siguió hasta alcanzarme y después, llegó usted.

Fuyumi: ¿No escucho algunos nombres?.

Tomie: No sé si sea de ayuda, pero supe que uno de los hombres al mando se llama algo así como Roco, Ruco...

Fuyumi: ¿Riku? - la contraria asiente -. Lo sabía, esos hombres no son de fiar. Tengo que ir a ver qué están haciendo.

Tomie: ¡¡¡NO!!! No vaya señorita, es muy peligroso, mejor alejemonos de aquí y llamemos a la policía.

Al ver la preocupación en los ojos de la mayor, Fuyumi accedió y se fueron.

Fuyumi propuso darle refugio en su casa a lo que ella accedió después de mucha insistencia de la joven.

Cuanto pasaron por una calle sintieron como si las observarán, notando que tras de ellas iba un hombre.

Fuyumi le dijo a la rubia que manteniera la calma e hiciera como si no lo habían notado, así podrían caminar hasta encontrar a alguien que las ayudará.

Luego de un rato así, a lo lejos vieron a un héroe, entonces Fuyumi dijo que ya era momento de correr y así lo hicieron, pero al pasar por un callejón unos brazos la rodearon arrastrandolas a este para tirarlas con brusquedad al piso.

Ahí vieron a Riku, Kenzo y otros tipos. Kenzo tomo a Fuyumi de los brazos poniendola de espaldas contra su pecho y uno de los hombres le inyectó algo en el cuello que la hacia perder la fuerza.

Fuyumi: ¿Que me pusieron?.

Riku: Es un sedante que te hará quedar inconciente de a poco. Gracias al hombre que enviamos a buscar a esa maldita rata que se escapó, supimos que ibas a tu casa sin ningún defensor como en las otras ocasiones. Y gracias a qué nos llegó información sobre ti, supimos por donde pasarías y como llegar antes que tú para interceptarte.

Kenzo: No sabemos quién nos la envío, pero le agradecemos. Al parecer no éramos los únicos a los que le causabas problemas ¿Verdad lindura?.

Mi otra mitad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora