Epílogo {1/3}

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Era un hermoso día con un gran cielo azul despejado; los pájaros cantaban, el sol brillaba, las mariposas revoloteaban y una suave y fresca brisa soplaba.

Todo era paz y tranquilidad, hasta que por las calles paso un auto de un rojo brillante a alta velocidad, no era tan rápido para detenerlo y multarlo pero iba a una velocidad considerable.

Cambiando de ubicación, ahora podemos ver una escuela. Dentro de ella estaba una mujer de lentes sentada tras su escritorio mirando severamente a un trio de alumnos.

En especial a uno que jamás imagino que llegara a causar problemas.

Hubo pequeños toquidos a la puerta indicando la posible llegada de los últimos padres de familia para ya iniciar esa reunión.

Directora: Adelante.

La puerta se abrió dejando ver a una mujer que aparentaba ser más joven de lo que era en realidad.

Al igual que la directora usaba lentes, su cabello era algo peculiar pues era blanco y tenía pequeñas mechas rojas, lo tenía recogido en un molote (moño, chongo. Cómo le gusten decir).

Fuyumi: Buenos días. Disculpen la tardanza, había algo de tránsito así que en cuanto salí de el conducí lo más rápido posible. Soy la señora Takami, madre de Kenta.

Directora: Pase y siéntese, la estábamos esperando ¿Su esposo no vendrá?.

Fuyumi: No, él está ocupado.

Directora: No importa, con usted será más que suficiente.

Fuyumi entro y se sentó al lado de su hijo.

El pequeño tenía 8 años de edad, era una hermosa combinación de ambos padres. Tenía una cabelleras blanca, sus alas de ese mismo color eran grandes y esponjosas, heredó la piel blanca de su madre y los ojos ámbar, casi dorados, de su padre además de esos peculiares triángulos negros que tenía al lado de ellos... Que aveces le causaban líos. Cualquiera que lo viera pensaría que era un ángel, no solo por su apariencia sino por su amabilidad y gusto por ayudar a los demás, solo le faltaba la aureola sobre la cabeza.

Estaba nervioso, jamás habían citado a su madre para reprenderlo, al contrario siempre lo felicitaban por sus buenas calificaciones, su buen comportamiento y lo servicial que podía llegar a ser.

Directora: Ahora que ya podemos comenzar. Los mandé llamar debido a que Kenta y Yoshio atacaron a Isamu y sus amigos, los dejaron colgando del techo del gimnasio atrapados en hielo y temblando de miedo totalmente pálidos.

Yoshio: Y no me arrepiento.

Padre de Yoshio: Yoshio - el niño solo bufa.

Fuyumi: ¿Eso es cierto?.

Kenta: Sí - responde sin mirarla.

Madre de Isamu: Ay pero que horror, ¿Te encuentras bien pequeño?¿No te paso nada? - mira a los otros padres - ¿Pero qué clase de educación le dan a esos niños?.

Yoshio: Que no se haga la víctima, Isamu y su grupo de cavernícolas empezaron, algunos ya tienen 13 años y molestan a chicos mucho más pequeños que ellos.

Isamu: Eso no es...

Yoshio: ¡Aún no termino de hablar! Suelen molestar a Kenta porque no se defiende, siempre se burlan de su delineado. Una vez lo empujaron por la ventana, si no fuera por sus alas probablemente se hubiera rompido algún hueso.

Directora/Fuyumi: ¡¿Qué?!

Yoshio: Diles.

Kenta: Es verdad, también en ocasiones me encierran en algún casillero.

Mi otra mitad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora