Somi ayuda a su hermana a entrar las compras de la despensa a la cocina. El viaje en taxi fue mejor de lo que Lisa esperaba, gracias a su hermanita que fue quien se comunicó con el amable hombre que las dejó en la puerta de su casa guiado por sus explícitas indicaciones.
Lisa siente algo de vergüenza mezclada con orgullo al ver a su hermanita desenvolverse tan bien en el entorno con tanta naturalidad. Ella ni puede entablar una conversación normal con las personas como todo el mundo suele hacer; ella no puede hablar del clima con el tipo del taxi o sobre los exámenes de final de semestre con los chicos de la universidad, ni de tatuajes con su amigo Bambam y a decir verdad de nada con nadie, se siente impotente.
—Voy a subir a guardar mis zapatos —anuncia emocionada desapareciendo escaleras arriba.
Cuando la llevó a la plaza y le dijo que escogiera dos pares de zapatos para la escuela, a Somi se le iluminó el rostro con lágrimas de felicidad. Recorrió toda la tienda buscando los más perfectos para ella sin poderse decidir. Lisa se permitió también recorrer la tienda en busca de un par para ella, pues los únicos que tiene ya le empiezan a pasar factura otra vez, ya ha perdido la cuenta de cuántas veces ha tenido que pegar la suela.
Somi llegó acompañada del muchacho que las estaba atendiendo, luciendo un par de zapatos negros para su uniforme diario. Lisa observó a detalle dando su aprobación, siendo de cordones, ya no tendrán problema con el broche pegante como con los viejos, hizo una buena elección...
Flashback.
—¿Bien?
—Le quedan perfectos —asegura el chico—. No tan ajustados ni tan grandes como especificó —enseña.
Al chico le tomó un tiempo descifrar lo que Lisa quiso decirle.
—¡Tienes que ver los que encontré para deportes! —cuenta la niña entusiasmada.
De la caja en el brazo del joven, saca un par de tenis de color blanco con luces en sus suelas. Lisa se fascina por sus colores brillantes, le encantan.
—¡Son de la princesita Sofía! —muestra a su hermana.
Lisa no tiene idea de quién es la princesita Sofía, pero por la cara de felicidad de su hermanita, se da cuenta de su encanto por la muñeca de vestido púrpura y cabello castaño.
Somi da saltitos en su lugar con ellos puestos haciéndolos brillar soltando una risa que la contagia.
Lisa haría lo que fuera por su hermanita, por mantener esa sonrisa en su rostro siempre a pesar de todo; hasta descartar su cambio de zapatos para después y pagar con eso el caro precio de los zapatos de colores de Somi ... Porque ella no importa, solo importa Somi ...
Termina de acomodar la despensa en la nevera y las alacenas: las insulinas de Somi, las cervezas infaltantes de papá Jhon, las verduras y la carne; deja la comida lista en la estufa, cena algo a prisa y sube un pequeño platito con un vaso de jugo sin azúcar para la niña.
—Somi...
—¿Ya te vas?
Asiente entregándole su comida.
—Cuídate —le da un abrazo—. Te amo hermana.
—Reglas.
—No salgo de mi cuarto, hago mi tarea, me ducho, me pongo mi insulina y me acuesto a dormir.
Lisa deja un beso en su frente y se marcha en su bicicleta al bar.
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UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)
RomanceUna parte de mi alma" debe su nombre a lo que es literalmente: Una parte de MI alma. Lisa es esa parte de mí que es vulnerable y con un montón de trastornos; mi parte neurodivergente (esa palabra la aprendí un día y me suena de lo más genial). Es es...