UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 76 ALGO DIFERENTE

Lisa espera paciente en el baño a que la tina se llene y haga burbujas, está concentrada en cómo el chorro de agua hace un remolino en la superficie, cuando Jennie entra cerrando la puerta tras de sí captando absolutamente toda su atención.

La pelinegra se irgue toda viéndose todavía más alta de lo normal y es por la imagen sexy de su novia que tiene delante. Jennie lleva puesto un par de ligueros con un conjunto de lencería negra muy delgada que apenas cubre nada; su hermosa figura y piel pálida resaltan a la vista deleitando los ojos marrones de la chica del café poniendo alerta todos sus sentidos.

—Je-Jennie —traga entero—, te ves muy guapa.

—¿Te gusta?

Lisa asiente con los ojos muy abiertos y fijos en el cuerpo de su novia estudiando de arriba abajo sin perderse un solo detalle. La figura de la nadadora es digna de sí, con las proporciones perfectas a los ojos de Lisa.

Jennie se acerca a cerrar el grifo de la tina para que no se derrame y hace lo mismo besando la boca de su novia deteniendo el río de baba que está por soltar en su piso.

Lisa recibe el beso gustosa sintiendo una corriente eléctrica muy diferente a la que normalmente siente al besar a su novia, esta es más candente y su beso se torna más apasionado y atrevido con cada mordida fuerte, que lejos de dolerle la enciende todavía más.

Jennie despoja a Lisa de todas sus prendas invitándola a meterse a la tina con ella. En el agua, la pelicorta continúa con los besos ahora por el cuello y clavículas de la chica poniéndose sobre ella creando la fricción perfecta para darse placer.

Lisa ayuda a su novia a moverse sobre ella sosteniendo sus caderas con firmeza y al ritmo inmaculado que le es marcado.

—Feliz mesaversario a la mejor novia del mundo —susurra Jennie en el oído de Lisa haciéndola delirar.

—Feliz mesaversario al amor de mi vida —besa la otra su cuello sin parar de estrujar su trasero sobre ella.

Jennie aprovecha la soledad de su casa haciéndole saber muy bien a su novia que nada ni nadie las interrumpirá, pues ya se encargó de eso; es que los ruidos de placer que la pelicorta emite en el oído de Lisa a medida que se acerca a la cima de su éxtasis, alertan a la pelinegra. Jennie no se cohíbe de mencionar y aclarar lo mucho que le encanta que Lisa la toque y acaricie justo donde más necesita de su atención.

—Me encanta la persona en la que te conviertes cuando hacemos el amor —jadea Jennie luego de terminar—. Estoy enamorada de todas tus versiones.

Esta vez es Jennie quien sin salirse del agua tibia de la tina, distribuye besos mojados a lo largo del cuello de su Lisa motivándola a hacer todo el ruido que sabe que retiene con prudencia dentro de su garganta.

—Quiero escucharte hoy más que nunca como gritas de placer porque te hago mía —provoca con voz sexy—. Nadie nos escuchará ni reprochará, esta noche no quiero que te cohíbas de decirme cuanto te encanta que te toque.

Jennie se atreve a ir más fuerte y rápido en el centro de Lisa arrancándole por fin los suspiros e improperios que tanto ha querido escucharle.

—Jennie...

Lisa abre los ojos encontrándose con la mirada oscura de sus irises favoritos en el mundo, fundiéndose a la par con ella. Ambas chicas disfrutan de sus caras de placer, de los jadeos en la boca de la otra entre cada beso que se dan mientras se dan amor una con la otra.

El sonido del agua y la fricción de sus cuerpos son la música perfecta, ambas respiraciones acompañando tal sinfonía en ese caluroso momento que ya tiene los cristales del baño empañados.