CAPÍTULO 54 LLÁMAME COMO QUIERAS

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Después de una hora de caricias, besos y palabras de amor, Jennie se dispone a curar las heridas abiertas de Lisa con su botiquín. Con cuidado, esparce por su espalda un poco de Isodine y en sus moretones algo de crema mentolada. Lisa respira en alivio al sentir las manos de Jennie tan delicadas en su espalda y clavículas.

Mientras la tiene de frente sentada hacia sí, se pierde buscando nuevas formas y galaxias en sus ojos gatunos. Preciosa.

—Jennie...

—¿Mmm?

—¿Me-me dejas ser tu novia?

Jennie detiene su tacto mirando a Lisa entrañada.

—¿Me estás pidiendo permiso? —ríe con ternura.

—No sé, es que... yo soy yo y tú eres tú.

—Lisa —regaña—, pensé que ya había quedado claro ese tema entre tú y yo.

—¿Entonces no te tengo que pedir permiso?

—No bebé.

—¿Entonces sí me dejas? —ríe—. ¿Serás mi novia?

—Mmm, con una condición —molesta.

Lisa presta toda su atención asintiendo.

—Seré tu novia si tú me dejas ser la tuya —pincha su mejilla divertida.

Lisa no entiende muy bien aquel mal chiste, entonces lo sobre analiza sin decir una palabra enterneciendo a la chica frente a ella.

Jennie se tira a sus labios esperando así darle a entender lo que quiso decir. Con emoción se deja llevar por las estrellas fugaces que llueven dentro de su pecho. Lisa no para de sonreír en todo el beso queriendo ir más allá, aunque deteniéndose al recordar que no es el momento. Se crea una nota mental de que debe conversar con Rosé eso tan extraño que le sucede cuando Jennie la besa o la toca.

No es que el sexo sea un tema extraño o desconocido para la pelinegra, pues si bien es una chica introvertida que poco sabe de la vida, tener de mejor amigo a Bambam le ha brindado conocimiento (voluntario o no), sobre ciertos aspectos que tienen que ver con el ser humano, sus necesidades, las sensaciones que experimenta, etc.

En fin, lo que preocupa a Lisa es el hecho de que ella nunca ha estado con nadie y no sabe exactamente la "ciencia" que hay en todo aquello. Con Jennie no hace más que improvisar y dar rienda suelta a lo que siente en el momento exacto en que lo siente u obedecer los deseos de su ahora tal vez novia, pero ahora estamos hablando de palabras mayores, no sabe si improvisar le saldrá bien esta vez.

Concentrándose de nuevo en el beso y sintiendo como Jennie muerde su cuello traviesa, Lisa la aparta con suavidad sin borrar todavía su sonrisa.

—No entendí, ¿eso es un sí? —pregunta inocente.

—Fue un mal chiste, lo siento, —ríe—. Fue un sí rotundo.

—¿Entonces puedo llamarte mi novia? —sonríe ilusionada.

—Puedes llamarme como quieras.

Esa noche Lisa vuelve a dormir en brazos de su zona segura. Jennie canta para ella todo el tiempo hasta que se duerme repitiéndole que aquella ha sido la última vez que su papá le ha hecho daño; la última vez que ella tendrá que curarla, la última vez que la vida será injusta con ella, pues ahora ella como su novia está dispuesta a no dejar que nada ni nadie nuble sus días ni los de su hermanita.

Al dejarla dormida sobre su cama, baja a la cocina por una taza de café encontrándose a sus dos mejores amigas con quienes se queda debatiendo hasta altas horas de la noche sobre los días difíciles que vendrán. Jisoo sigue diciéndoles que no tienen nada de lo que preocuparse al estar su mamá a cargo de todo, sin dar más detalles a pesar de la insistencia de las otras dos.

Al último opta por lavar su taza y llevarse de la mano a Rosé a la habitación, después de sugerir a la otra nadadora dormir con los oídos bien cubiertos sacándoles una risa a ella y a la chica de su mano.

—Qué bueno que tu mamá accedió a ayudarnos en esta situación.

—Mamá siempre ha sido más fácil de sobrellevar que mi papá —desvía la mirada.

—¿Te dijo algo?

—Nada que no pueda manejar —la abraza por la cintura—. ¿Podemos dejar de hablar de mis padres, por favor?

—¿Y de qué quieres que hablemos?

—Ahora mismo de nada, solo te quiero besar.

—Entonces hazlo.

Rosé siente por primera vez en los besos de Jisoo algo extraño, como un sentimiento de tristeza. Al abrir los ojos, se da cuenta de que la ingeniera está llorando mares y la estruja contra ella con fuerza, como si de pronto sintiera miedo de perderla.

—¿Estás bien?

—Sí, no me prestes atención, creo que estoy hormonal.

—¿Segura?

—Es solo que todo esto me tiene mal.

—Es cierto... Pero tú lo dijiste, no hay de qué preocuparse si tu mamá se está haciendo cargo del caso.

—No tengo permitido decir nada, pero mamá está preparando todo un arsenal para el juicio, Somi se quedará con Lisa, créeme.

—Te creo —la besa—. Te creo y esto es gracias a ti.

—Estoy haciendo lo que me pediste que hiciera un día —acaricia su rostro—, dejando de ser una egoísta prepotente que solo se quiere a sí misma.

—Me gusta esta nueva Jisoo.

—Me gusta la Jisoo que soy cuando estoy contigo.

Esa noche Jisoo y Rosé se dejan hacer por la otra sin soltarse de las manos en ningún momento. La chica de cabello azul no se pierde de ningún detalle marcando con sus besos cada zona de la piel de la chica ahora sobre ella moviéndose con esa sensualidad que la vuelve loca. La ama tanto, que ese dolor en su pecho le arranca las lágrimas más nostálgicas que haya llorado jamás por su amiga.

La ingeniera se sostiene de sus piernas a cada lado marcando el ritmo exacto al que quiere que la chica se mueva para perderse juntas en el calor del momento, en los ojos de la otra.

Rosé besa hasta sus lágrimas, sus pechos, su intimidad, sus manos a cada accionar. Besa sus te amo, sus miradas de lujuria y amor; besa su cabello, sus piernas, cada latido de su corazón. Jisoo grita, gime, canta, susurra palabras de cariño a su amada conectando cada que puede sus miradas, sus manos y piernas entrelazadas, no se pierde un instante de como arden juntas sus llamas.

—Eres la mujer más hermosa del mundo —acaricia su nariz con la suya propia—. Te amo como no te haces una idea.

—Yo te amo también —deja salir por fin Rosé—. Y no creo que te hagas una idea tampoco.

El pecho de Jisoo se hincha de emoción, las lágrimas amenazando con salir otra vez.

—¿De verdad estás bien? Te la has pasado llorando.

—Ya te dije que estoy sensible —sorbe su nariz—. Soy muy feliz cuando estoy contigo, se me olvida toda mi mierda.

—¿Quieres que te apapache?

—Por favor —ríe tierna.

La conversación que tuvo con su padre tiene a Jisoo de cabeza, y eso que todavía tiene cosas que hacer con su mamá para prepararse para el juicio, pues ella será pieza clave en él. No ha querido decir nada a sus amigas para que no se arruine o se tergiverse el plan, y no es que no confíe en ellas; más bien, es que sabe que lucharán por detenerla en lo que hará y eso no le favorecerá en nada a Somi y a Lisa.

Se quedará callada por el bien de todos y el suyo mismo, se vienen días difíciles y ajetreados, pero ahora mismo todo lo que quiere es quedarse en los brazos de Rosé sintiendo sus caricias y sus besos en toda la cara, escuchar el sonido de su risa y su respiración profunda al caer rendida en sueño... ¡Cómo extrañará esos momentos!

UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora