UNA PARTE DE MI ALMA // JENLISA // (JENLISA JENNIE+LISA BLACKPINK)

CAPÍTULO 52 NADA DE QUÉ PREOCUPARSE

Los vecinos de alrededor se la pasan murmurando, mientras Jennie intenta en vano controlar a Lisa; la chica del café es solo lágrimas y ansiedad dando vueltas por toda la sala sin saber qué hacer, se jala del cabello y maltrata sus brazos a punta de aruñetazos.

—Lisa, cálmate por favor.

—¡Es tu culpa! —grita de repente sobresaltándola—. No-no-no quiero que me toques.

—No tengo nada que ver, te lo juro.

—No te creo —aparta sus manos—. Una-una vez ibas a llamar y te rogué... me prometiste que no...

—Lisa, escúchame, de verdad no tengo nada que ver, yo...

—Tengo que ir por Somi.

Lisa corre hacia la puerta de entrada abriéndola de un tirón encontrando del otro lado a Bambam con la llave en la cerradura a punto de abrir.

—Lisa, ¿qué es todo este alboroto?

—Se llevaron a Somi, Bambam, me-me la quitaron.

—¿De qué estás hablando? Cálmate.

—La policía, yo... Somi... tienes que ayudarme, por favor.

—Bambam, no sé quién llamó a la policía y se llevaron a Somi, Rosé ya salió para la estación.

—¿Trajiste tu carro?

—Ella se lo llevó, pero creo que el auto del señor Manoban...

—Yo me encargo.

Bambam toma las llaves de la mesita de centro apurando a las chicas para salir. Detiene a Jennie por el brazo mientras Lisa avanza hasta el asiento trasero.

—Nunca la había visto llorar.

—Ni yo... Será mejor que nos demos prisa.

En todos sus años de amistad con Lisa, su mejor amigo jamás la ha visto derramar una sola lágrima, ni siquiera de felicidad; la chica es una mujer casi sin emociones para él, de hecho, puede estar casi seguro de que tampoco nunca la había visto sonreír de tal manera que cuando está con Jennie.

Las emociones de Lisa, desconocidas o conocidas, son algo con lo que el tatuador no ha sabido lidiar muy bien; lo hace, sí, pero muy a su manera y no sabiendo si es la correcta. No solo para su mejor amiga ha sido de utilidad que el grupo de amigas la apoye, también para él.

En los asientos traseros, Lisa continúa llorando y arañándose los brazos, esta vez haciéndose más daño, pues sangra preocupando a Jennie, pero la pelinegra no deja que se le acerque.

—Lisa, para de hacerte daño, te lo suplico.

—Quítate —sentencia—, no te quiero cerca.

—Por favor, ¿de qué manera te explico que yo no llamé a la policía, ¿crees que quiero que pierdas a Somi?

—Es-es porque ya no te hablo, ¿verdad?

—¡¿Cómo se te ocurre?! —responde frustrada—. Yo no te haría eso nunca, no soy tan egoísta, yo te quiero.

Jennie rompe a llorar sintiéndose de lo peor ante el rechazo de Lisa. La chica del café sigue sin dirigirle la mirada, concentrada en el paisaje intentando regular su respiración sin ningún resultado positivo; no le importa la chica a su lado deshecha en llanto, todo en lo que puede pensar es en que la separarán de su hermana para siempre.

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Jisoo Kim estaciona en Hillmorie afuera de la que alguna vez fue su casa: Una mansión ostentosa con jardín y puerta automática que reconoce su rostro a la perfección abriéndole paso.